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Experto internacional. Uhinak ha contado este año con una ponencia del prestigioso investigador británico Robert Nicholls.
«Aunque el cambio climático es un fenómeno global, es fundamental la respuesta local»

«Aunque el cambio climático es un fenómeno global, es fundamental la respuesta local»

Casi medio centenar de personas intervinieron ante 150 congresistas que provenían de empresas, instituciones y centros de investigación del arco atlántico. Decenas de expertos compartieron información y conocimiento esta semana en el congreso Uhinak

IÑIGO MORONDO

IRUN.

Domingo, 11 de marzo 2018, 00:24

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Muchas incertidumbres rodean el cambio climático. Los científicos plantean escenarios para el futuro en una amplia horquilla de posibilidades, desde las previsiones más catatrofistas a otras más optimistas, que no inocuas.

Entre las incógnitas y el trabajo para despejarlas que ha mostrado la tercera edición el congreso Uhinak sobre cambio climático y litoral, sobresale una idea: pase lo que pase, que nos pille preparados. Incluso aunque logremos, en el conjunto del planeta, frenar el calentamiento antes de que supere el grado y medio sobre la media de temperatura preindustrial (y, a tenor de los análisis científicos, no vamos camino de conseguirlo), habrá consecuencias. «Todavía no hemos parado el aumento de la temperatura y cuando lo hagamos, el nivel del mar seguirá subiendo durante muchos años», advirtió en su charla Robert Nicholls, profesor de la Universidad de Southampton y destacado experto mundial.

Uno de los aspectos más relevantes que apuntó Nicholls sobre cómo sube la línea media del mar es que «no es igual en todos los sitios. En Estados Unidos llevan mucho tiempo haciendo mediciones y han comprobado que en Florida sube 2 milímetros al año; en Norfolk, Virginia, 4,6 milímetros y en la costa de Luisiana, 9 milímetros. En Alaska, por contra, está bajando levemente». Estos datos fueron un firme punto de apoyo para el experto a la hora de incidir en que «aunque el cambio climático es un fenómeno global, es fundamental lo local».

Las frases

«Hay que adaptar el conocimiento general a lo local para facilitar la toma de decisiones»

Marian Barquín Ihobe

«Aunque paremos el aumento de temperatura, el nivel del mar seguirá subiendo muchos años»

Robert Nicholls Universidad de Southampton

«En la adaptación no todo es ingeniería; a veces hay que mover a la gente del lugar en el que vive»

Iñigo Losada Dctr. Investigación IH Cantabria

A una escala de metros

El calor hace que el volumen del agua se expanda y los grandes hielos planetarios (Groenlandia, Alaska, Antártida...) se están fundiendo y aportan aún más volumen. A esa realidad global se suman afecciones regionales como el clima, las mareas oceánicas (con diferencias de apenas unos centímetros en el Meditarráneo y de varios metros en la Bretaña francesa), las mareas atomosféricas (un fenómeno similar que afecta, en este caso, a la presión del aire)... También hay condicionantes muy locales: oleaje, población, urbanismo costero... incluso la llamada subsidencia: «ciudades de más de un millón de habitantes ubicadas en deltas de grandes ríos se van hundiendo», decía Nicholls, que identificaba el fenómeno especialmente en Asia. Yakarta se hunde 4 centímetros al año; Shangai, 3; algunas zonas de la china Cangzhou, hasta cinco y un barrio de Pekín, 11 centímetros. «En Tokio, un distrito se hundía a razón de 4 centímetros al año, pero tomaron medidas y se ha estabilizado».

No es propiamente por el cambio climático (tiene que ver con las aguas subterráneas), pero Nicholls preparaba así su argumento de base: hay que prepararse y actuar y hay que hacerlo a nivel local, atendiendo a las afecciones, globales y regionales, pero sobre todo, a las peculiaridades propias. Antes que él, había intervenido en Uhinak Iñigo Losada, director de Investigación del IH Cantabria. Ha elaborado un estudio piloto para el Ministerio de Medio Ambiente que estima riesgos y amenazas para la costa asturiana siguiendo un modelo extrapolable al resto de comunidades autónomas costeras. En ese análisis «es necesario bajar a una escala de metros» para que el cálculo de los riesgos sea eficaz.

