Irun
«Cambiar la vida de los demás a mejor me hace más feliz a mí que a ellos»Homenaje multitudinario a Lucía Garbayo por su labor como voluntaria en diferentes asociaciones de la ciudad durante más de cincuenta años
Mayo de 1976, una irundarra llamada Lucía, cansada por las condiciones en las que se vivía en su barrio se presenta en el Ayuntamiento de ... Irun. Federico Bergareche era el alcalde de la villa por aquel entonces y aunque la joven llamó a su puerta sin cita previa ni mucho protocolo la recibió. Una visita que cambió la vida de la señorita Garbayo para siempre.
«En mi barrio solo teníamos apenas luz. Había un poste, que no era ni una farola, cada cien metros o más. Estábamos a oscuras. El camino era de tierra, cuando llovía no te cuento como nos poníamos de barro, y un día cansada de ver aquello me presenté en el ayuntamiento, sin hora ni nada», cuenta cuarenta y ocho años después Lucía Garbayo.
Le detalló al alcalde la situación de los vecinos y le instó a buscar soluciones para el barrio. «Era el mes de mayo, me dijo que para San Marcial lo teníamos hecho, y la verdad es que lo cumplió. Recuerdo que cuando llegó el día todo el barrio en la calle estaba esperando a la luz, ya estábamos locos con la carretera. Cuando vino, y nos dimos cuenta de que íbamos a vernos las caras aquello fue maravilloso, fue una explosión loca de alegría, y supe que era mi camino», recuerda con una sonrisa inmensa. Conseguir aquello despertó algo en ella, «me di cuenta de que era mi camino y que iba a serlo siempre, porque cambiar a mejor la vida de los demás me hace más feliz a mi que a ellos».
«Esta sociedad no cuida lo suficiente a sus mayores, no es consciente de su vulnerabilidad, me da muchísima pena»
«La diferencia entre no hacer nada y hacer algo lo cambia todo. La gente busca la felicidad en el tener, y hay que ser»
Tras más de cincuenta años como voluntaria, este lunes el Ayuntamiento realizó un reconocimiento irundarra, por su implicación desinteresada en diferentes asociaciones. Su compromiso por mejorar la ciudad y la calidad de vida de los iruneses siempre ha ido más allá de la palabra. En una sala abarrotada en la que no cabía un alfiler, familiares, vecinos y amigos quisieron acompañarla en el homenaje. Cristina Laborda abrió el acto poniendo en valor la labor de Garbayo, «Irun siempre se ha caracterizado por ser una ciudad abierta, integradora y solidaria. Y eso es mérito de vecinas como ella que ha entregado su vida al voluntariado y a la consecución de mejoras para la ciudad» apuntó.
Agradecimiento al trabajo
Tras el acto y la foto de familia, y sin soltar un gran ramo de flores, y el San Juan Arri en miniatura «en agradecimiento a su trabajo» que la alcaldesa Cristina Laborda le regaló, fue saludando uno a uno a los asistentes. «Ha sido un poco sorpresa, yo esperaba gente porque sinceramente me he movido durante tantos años en tantos saraos que esperaba gente, pero ha sido una sorpresa muy grata. Me he sentido muy arropada», reconocía emocionada. «¡Ven que te bese! Ya no importa si se te estropea el maquillaje...» le gritaba al terminar el acto protocolario una amiga que no quiso perderse el homenaje. Una de tantas.
Aprovechó para concienciar sobre la vulnerabilidad de los mayores. «Un anciano, necesita cariño, necesita conversación. Con muy poco se conforma, pero los mayores no estamos bien vistos en ningún sitio, me da pena. Esta sociedad no cuida lo suficiente sus mayores» alertó el lunes Garbayo.
Con cuerda para rato
«Yo no he colgado las botas aún. Mientras respire voy a seguir» amenaza divertida. Los que le conocen apuntan que nunca ha tenido pelos en la lengua. «Siempre lo he dicho todo, les he echado a todos los políticos buenos tirones de orejas, a todos si se lo merecían. Nunca le he mirado la matrícula a nadie, no me importa de qué partido son», reconoce Lucía.
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