La comarca contará con siete estanques de tormentas para combatir el riesgo de inundación
El Plan de Drenaje Urbano Sostenible de Servicios de Txingudi incluye también otras inversiones en la próxima década para gestionar el efecto de las precipitaciones
Iñigo Morondo
IRUN.
Martes, 25 de febrero 2025, 20:25
El Plan de Drenaje Urbano Sostenible es la herramienta principal para activar las respuestas con las que Servicios de Txingudi quiere minimizar el riesgo de inundación por precipitaciones, el que en el reparto del marco competencial «corresponde al nivel administrativo local. Las inundaciones fluviales las gestionan la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y la Agencia Vasca del Agua URA, mientras que las de litoral corresponden a Costas del Estado», detalló la gerente de Txinzer, Leire Zubitur.
Explicó que el sistema actual reúne en un colector principal que bordea la orilla sur del Bidasoa las aguas de saneamiento, así como las pluviales de algunas zonas. Diversas estaciones de bombeo elevan el agua en varios puntos de ese recorrido para que por efecto de la gravedad llegue a la siguiente bomba hasta alcanzar la de Hondartza, que la eleva hasta la estación depuradora de Atalerreka.
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34 millones contempla el Plan de Drenaje Urbano Sostenible que habrá que destinar en la comarca en los próximos 10 años a construir cinco estanques de tormenta, aumentar la separación de las redes de saneamiento y pluviales y acometer la mejora del drenaje en lugares clave (vaguada de Hondarribia y Anaka).
En todo ese recorrido «hay aliviaderos para que si e l volumen es tal que las bombas ya no dan más de sí», síntoma de que el sistema colapsa, «se pueda sacar agua al río». Efectivamente, eso implica verter también aguas de saneamiento, pero teniendo en cuenta la inmensa cantidad de lluvia necesaria para alcanzar esa situación, «van muy diluidas».
Cristina Laborda Alcaldesa de Irun«Desde hace décadas, la gestión del agua en la comarca es ejemplar, siempre innovando, siempre a la vanguardia»Igor Enparan Alcalde de Hondarribia«Servicios de Txingudi ha investigado en profundidad y ha planificado en consecuencia y ahora llega el momento de actuar»
En cualquier caso, ése es uno de los problemas en el sistema; otro es lo caro que resulta bombear tantísimos litros de agua de lluvia a lo largo del recorrido para llevarlos a un tratamiento depurador que no necesitan. Por último, el más serio (sin restar ni un ápice de gravedad a los anteriores) es que cuando la altura del río supera la cota de los aliviaderos del colector, aunque el sistema de alcantarillado se sature, «no podemos evacuar». No hace falta ir más allá para entender lo que representa ese supuesto.
Estanques bajo tierra
Enfrentar esa realidad pasa por crear estanques de tormenta, enormes espacios subterráneos que se llenan con el agua de lluvia cuando ésta no se puede verter al Bidasoa o a las regatas. Se prevén, de momento, siete, «aunque este plan va a estar en constante revisión», aseguraba Zubitur.
Uno de ellos se ubicará en San Miguel Anaka y forma parte de las cargas de urbanización del desarrollo urbanístico del ámbito. Otro, en Korrokoitz, también está asociado a la urbanización. Éste será el más pequeño, pero la operación incluye la renaturalización del canal, que también ayuda. El Plan de Servicios de Txingudi contempla otros cinco, tres en Hondarribia (Alameda, Amute, San Pablo) y dos en Irun. La ubicación concreta del previsto en el entorno de Gal dependerá de cómo se planifique el desarrollo del ámbito y el de la calle Esteban Pérez de Yerobi (la trasera de la calle Uranzu hacia Arbes), cuyo proyecto está redactado, «será el primero en empezar, con un presupuesto de unos 4 millones de euros».
Dotar a la comarca de esta red de infraestructuras de alivio pluvial no será barato. Y, por supuesto, no es la única medida que contempla el Plan de Drenaje Sostenible. El tanque de Uranzu, junto a las obras de drenaje en las vaguadas de Hondarribia y en Anaka, y la galería que se incluirá en la calle Donostia con el arranque de las obras de San Miguel Anaka forman un capítulo de medidas anti inundación estimado en 13,2 millones. Los otros cuatro estanques de tormentas, junto con la inversión en aliviaderos, se encuentran en un segundo capítulo ligado a la gestión del vertido de aguas que tiene un presupuesto de 12,1 millones. El tercer bloque, para profundicar en la separación de las redes de saneamiento de las de pluviales, tanto con nuevas actuaciones como con rehabilitaciones, se va hasta los 8,2 millones. Todo esto más algunas partidas anuales para actuaciones menores, eleva el total a 34 millones en 10 años.
Gestión del agua «ejemplar»
«Estamos trabajando en la gestión de ayudas y subvenciones de fondos europeos y otras instituciones», apuntó el vicepresidente de la Mancomunidad, Igor Enparan. Lo que no se sufrague así, se aportará desde las facturas del agua. Así lo exige la ley, «pero el impacto de ese dinero en 10 años y entre todas las facturas es muy relativo», matizó Zubitur.
«Lo importante es que podamos dar respuesta ante un riesgo que se ha convertido en una de las principales preocupaciones ciudadanas, más aún desde lo que ocurrió en Valencia con la Dana», señaló la presidenta de Servicios de Txingudi, Cristina Laborda. «Desde hace décadas la gestión del agua en la comarca es ejemplar, siempre innovando, siempre a la vanguardia. Con este Plan, seguimos avanzando en esa línea», subrayó. «Sería importante», completó Enparan, «que consiguiéramos trasladar a la ciudadanía que Servicios de Txingudi ha investigado en profundidad la situación y planificado en consecuencia. Llega el momento de actuar con el objetivo de minimizar los riesgos de inundación identificados», sabiendo que el riesgo cero no existe.
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