En su estudio, el nivel del mar es sólo uno de los factores que hay que tener en cuenta. «El oleaje es relevante, pero no en todas partes. Está la meteorología, los ríos... y el estado de los ecosistemas costeros».

Cómo adaptarse

Para Losada, recuperar esos hábitats propios de la costa, como dunas o humedales, es fundamental para ganar resiliencia frente al cambio climático. Resiliencia no es resistencia, es algo más completo; más que resistir, es adaptarse. En las casi 50 intervenciones de Uhinak hubo varias sobre posibles acciones de adaptación. Nicholls distribuyó las posibilidades en tres grupos. En trazo grueso, una opción es renaturalizar la costa, sea retrasando la colonización urbana, sea recuperando ecosistemas dañados, como la playa de Zarautz, que desde que fue afectada por el temporal de 2014 ya no defiende igual la primera línea del pueblo frente a las crecidas marinas. Otra es la protección de ingeniería pura y que se puede representar en la idea de un dique que da altura a la línea de costa para que el mar tenga más difícil superarla. La tercera, la acomodación, supone asumir que nuestras ciudades recibirán embates y que hay que prepararlas para ellos elevando la altura de las viviendas, por ejemplo. «En Southampton, los eventos extremos crean inundaciones y el código técnico exige ahora que, en algunas zonas, las casas se construyan con una determinada separación del suelo que las salve de posibles inundaciones».

Parece que antes que dar un paso atrás o rehacer las ciudades para acomodarlas, las sociedades contemporáneas se inclinan más por la protección. «Podemos invertir 50 millones de dolares al año en subir las defensas y será más difícil que el agua las revase. Pero cuando lo haga, y lo hará, el impacto será más extremo».

«No todo puede ser ingienería», coincide también Losada. «A veces tiene que haber cambios en la planificación territorial, mover a la gente de la zona en la que está viviendo». Esta medida, tan radical «no es fácil. En Japón, después del tsunami, los ingenieros lo vieron claro y desplazaron algunos pueblos a puntos más altos. Pero la gente no quería vivir lejos de donde estaban enterrados sus ancestros y volvió. En Filipinas, por un fenómeno de subsidencia, hay un pueblo que en cada pleamar se inunda. Ves a los alumnos sentados en clase con el agua por los tobillos, o jugando a baloncesto en una cancha en la que no se puede botar el balón porque hay varios centímetros de agua. Pero no se quieren ir». La cuestión, avisa Nicholls, es que «vamos a ver catástrofes costeras a escala global; no sé dónde, pero las veremos. En Europa también hay amenazas, pero tenemos buenas defensas. En EE UU y Asia hay ciudades enormes en riesgo».

Muchas más cosas

Durante las dos jornadas de Uhinak, aderezados con preguntas y debate, se presentaron estudios de todo tipo relacionados con el litoral y el cambio climático. Tuvo su espacio un estudio del incremento de la fuerza del oleaje para considerar la posibilidad de instalar máquinas que aprovechen esa energía en la producción eléctrica; se ofrecieron los resultados de una serie de iniciativas de mitigación para la flota pesquera vasca que reducen hasta un 20% su emisión de gases de efecto invernadero; se dio a conocer un informe sobre cómo El Niño afecta al clima del País Vasco; se debatió sobre las dificultades que la legislación actual supone a las actuaciones de adaptación. «En ese sentido, ha sido un congreso muy variado», valoró Guillem Chust, investigador de Azti y miembro del Comité Técnico de Uhinak.

Chust destacó también las aportaciones no científicas de las administraciones públicas, entre las que citó expresamente dos ponencias. Marian Barquín (Ihobe) dio cuenta del primer estudio de percepción ciudadana sobre cambio climático realizado en Euskadi y que arroja datos positivos en cuanto al nivel de concienciación: el 90% considera que el cambio climático es real; al 80% le preocupa. En su charla destacaron dos ideas clave: «hay que adaptar el conocimiento general a lo local para facilitar la toma de decisiones de las administraciones» y «transitamos hacia el cambio y la gente se resiste menos cuanto más sencillo es y con más certidumbre se propone».

Por su parte, la directora del Servicio de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Beatriz Marticorena, expuso los pasos adelante que traerá la Estrategia Guipuzcoana de Lucha contra el Cambio Climático 2050 y también incidió en la «necesidad de bajar de los indicadores generales al plano local-regional y generar verdadera capacidad institucional y visión política para la toma de decisiones».

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