El Pleno pide coordinación institucional para afrontar el incremento de personas sin hogar

El aumento de personas que duermen en las calles de la ciudad ha sido evidente a ojos vista de cualquier ciudadano. Esta situación fue motivo de debate en el Pleno de ayer después de que la Asociación Zambra presentara una moción aprovechando el turno popular. No se aprobó finalmente su texto, sino uno alternativo que presentaron Socialistas y Podemos-IU y que también apoyó el PP, mientras que PNV y EH Bildu se abstuvieron.

Había una diferencia clave entre el documento original y el que se aprobó finalmente. El primero exigía al Ayuntamiento ampliar las plazas para personas sin hogar de manera que nadie tenga que dormir en la calle. El segundo instaba al Gobierno municipal a, «dentro de sus competencias, poner en marcha nuevos recursos residenciales para paliar los efectos de estas crisis». El matiz es trascendental. El Gobierno con más contundencia, Bildu y PNV con más discurso alrededor, pero lo cierto es que todos coincidieron en que no se trata de un problema que un Ayuntamiento pueda resolver por sí sólo. Por eso, se pedía al Gobierno Vasco una nueva Estrategia Vasca para Personas Sin Hogar y a la Diputación, un diagnóstico sobre 'sinhogarismo' y que adecúe recursos. Una respuesta institucional

Antes de empezar la discusión entre corporativos, Vivi Liras, interviniendo desde el público en representación de la asociación proponente, expuso en tono crítico la situación que se viene dando en la ciudad desde hace ya un tiempo. «En la moción alternativa no se habla del alto coste de los alquileres ni de la dificultad para acceder a las ayudas sociales». Recordando las estrictas medidas sanitarias actuales se preguntó también si «dormir en la calle es acaso sinónimo de inmunidad». Acusó de «poca o nula voluntad política de solucionar la situación» a los responsables municipales y les acusó de «llegar tarde. Como siempre. Cuando había unas pocas personas no hicieron nada y ahora que es un problema social escurren el bulto mientras los colectivos sociales, desde la primera alerta, trabajamos para dar respuesta a las necesidades reales».

Por supuesto, incidió en que el Ayuntamiento de Irun habilite cuantas plazas sean necesarias para que nadie duerma en la calle. Bildu había presentado ya una enmienda a la moción alternativa para incorporar esa petición. Aunque el PNV la apoyó el resto votaron en contra.

El debate en el que cada grupo fijó su postura no es fácil de trasladar. En primer lugar por lo largo y en segundo, porque hubo cierto vaivén en las argumentaciones. Todo derivado, en realidad, de lo que Iñigo Manrique (PP) advirtió en el primer turno de intervención: «Es una mala noticia traer este asunto al pleno de esta manera porque el debate se va a ver mermado por la batalla política que será la protagonista en vez de quienes están sufriendo este drama».

Seguramente no es lo que nadie pretendía, pero es lo que pasó. Del debate se puede sacar en claro que este aumento del sinhogarismo que se ve en Irun ocurre también en Donostia y Errenteria, Ayuntamientos de PNV y EH Bildu respectivamente, que también claman por «una respuesta institucional coodinada. No es cuestión de color político», decía el alcalde, José Antonio Santano. Tampoco parece que sea casualidad que los tres municipios que han cumplido con las exigencias que les asignaba el Decreto de Cartera del Gobierno Vasco y cuentan con servicio de alojamiento nocturno sean los que están sobrepasados por un aumento en la demanda.