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Los trabajos de demolición han empezado esta semana con el vaciado del inmueble, previo al derribo en sí. FOTOS: OCHOTECO
Irun amplía la mirada hacia el río Bidasoa

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Irun amplía la mirada hacia el río Bidasoa

Último derribo en Juan Thalamas. Con la desaparición del número 55, cuya demolición ha empezado esta semana, avanza la recuperación de la fachada fluvial

Sábado, 3 de mayo 2025, 21:30

El número 55 de la calle Juan Thalamas Labandibar es el último testigo de una época en que Irun vivió, si no de espaldas, mirando de soslayo a ese río Bidasoa que ha marcado buena parte de su historia. Con su derribo, el paisaje del paseo de Azken Portu cede al río el último rincón que le quedaba por recuperar.

«Nuestra historia no se podría entender sin el Bidasoa y el ferrocarril. Ambos son caminos, uno fluvial y el otro férreo», apunta la alcaldesa, Cristina Laborda. Mirar al río con mayor amplitud ha sido una de las premisas de las inversiones que, en la última década, se han acometido con este objetivo. A nivel municipal, el Ayuntamiento ha invertido «más de 8 millones de euros» en los últimos años para la recuperación de este entorno. Hace cerca de siete años se abría al público el paseo de Azken Portu, con esa pasarela que sobrevuela las aguas del Bidasoa. El proyecto era deseado por el Ayuntamiento pero también por la ciudadanía, como quedó patente en los presupuestos participativos de 2014. Los obstáculos administrativos se superaron y, tras un proceso de obra que tampoco fue sencillo y que sufrió algún retraso, bicicletas y peatones empezaron a circular por la pasarela en plenos sanmarciales de 2018.

Se adecuará el tramo entre el portal 37 y el polideportivo para mejorar la seguridad de peatones y ciclistas

Desde entonces se han ido dando pequeños pasos para avanzar en la recuperación de la ribera del Bidasoa: el Ayuntamiento adquirió la parcela de Vertiz Ford en 2021 para posteriormente demoler el concesionario y liberar el espacio. Justo al lado de este ámbito se ejecutó, en el año 2023, una zona de estancia que hace las veces de mirador hacia el río. Hace apenas cinco meses, la delegación de Costas del Gobierno central inició las obras de renaturalización del canal de Artia, una obra que rematará el entorno de Osinbiribil que prolonga el paseo de Azken Portu. El derribo iniciado esta semana va en esa línea, en «volver a abrir la ciudad al río Bidasoa y permitir que los irundarras sigan disfrutando de este espacio», señala Cristina Laborda.

Desde Hondarribia a Hendaia

El delegado de Obras, Gorka Álvarez, coincide en reseñar la importancia de esta actuación «esperada por muchos vecinos de la ciudad» y que avanza en «ir completando este itinerario peatonal y ciclista a orillas del Bidasoa». Álvarez extiende esa recuperación de la fachada fluvial más allá de Azken Portu y apunta a que, en un futuro, la conexión iría desde el puerto de Hondarribia hasta las gemelas de Hendaia. Para que pueda ser así, entre otros tramos pendientes de acometer será necesario ejecutar la conexión con Hondarribia, a través de Amute y la trasera del Instituto Plaiaundi, y «me consta que el Estado está trabajando en ello», adelanta el delegado. Este trecho daría continuidad a la pasarela de Plaiaundi a Santiago construida por el Gobierno Vasco e inaugurada hace unos meses.

Gorka Álvarez también cita, en referencia a futuras actuaciones pero en este caso con financiación municipal, la mejora del tramo que discurre entre el 37 de Juan Thalamas y el polideportivo Azken Portu: «completaremos esa zona para que la gente pueda pasear y los ciclistas circular con seguridad, y para que sea un trazado que merezca la pena». Esta actuación se sufragará a través de una partida de los presupuestos participativos destinada a la mejora de la red de bidegorris. También se contempla la adecuación del camino que discurre por la trasera del polideportivo Azken Portu, desde la desembocadura del canal de Artia hasta la zona en que se encontraba la parcela de Vertiz Ford.

Retirada de amianto

Antes, será necesario finalizar ese derribo que empezó esta semana y cuyas tareas se prolongarán un máximo de dos meses: la directora de Obras, Ana Baena, concreta que la demolición, en sí, es «sencilla», si bien «hay que tener cuidado con los residuos»: en un pequeño anexo en la fachada oeste del 55 de Juan Thalamas se detectó amianto, por lo que «hemos esperado al permiso de Osalan para poder realizar el derribo en condiciones de seguridad». Asimismo, se ha vaciado el interior del edificio y separado los residuos que allí había. Una vez demolido el inmueble, el área de Obras nivelará el tramo de acerca que discurría frente a la entrada del mismo. La parcela sobre la que se asienta se mantendrá como espacio verde, añadiendo las luminarias correspondientes y, quizá, algún árbol en un futuro.

El derribo del número 55 cambiará la perspectiva del paseo de Azken Portu permitiendo contemplar, desde el principio del mismo, su continuidad hasta Behobia. «Buscamos abrir la ciudad al río», insiste la alcaldesa, «por motivos de sostenibilidad medioambiental, pero también porque entendemos que el Bidasoa es un patrimonio histórico y natural».

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