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«Han sido dos años de recoger la cosecha de todo lo que había hecho»A veces hace falta que vengan de fuera a decirnos el valor de lo que tenemos en casa. Es cierto que nadie aquí discute la ... calidad artística de la pintora irundarra Susana Ferreira, pero quizá no hemos sido conscientes de su explosión en estos últimos años. Ha cerrado un 2024 espectacular después de un gran 2023 y encara un futuro inmediato ambicioso y muy prometedor. «Creo que han sido dos años de recoger la cosecha después de todo lo que venía haciendo», dice ella.
Empezó a pintar con Carlos Arrecubieta cuando tenía 10 años, a los 14 se puso a las órdenes de Javier Sagarzazu y, cursando sus estudios de Arquitectura, siguió aprendiendo de Carmen Maura en la Academia Municipal. «A mediado de los 90 hice mis primeras exposiciones y empecé a presentarme a concursos. En Ducontenia, en San Juan de Luz, me dieron el Premio Revelación». Acabó la carrera de Arquitectura con un estudio pictórico de la Alhambra. «Aquel trabajo de fin de carrera me dio mucho más que un título. Hasta ese momento, pintaba cosas y de algunas, si tenían éxito y las vendía, hacía una serie. Pero con ese proyecto tuve que hacer un trabajo lineal, equis cuadros con objetivos concretos, con un trabajo de investigación profundo...»
A finales de 2022, se lleva el Premio Mejor Obra Pictórica del Concurso 18 cm en Irun En 2023 gana el Primer Premio de Pintura en el Concurso Printemps Ducontenia de San Juan de Luz; es seleccionada para la edición vasca de la iniciativa internacional Soir.ee Madmoiselle, con exposiciones en Bilbao, Donostia, Vitoria, Córdoba... y una obra suya entra en la 84ª dición de la prestigiosa Exposión Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas. En 2024 gana el Concurso de Pintura Premi Centelles, que incluye una exposición para este año, y confirma su exposición en el Espacio de Arte Contemporáneo de Reocín (Cantabria) en 2026.
Crisis y reconstrucción
Del período junto al reconocido artista vizcaíno Ferreira acabó saliendo muy fortalecida. «Aprendí muchísima técnica con él. Evolucioné muchísimo y un día me dijo, 'bueno, ya está. Ahora busca tu estilo y haz cosas con las que te sientas identificada'». La irundarra lo aplicó literalmente y unió sus pasiones por la pintura y la arquitectura para hacer un cuadro de Txingudi Ikastola. «Se lo enseñé a Quincoces y me dijo que le parecía una buena elección, que le parecía que podía ir por ahí». El segundo cuadro de aquella serie lo presentó al Adour Bidasoa de 2017 y ganó.
«Fue una sorpresa enorme, la verdad, porque tenía la impresión como de que tenía un problema con ese concurso. Llevaba presentándome prácticamente todos los años desde el 95 y nunca sacaba nada. Me habían dado premios y menciones en otros sitios y aquí, nada, ni siquiera en las primeras ediciones, que éramos sobre todo gente del Bidasoa». En aquel 2017 le cayó el premio gordo a pesar de que el concurso llevaba unos años navegando hacia estilos más rupturistas, abstractos, muy contemporáneos... «Francisco Escalera había ganado un par de años antes con algo más figurativo, pero es verdad que aún y todo sorprendió un poco mi premio», admite.
La alegría aquel año fue doble porque el premio joven del concurso fue para Patri Taberna, «que era alumna mía y que había estado haciendo ese cuadro conmigo. La pena fue que cuando se entregaron los premios ella estaba de viaje en Australia y no lo pudimos celebrar juntas en el momento».
Técnicamente comenzó donde había cerrado la anterior «y he seguido evolucionando desde ahí. Ahora parto de manchas abstractas para ir de ahí hacia lo concreto, algo muy nuevo para mí que siempre había ido desde el dibujo». Las veladuras, las texturas, los claroscuros siguen presentes, pero el tratamiento es radicalmente distinto y «estoy pintando mucho por el propio proceso, sin buscar el resultado. Quiero decir que antes tenía una imagen de dónde quería que llegara el cuadro y ahora voy siguiendo caminos a ver dónde me llevan».
Mientras recorre esos senderos, los premios y reconocimientos en los últimos dos años han sido muchos. «Tengo la sensación de estar más arriba que nunca», confiesa. «Me he formado mucho, he trabajado mucho. Siento que tengo un conocimiento técnico altísimo ahora mismo».
Con la seguridad que eso le da afronta un futuro inmediato muy ambicioso. «Al ganar el Premio de Centelles, tengo una exposición allí en junio y en 2026 iré al Espacio de Arte Contemporáneo de Reocín, en Cantabria, donde está exponiendo lo mejor de España. En medio, tengo también la posibilidad de exponer en una galería y es un mundo en el que hasta ahora no habría entrado y que me gustaría probar».
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