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Gema Garmendia con Shaik Hamza Horo, uno de los protagonistas del libro 'Half smile'/'Media sonrisa', de visita en Irun. F. DE LA HERA
De Alepo a Irun, vía whatsapp

De Alepo a Irun, vía whatsapp

El joven sirio huyó de la guerra hacia Alemania, en un largo y tortuoso viaje, del que Gema Garmendia estuvo siempre pendiente a través del teléfono móvil Shaik Hamza, protagonista del libro 'Half smile', viaja a Irun para conocer a su autora

MARÍA JOSÉ ATIENZA

IRUN.

Domingo, 22 de septiembre 2019, 00:16

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«En el momento en que sentí la necesidad de conocer a ese chico sirio, cuyo destino era Alemania, pero estaba perdido y atrapado en España, no me lo pensé dos veces. Cuando decidí apretar el botón de enviar ese primer whatsapp para presentarme, no imaginaba todo lo que acarrearía. A ese mensaje, le siguieron muchos más y nació una relación, con él y otros chicos, que no se limita al apoyo en su proceso de petición de asilo. Una relación de amistad, de la que me enorgullezco».

Así resume la irundarra Gema Garmendia, en la contraportada de su libro 'Half smile/Media sonrisa', lo que ha supuesto el contacto con los que llama «mis chicos», jóvenes sirios huidos de la guerra, en proceso de petición de asilo y perdidos en la maraña burocrática de la vieja y desmemoriada Europa. Con el envío del primer whatshapp al joven Hamza, huido de Alepo a los 19 años, Gema Garmendia se convirtió en uno de los fuertes nudos de esa red de apoyo que se extiende por los países en los que los refugiados acaban repartidos al azar.

Esta dura y hermosa historia comenzó hace tres años, al regreso del campo de refugiados de Katsikas, en Grecia, donde Gema Garmendia había pasado tres meses de sus vacaciones «echando una mano», cuenta. «A la vuelta, varios voluntarios y cooperantes formamos un grupo de whatshapp. Un día, un miembro del grupo nos habló de Hamza, un joven refugiado sirio, al que conocía, que había terminado en un centro de Antequera. Él no quería quedarse allí, sino que quería ir a Alemania, donde tenía un tío. Con otro compañero sirio, Hamza intentó llegar hasta Alemania, pero cuando llegaron a la frontera de La Jonquera, la policía francesa les devolvió a España».

«Por fin tengo papeles para poder moverme tranquilo y quería conocer a Gema»«Nuestra relación no se limita al apoyo en su petición de asilo. Me enorgullece su amistad»

El teléfono de Hamza apareció en el grupo de whatsapp, por si alguien podía ayudarles «y yo me animé a escribir le, simplemente para darle ánimos. Él me respondió y ahí empezó todo. Esto fue en enero de 2017 y ahora ha venido a visitarme».

Durante dos años, Gema ha mantenido con Hamza y con otros chicos sirios necesitados de ayuda «una intensa relación por whatsapp. Son chicos de la edad de mis hijos. Tenía que ayudarles a irse de España, que era básicamente lo que querían. Pero hasta conseguirlo, han tenido que superar un montón de obstáculos».

Todas las complicaciones y riesgos vividos por Shaikh Hamza Horo y los otros chicos quedan reflejadas en 'Half smile', incluidos los relatos en primera persona de sus respectivos periplos, desde que huyeron de su país, a causa de la guerra. En el libro, escrito a la manera de un diario, se reproducen extractos de las conversaciones que Gema mantenía con ellos, con lo que la autora ofrece un privilegiado mostrador para quienes quieran asomarse a las dificultades que encuentran estos jóvenes en su día a día, que no son pocas. La edición de 'Media sonrisa' ha sido posible gracias la colaboración de la ONG Taupadak y de la empresa Plastigaur. Todo el dinero obtenido con la venta de ejemplares irá destinado a rehacer las vidas de sus jóvenes protagonistas.

El C1 de Alemán

Cuatro años después de la huida de su Alepo natal, Hamza está establecido en Alemania y por fin, dispone «de papeles para poder moverme tranquilo», dice. Ahora que todo está en regla, ha viajado a Irun «para conocer a Gema» y ha pasado una semana con ella y con su familia.

En Irun, Hamza ha disfrutado «por primera vez en mi vida de ver una película en una sala de cine» (la sesión VOS de Mendibil). «Me gustan mucho las películas, pero hasta ahora siempre las había visto por internet», comenta. Hay cinéfilos, como «los chicos» de Gema Garmendia, que nunca han pisado una sala oscura, ni pueden aspirar a ello, de momento. Por eso, comparten con ella una cuenta de Netflix.

Durante su visita a Irun, Hamza también ha disfrutado, por primera vez, «de un baño en la playa. Me ha gustado mucho», dice. Nada que ver con la angustia que le produce el recuerdo de su paso Turquía-Lesbos en una lancha hinchable con otras 70 personas y calado hasta los huesos.

La guerra sorprendió a Hamza como estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad de Alepo. «Estaba en el tercer semestre, pero ahí se truncó todo. Ahora preparo el C1 de Alemán, mientras hago trabajillos en lo que sale. Quiero hacer un grado de Ortopedia, pero también quiero trabajar para ayudar a mi familia y para casarme. Somos nueve hermanos. Tengo dos en Grecia que quieren llegar a Alemania, pero no hay otra forma de hacerlo más que a través de las mafias y hace falta dinero. Tengo otro hermano en Turquía y los demás están en Siria, junto con mis padres. Ellos tenían unas pequeñas tiendas en Alepo. Ahora siguen abiertas, pero ya no hay negocio».

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