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Ertzaintza y Policía Local acordonaron por seguridad la calle Jesús y parte de Larretxipi, pero el desalojo se produjo finalmente sin altercados. MORONDO
El Ayuntamiento desaloja el número 4 de la calle Larretxipi y tapia los accesos

Irun

El Ayuntamiento desaloja el número 4 de la calle Larretxipi y tapia los accesos

Una autorización judicial permitió al consistorio actuar sobre el inmueble y Ertzaintza y Policía Local sacaron a los okupas sin altercados

Iñigo Morondo

IRUN.

Miércoles, 8 de enero 2025, 20:15

Una resolución judicial ha permitido que ayer el Ayuntamiento de Irun pudiera actuar en Larretxipi 4 para proceder al desalojo de los okupas y tapiar los accesos al edificio. Todo ello a pesar de que la propiedad corresponde a un tercero, un privado. La autorización del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 3 de San Sebastián llega después de que el consistorio, con el respaldo de un expediente desarrollado a lo largo de los últimos meses, hubiera declarado el edificio inhabitable y hubiera ordenado su cierre por razones de seguridad.

Fuentes municipales explicaron que se actuó «con todas las garantías legales», que habían advertido de la situación a los dueños para que trasladaran la información a las personas que se encontraban residiendo en el interior y que ayer a primera hora agentes de la Ertzaintza y de la Policía Local se personaron en el lugar para desalojar el edificio.

Según indicaron, la salida se desarrolló de manera tranquila y sin altercados, aunque algunas de las personas que aún se encontraban en el interior del edificio se tomaron su tiempo, eso sí, para recoger todos sus enseres y salir del edificio. Una vez que quedó completamente vacío, desde el Ayuntamiento se dio la orden para proceder a tabicar los accesos e impedir así que nadie pueda entrar de nuevo al inmueble.

Tanto los vecinos del entorno como la propiedad del edificio se muestran satisfechos con la actuación municipal de ayer

Una primera solución

La situación en Larretxipi 4 se dio a conocer en el mes de octubre a partir de la denuncia pública de los vecinos residentes en uno de los edificios anexos y también de otros vecinos de la calle que relataron los problemas que desde hace años estaban generando las personas que residían en ese inmueble. En los últimos tiempos, informaban, habían okupado parte del mismo algunas que provenían del desalojo que se llevó a cabo en el antiguo pabellón de Doman tras un incendio. Uno de los argumentos en los que más incidió el vecindario era que el mal estado de la casa la hacía inhabitable, que el riesgo era altísimo, que caían cascotes en los patios traseros de los edificios de alrededor y que hasta había rotas cañerías que vertían fecales a las parcelas colindantes. La propiedad, por su parte, alegó haber recibido «insultos, amenazas de muerte y agresiones» por parte de algunos de esos okupas por lo que no podía siquiera acercarse a la zona.

Tras la actuación de ayer por parte del Ayuntamiento los vecinos respiran aliviados y con optimismo, «aunque seguimos con uno de los dos problemas que nos ocasionaba esa casa: sigue en ruina y seguirán cayendo trozos de la fachada y de la cubierta sobre nuestros patios traseros», apuntan desde Larretxipi 6. Eso no quita para que lo de ayer haya sido «una mejora evidente respecto a la situación que teníamos».

El futuro del edificio

La propiedad también está satisfecha con lo ocurrido ayer. Aunque el Ayuntamiento, en su comunicación oficial, evitaba usar el término 'okupa' y se refería a las personas que se encontraban en el edificio como 'moradores', la familia propietaria insistía en que «estaban allí sin nuestra autorización. La gente que estuvo alquilada hace tiempo que se fue y lo que había era okupas».

Señaló que el Ayuntamiento había avisado de que en virtud de la autorización judicial iba a proceder al desalojo, pero que no comunicó que la operación se iba a acometer ayer ni que iban a enladrillar las entradas. «Ahora nos querrá pasar la factura, pero para eso hubiéramos tapiado nosotros. Ya le dijimos al juez es que estábamos dispuestos a hacerlo, pero que no teníamos capacidad para sacar a la gente que había dentro, que eso lo tenía que hacer el Ayuntamiento que es quien declaró inhabitable el inmueble. Finalmente se ha demostrado que era así».

Sabiendo que el momento del desalojo estaba cerca, la propiedad ha pedido cita en Urbanismo para reactivar el proyecto de rehabilitación que intentó «hace 7 años. Entonces nos pusieron todas las pegas pero parece que ahora lo están viendo con otros ojos. Sólo queremos dar una solución definitiva a esto porque hasta ahora lo único que ha hecho esta casa ha sido quitarnos años de vida».

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