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Irun
Ilusión y buena voluntad hicieron frente al aguaceroDebido al mal tiempo, Melchor, Gaspar y Baltasar acortaron un poco su ruta por el centro de la ciudad y, junto a su séquito, plantaron cara a la lluvia y el granizo
Joana Ochoteco
Viernes, 5 de enero 2024
La lluvia no impidió que los Reyes Magos llegasen este viernes por la tarde a Irun y llenasen la ciudad de ilusión. El mal tiempo tampoco amilanó a las miles de personas que, paraguas en mano, se echaron a la calle para saludar a Melchor, Gaspar y Baltasar.
Sus Majestades llegaron en el Tren Real y fueron recibidos en la calle Estación por una multitud de irundarras. Los más emocionados, como es lógico, eran los más pequeños. A ellos les dedicaron los tres Reyes Magos sus gestos más cariñosos. Esa primera toma de contacto en la calle Estación tuvo que ser breve porque en la víspera de la gran noche la agenda de los reyes va muy apretada, y más ayer, ya que, debido al mal tiempo, se optó por acortar un poco el recorrido de la cabalgata.
Así, en vez de la avenida Letxunborro, el punto de partida fue la calle Hondarribia. Desde allí salió una cabalgata cuyos componentes plantaron cara al aguacero. Al frente de la comitiva iba el pasacalles 'Noches de Arabia' de la compañía A&B Shows. Le echaron todas las ganas del mundo mientras desfilaban tras una lluvia que derivó en granizo, y el público les correspondió con aplausos y gritos de ánimo. Tras ellos llegó Melchor sobre una grandiosa carroza.
«Hemos visto cómo habéis crecido, aprendido y compartido. Y estamos muy contentos por lo bien que os habéis portado»
Melchor
Rey Mago
A la no menos espectacular carroza de Gaspar le precedían integrantes de Santiagoko Deabruak, que no perdieron el paso aunque algunas de las llamas de las antorchas sucumbieran al aguacero. Mención especial para la batukada Zozongo y el ímpetu con el que plantaron cara al granizo, y a la magia que aportaron las bailarinas de Analía Bellydance. Tras ellos llegó la carroza de Baltasar. Cerraban el desfile Trikuharri, 22 Academy y la carroza Disney de Ondare Kultur Elkartea. La cabalgata entró en el paseo de Colón bajo una intensa granizada que fue amainando según avanzaban hacia San Juan. Siguió lloviendo cuando los Reyes Magos llegaron al Ayuntamiento pero, al menos, con algo menos de fuerza. Melchor, Gaspar y Baltasar salieron al balcón para encontrarse con un manto de paraguas, de las cientos de personas que acudieron a escuchar sus discursos.
El primero en hablar fue Melchor, que compartió su alegría por «volver a veros. ¡Qué felices nos hace ver otra vez la plaza San Juan llena!». No dudó en afirmar que ver la ilusión reflejada en los rostros de los txikis era el «mejor regalo». Pero también se refirió a los que dejarían, pocas horas después, en los hogares de los irundarras, y pidió a niños y niñas que «los compartáis con vuestros hermanos y hermanas, primos y primas, amigos y amigas. Sabed que hemos estado atentos a todo lo que habéis hecho. Hemos visto cómo habéis crecido, aprendido y compartido con aquellos y aquellas que os rodean. Y os tenemos que decir que estamos muy contentos por lo bien que os habéis portado este año».
Las niñas y niños interiores
El Rey Gaspar, a continuación, confirmó que habría regalos para todos: «Es verdad que a veces os enfadáis con las amigas y amigos, con vuestras hermanas y hermanos o con las amas y los aitas, pero sabemos que, aunque a veces se os olvide, os esforzáis por ser amables, compartir y disfrutar entre todos y todas». También se dirigió expresamente a los adultos para pedirles que abrireran sus corazones «a nuevas aventuras: dejad que la niña y el niño interior que todos tenéis sueñe, ría, baile, cante... Ese es el mejor regalo para los más pequeños y para vosotros mismos».
Por último, Baltasar se mostró alegre por ver a tantos «niños y niñas que, aunque tengáis procedencias distintas, culturas distintas, incluso idiomas distintos, os encontráis en eventos comunes, donde la alegría, la ilusión y los nervios son iguales para todos y para todas. Y eso nos gusta, nos gusta mucho. Fijaos que Papá Noël, Olentzero y nosotros coincidimos en el mismo trabajo, en fechas parecidas, pero procedemos de sitios distintos; aunque eso no impide que trabajemos juntos, no sólo con cordialidad, sino con ganas y esfuerzo, y compartimos alegremente toda esa energía que nos transmitís». Baltasar reconocía que sus favoritos son los juguetes de toda la vida, «puzzles, balones, muñecos...»; pero aseguró a los niños y niñas que tampoco faltarán hoy, a los pies de los árboles de Navidad, las tablets y los videojuegos solicitados. Eso sí, «sólo se pueden utilizar una hora al día», les recordó. Y tras los últimos saludos y buenos deseos, los Reyes Magos se despidieron para comenzar el reparto.