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El servicio de Igualdad recuerda que «los trapos sucios no se lavan en casa»La nueva campaña del servicio de Igualdad del Ayuntamiento le da la vuelta a un refrán popular en cuyo nombre se han invisibilizado lacras ... que apelan a toda la sociedad, como la violencia machista: «los trapos sucios no se lavan en casa», pese a que ese es el mensaje que durante mucho tiempo se transmitió a mujeres que ahora tienen una cierta edad. Este es el perfil específico al que se dirige una campaña impulsada con «diferentes objetivos», explicó la delegada de Igualdad, Nuria Alzaga.
Más allá de «visibilizar» las violencias ocultas que padecen las mujeres, el servicio de Igualdad quiere «ayudar a detectarlas. La violencia física es quizá la más visible, pero existen muchas otras, como la violencia psicológica y la económica», recordó Alzaga. La gráfica de esta campaña menciona ejemplos concretos como los insultos, las amenazas, el control de los gastos y de las salidas o las faltas de respeto. La imagen de una mujer de la franja de edad a la que se dirige la iniciativa completa el cartel.
«En los diferentes informes sobre violencia machista que Bienestar social ha elaborado en los últimos años se ha detectado que el número de mujeres de más de 60 años que han sido atendidas disminuye drásticamente respecto a otras franjas de edad. Lo mismo ocurre en las denuncias recibidas por la Ertzaintza», explicó Silvia Méndez, técnica de Igualdad. Los datos denotan que «estas mujeres tienen especial dificultad tanto para detectar que sufren violencia machista como para decidir tomar medidas al respecto». Hay que tener en cuenta que este perfil suele ser objeto de «situaciones singulares» que llevan a las mujeres a «una especial vulnerabilidad».
«En la mayoría de los casos se trata de violencias de muy larga duración», que se han dado en el seno de «relaciones de cuarenta años o más», apuntó la técnica. La situación de violencia «se cronifica» y las víctimas suelen sufrir «un mayor grado de aislamiento social». A todo esto se suma una circunstancia habitual, que es la jubilación del hombre y una consiguiente mayor presencia en el hogar que «suele agravar las circunstancias». Son edades en las que, además, empiezan a aparecer situaciones de dependencia, «tanto por parte de las mujeres como de sus agresores, que suponen un impedimento añadido».
En resumen, las destinatarias de la campaña «están más sometidas que mujeres de otras franjas de edad, y eso dificulta, obviamente, que puedan tomar algún tipo de medida», concluyó Méndez. Como apuntó, las mujeres de la tercera o cuarta edad «fueron socializadas en la cultura de aguantar, de mantener la familia unida» por encima de todo. Además, los estereotipos sociales asociados a las personas mayores (fragilidad, carácter bondadoso) puedan conllevar que «el comportamiento de los hombres maltratadores de esa edad quede edulcorado». La suma de todos estos ingredientes «empeora la vulnerabilidad» de las mujeres de esta edad, que tienen que «vencer más obstáculos» para salir de una situación de maltrato o violencia.
La campaña pone el foco en ellas, pero quiere alcanzar a «toda la ciudadanía irunesa», subrayó Nuria Alzaga. «Que todo el mundo conozca estas realidades puede servir para identificar si un familiar, una amiga o alguien del entorno está viviendo una situación de maltrato», añadió Silvia Méndez.
Los carteles y dípticos informativos en los que se sustenta esta campaña se están colocando en marquesinas de autobús, aseos públicos o espacios de personas mayores, y también en «lugares estratégicos» frecuentados por las destinatarias, como «farmacias, centros de salud y establecimientos a los que suelen acudir».
Junto a la visibilización y la concienciación, la campaña cumple también el cometido de informar sobre los recursos disponibles para las víctimas de violencia machista: como ejemplos, la delegada citó los grupos de acompañamiento que se reúnen en la Casa de las Mujeres, dirigidos a que mujeres que sufren situaciones de violencia tengan un espacio de apoyo para mejorar su calidad de vida y bienestar.
Asimismo, el Ayuntamiento cuenta con un servicio de asesoría jurídica gratuito para las mujeres empadronadas en Irun. El área de Bienestar social ofrece también acompañamiento y acceso a prestaciones económicas específicas, municipales y del Gobierno Vasco, cuya concesión está sujeta al cumplimiento de requisitos y tras valoración técnica.
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