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AguacerosAl equipo txuribeltz le está tocando aguantar fuertes chaparrones en sentido literal y metafórico. F. DE LA HERA
El Real Unión atraviesa una tormenta

Irun

El Real Unión atraviesa una tormenta

Cinco claves. Son muchos los factores que están afectando al juego del equipo txuribeltz y a sus resultados, pero hay algunas cuestiones que están resultando determinantes desde hace unos meses y que no han cambiado con la sustitución del entrenador

Lunes, 13 de enero 2025, 20:20

El Real Unión afrontaba esta temporada con ilusión. Había conseguido firmar a casi todas sus primeras opciones para cada posición y mantener a casi todos los jugadores de la temporada pasada que quería que siguieran. La plantilla era, es, muy buena. El aficionado irundarra, que ha visto de lo que es capaz este grupo en su mejor versión, no necesita que vengan de fuera a decírselo. Pero lo hacen. Técnicos, medios y aficiones rivales hablan maravillas de algunas de las piezas de este equipo y nadie se explica sus penurias clasificatorias.

El motivo de esa posición antepenúltima es evidente: dos victorias, tres empates y nueve derrotas entre octubre, noviembre, diciembre y lo que va de enero. Albert Carbó está intentando diseccionar la situación y pulsar el contacto que cambie la dinámica. Sería injusto decir que aún no ha conseguido nada, porque algunos cambios se han visto, pero de momento no son suficientes.

El equipo afronta un momento decisivo para tratar de corregir el escenario y evitar otro fin de temporada de máximo riesgo y éstas son algunas de las claves en el arranque del nuevo año.

El club quiere sustituir a Lozano y reforzar la defensa ante la baja mundialista de Mosquera, pero ve el mercado difícil

1Capacidad goleadora. Fue una de las señas de identidad en las primeras semanas de curso, cuando no parecía que el Real Unión fuera a ser un equipo de los que sufriría apuros. Marcó nueve goles en los cinco primeros encuentros. En los 14 siguientes ha anotado diez. Desde la llegada de Carbó, tras encontrar puerta hasta tres veces contra el Athletic B, el equipo acumula un gol en 270 minutos de juego, firmado el domingo por Quique Rivero desde el punto de penalti.

2Transiciones. Un problema que ha ido haciéndose cada vez más presente a medida que el juego del equipo decaía. Las pérdidas de balón en la fase ofensiva generan cada vez mayor peligro sobre la portería propia. El domingo contra el Zamora se alcanzó quizá el punto álgido, aunque el problema viene asomando desde que el equipo empezó a trasladar a su juego las dificultades que hasta entonces sólo eran de resultado.

3Plantilla. El plantel de jugadores era, por su nivel, una de las fortalezas de este año, aunque quizá un poco corto. 19 jugadores de campo de los que uno, Álex Lozano, se ha marchado y otro, Yeimar Mosquera, ha sido convocado por Colombia para jugar el mundial sub 20, por lo que no se le espera hasta dentro de más de un mes, una pérdida sensible e inesperada en un momento clave del curso. Sumando a esto las sanciones sobre Javi Domínguez y Asier Benito, el domingo había en el banquillo cinco jugadores de campo y uno de ellos tocado, de manera que Carbó sólo efectuó cuatro cambios. En una ventana invernal que este año parece poco propicia para grandes oportunidades, la dirección deportiva explora el mercado en busca de un jugador para la línea defensiva y otro para el ataque, pero sólo para incorporar perfiles que supongan una mejora o que al menos incrementen la competencia interna de manera real.

4Mentalidad. Poner en duda el compromiso de los jugadores cuando las cosas se tuercen es un clásico. No ha lugar en este caso. De puertas para fuera, pero también hacia dentro, el staff técnico actual aplaude, como lo hizo el anterior, la actitud, la implicación y el compromiso de la plantilla. Carbó habla de «rabia» y quiere verla en el campo porque, la realidad, esto no lo dice él, es que no se termina de trasladar al verde. Contra la Cultural, contra el Arenteiro, contra el Zamora (en este caso sólo tras el segundo gol), el equipo se resintió de forma exagerada ante los tantos rivales. Esa debilidad anímica se apreció desde muy pronto en los choques como visitante, pero ha acabado por instalarse también en los partidos de Gal.

5Calma y estabilidad. Si bien es cierto que la posición clasificatoria y sobre todo ciertos aspectos del juego preocupan, también lo es que queda toda una segunda vuelta por delante y que mimbres para salvar la temporada con holgura hay de sobra. Hace falta dar con la tecla que cambie la dinámica y permita al equipo dirigirse hacia lo que fue en el primer mes de competición. La siguiente oportunidad de reconducir la situación llega pronto, este viernes, en Sestao, frente a un Sestao River que está a 3 puntos.

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