
Josep Mª Piqué
Experto en Distritos Urbanos Innovadores
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Josep Mª Piqué
Experto en Distritos Urbanos Innovadores
«Irun puede ser la primera milla de la innovación mundial si hace de su espacio una ciudad-laboratorio»Josep Mª Piqué es licenciado en Ingeniería de Telecomunicaciones, doctor en Ecosistemas de Innovación y preside la Asociación Internacional de Parques Científicos y Áreas de ... Innovación (IASP). Tuvo un papel clave en el 22@ de Barcelona, el proyecto que transformó 200 hectáreas de suelo industrial de Poble Nou en un distrito innovador. El experto estuvo esta semana en Ficoba en el ciclo de sesiones colectivas dirigidas a definir e impulsar el distrito innovador de Vía Irun.
– ¿Qué diferencia a los Distritos Urbanos Innovadores de los polos tecnológicos, industriales u otros formatos de actividad económica?
– Un parque tecnológico tiene como objetivo el desarrollo de la economía del conocimiento por la base tecnológica; la gran diferencia es que el Distrito Urbano Innovador incorpora la dimensión social y la dimensión territorial holística. Por lo tanto, un distrito de innovación es aquel capaz de transformar urbanística, económica y socialmente, basado en la economía de la sociedad del conocimiento.
– ¿Cuáles son sus ingredientes?
– Talento, tecnología y financiación. Así como en el pasado la economía se ubicaba cerca de las fuentes de energía, como un río o una mina de cobre, en este siglo XXI se ubica donde está el talento. Ahora bien, el talento, las personas, quieren desarrollar su vida profesional y personal. El elemento clave es impulsar un entorno en el que se pueda vivir y trabajar.
– Ante ese nuevo paradigma, entiendo que la sociedad civil juega un papel importante.
– Correcto. La teoría del Knowledge Based Urban Development habla de que un distrito de innovación tiene dimensión urbana, económica, social y de gobernanza. Otra teoría es la de la cuádruple hélice, según la cual un ecosistema de innovación es aquel al que contribuyen academia (es decir, universidades y centros de formación), empresa, gobiernos locales y, obviamente, también la sociedad civil. Esa cuádruple hélice es quien construye ese ecosistema, pero siempre y cuanto desarrollen propósitos comunes. Por otra parte, hay tres tipos de futuros: los posibles, los probables y los deseables. La clave de estos últimos es que son fruto de un ejercicio colectivo, visionado conjuntamente. Si tenemos un propósito y un futuro colectivo, es más fácil entender los desafíos y las acciones que debemos acometer.
– Un ejemplo conocido de Distrito Innovador es el 22@ de Barcelona. ¿Tiene sentido el que se proyecta en Irun, mucho más reducido en cuanto a su dimensión física?
– Habré visitado más de cien ecosistemas de este tipo, y la clave no es cuán grande o pequeño, sino cuán unido. Y esto no significa homogéneo y pensando todos lo mismo. Se trata de cuán juntos trabajamos por un propósito común. Irun tiene no sólo la posibilidad, sino la oportunidad de ser un referente. El ejercicio que aquí se ha hecho sobre la movilidad de las personas y de las cosas, la logística, es un ámbito muy interesante y muy bien escogido. Pero hay que estar muy juntos.
– Entiendo que una de las palabras clave es alianza.
– Alianza y gobernanza. Esto no va de un gobierno municipal o de unos partidos, va de academia, empresa, sociedad civil organizada y, obviamente, todos los partidos políticos y todos los gobiernos por un propósito común, un futuro específico. Es necesario un proceso de construcción colectiva que es muy importante, porque sin él, no va a haber compromiso.
– ¿Qué ventajas y qué debilidades percibe en el proyecto irunés?
– Yo sólo veo oportunidades. Aún más, yo diría que Irun puede hacer en diez años lo que Barcelona ha hecho en veinticinco: primero, porque puede aprender de lo que hizo esta última; segundo, porque tiene ya avanzados ciertos procesos. ¿Cuál es el desafío? Ir juntos. Diez años son dos mandatos y medio, lo que significa que debe haber un proyecto que todos los partidos acuerden con la sociedad civil, las universidades y las empresas. Ese proyecto de visión va a marcar los desafíos, y esos desafíos marcarán las acciones. Es una gran oportunidad para la ciudad y, si apuesta por ser un distrito de innovación, Irun pasa a jugar en la Champions League de las ciudades. Pero cuando uno juega en la Champions no puede más que estar en conexión internacional. Por eso, mi recomendación es que Irun conecte con otros hubs de innovación que tengan esa misma especialización. Eso daría mucha fuerza en cuanto a la movilidad de talento, de tecnología y financiación.
– El Distrito Innovador de Vía Irun se plantea enfocado a la e-movilidad, la logística, los servicios avanzados de turismo y de economía creativa. ¿Cree que sería pertinente definir unos sectores prioritarios?
– Claramente. De hecho, creo que es brillante el haber escogido el concepto de movilidad en el sentido amplio. Irun puede ser la primera milla de la innovación mundial si hace de su espacio una ciudad-laboratorio en la que se puedan validar nuevas formas de movilidad.
– Ese futuro es muy ilusionante, pero ¿cómo se gestiona la puesta en marcha de un proyecto de estas características?
– Con un pacto para la innovación en el que todos los agentes manifiesten que quieren trabajar de forma conjunta para ese proyecto. El desafío es que Irun sea un epicentro mundial de la movilidad, y desarrollar de forma clara un proyecto que atraiga talento e impulse actividades que, desde aquí, se trasladen al mundo.
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