Irun restaura su patrimonio histórico

Las termas de Oiasso volvieron a ver la luz del sol, después de dos mil años, en 2002, pero por poco tiempo: se cubrieron de nuevo, primero con una lona y luego con una estructura metálica, a la espera de que llegase su oportunidad que, en denarios, maravedíes, reales, pesetas o euros, dependía de lo mismo: el dinero.

Gazteluzar ha sido siempre más vestigio que castillo: fue construido en 1515 y derribado en 1542; reedificado en 1719 y asolado, otra vez, ese mismo año. Se levantó para contener una posible entrada de tropas francesas desde esa posición estratégica que domina Behobia. Las ruinas de sus muros han bastado para contener, durante cinco siglos, una parte importante de la historia de Irun.

Las primeras desde el Imperio de la Antigua Roma, el segundo desde los albores de la Edad Moderna, ambos conjuntos son parte del patrimonio de la ciudad. Al margen de su innegable potencial como atractivo turístico, las termas de Oiasso y Gazteluzar son el pasado desde el que se ha dibujado el presente y se puede proyectar el futuro. Recuperarlos y darles su merecido valor ha sido una deuda pendiente durante años que, ahora, está cerca de saldarse. El delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, y el alcalde, José Antonio Santano, visitaron ayer ambos enclaves.

Los Fondos Europeos aportarán dos millones de euros para que, por fin, esa cubierta sobre las termas de Oiasso desaparezca y el conjunto romano adquiera la relevancia que merece. El castillo de Gazteluzar, por su parte, recibirá 319.328 euros del programa de ayudas del 1,5% Cultural del Gobierno de España, la mitad del presupuesto necesario para su adecuación.

«Una ciudad vasca tan relevante como Irun tiene que jugar un papel importante en ese reposicionamiento turístico que el conjunto de España quiere dar hacia unos destinos más densos en conocimiento, patrimonio, arte y cultura», señaló Denis Itxaso. El delegado del Gobierno explicó que la comarca del Bidasoa, «y en especial Irun, pueden jugar un papel muy importante» en la apuesta por ese nuevo modelo de turismo.

A esa finalidad hay que sumar que estas dos iniciativas forman parte «de un proyecto de ciudad y de una identificación de Irun con su historia y con lo que quiere ser en las próximas décadas», subrayó Santano.

La revalorización de estos elementos patrimoniales «no es un proyecto de anteayer. El Ayuntamiento lo ha ido madurando durante mucho tiempo, y necesitaba financiación». Los Fondos Europeos aportan ese sostén económico «para acelerar ideas y proyectos». Además de para hacer visitables las termas, la aportación a Irun se invertirá en la digitalización del Museo Oiasso.

El 1,5% Cultural, por su parte, «siempre es una bolsa de financiación importante para los ayuntamientos» que, en este caso, se suma al aporte que el consistorio irundarra efectuará para recuperar Gazteluzar sin restaurar el conjunto, pero dándole su valor como pieza clave del patrimonio cultural de Gipuzkoa.

Por otra parte, el delegado del Gobierno recordó que la Diputación de Gipuzkoa va a transferir a los ayuntamientos 25,1 millones de los Fondos Covid19 del Estado, que podrán destinarse al refuerzo de servicios públicos fundamentales u otras competencias. En el caso de Irun, obtendrá algo más de dos millones de euros. Además, en materia deportiva, el Club Deportivo Bidasoa-Irun recibirá 102.844 euros procedentes del Estado, concretamente de la aportación del Consejo Superior de Deportes a la Liga Asobal y sus clubes.