«Vamos a poner todo encima de la mesa para que los participantes estén seguros»

Igual que el resto de pruebas del calendario, la Donibane Lohizune-Hondarribia prevista para el próximo 25 de octubre vive pendiente de la evolución de la dichosa crisis sanitaria. Las inscripciones para participar en la vigésimo tercera edición están abiertas desde hace días con la esperanza de que la carrera pueda llevarse a cabo adaptándose al escenario actual. El miércoles finaliza el plazo para hacerse con un dorsal a un precio reducido de 25 euros. Igual que otros años, el corredor tiene la posibilidad de recibir el dorsal en casa o de contratar el bus lanzadera.

Desde la organización, Josema Casares reconoce que «las inscripciones están yendo un poco más lentas de lo normal aunque era esperable por la crisis del coronavirus». De todas formas, «estamos bastante contentos. Vamos un poco por debajo de lo normal pero la cifra de inscritos nos hace tener esperanzas en que un año más podamos vender prácticamente todos los dorsales». Como en los últimos años, la carrera apuntará a la cifra de 3.000 participantes.

Algunas pruebas han empezado a caer en el calendario pero en la Donibane «son optimistas» con que se puede llevar a cabo la edición de 2020. «Siempre lo somos pero no quita para que estemos vigilantes porque la situación es muy cambiante. Estamos desarrollando un protocolo pero quedan tantos meses para la prueba que estamos un poco a la expectativa. Evidentemente no será una edición normal y es muy probable que nos veamos obligados a implementar cambios que la gente va a notar».

Las recomendaciones principales van por la línea de preparar salidas escalonadas, una decisión que «ya estábamos barajando para el futuro porque descongestiona mucho el proceso de salida para el corredor. A día de hoy hay muchas incógnitas en cuanto al público o la zona de llegada. Iremos viendo cómo evoluciona todo y tomaremos las medidas que sean necesarias».

Premisas como la del distanciamiento, el uso de mascarillas o el gel hidroalcohólico son soluciones que están a la orden hoy en día pero «sobre todo nos preocupa el público», admite Casares. «Es una de las cuestiones que queremos resolver». En cuanto al corredor, «siempre vamos a velar por la salud de nuestros participantes y no vamos a correr ningún riesgo».

Como en muchos otros ámbitos, obligados por el contexto, «todo estará protocolizado, desde las zonas de vestuarios hasta la entrega del equipaje por parte del corredor. Incluso podemos vernos obligados a prescindir de alguno de los servicios que damos habitualmente por seguridad. Si tenemos que tomar medidas drásticas en ese sentido, las tomaremos».

El escenario actual es de incertidumbre pero Josema Casares lanza un mensaje tranquilizador a los habituales de la prueba y a los que estén pensando en adquirir un dorsal para este año. «Animaría a la gente a inscribirse. En principio no entra dentro de nuestras posibilidades suspenderla. De una manera más restrictiva o quizás diferente, pero queremos llevarla a cabo. A nuestros participantes les diría que estén tranquilos, que vamos a poner todo encima de la mesa para que estén seguros».