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Además del edificio principal hay un grupo de bungalows en el recinto.
Visita a las colonias de Navarra: «Para muchos era la primera vez que salían de casa»

Hondarribia

Visita a las colonias de Navarra: «Para muchos era la primera vez que salían de casa»

La visita recupera la importancia de esta instalación para muchas generaciones

Sábado, 1 de febrero 2025

Una cosa lleva a la otra y el acercamiento a las colonias de Navarra a través del programa 'Conoce tu ciudad' de Arma Plaza Fundazioa ha permitido, primero, rescatar muchos recuerdos y, después, tener constancia del trabajo de recuperación de memoria que está realizando la Fundación Caja Navarra, gestora de la instalación. Tanto la charla como las dos visitas guiadas contaron con muy buena aceptación, como suele suceder casi siempre en 'Conoce tu ciudad'.

Maite Roncal, directora del centro desde 2010, recordó que «para nosotros las colonias de Hondarribia son un espacio educativo en el que se viven experiencias, participación y convivencia de niños de edades de 7 a 15 años, sobre todo navarros».

El edificio abrió sus puertas en 1935 pero enseguida tuvo que parar su actividad y fue después de la Guerra Civil cuando arrancó de nuevo su actividad, con un prisma distinto al que tiene actualmente.

Cada año pasan por las colonias más de 5.000 niños y niñas, de 131 localidades navarras

Según Roncal, «desde el inicio hasta 1970 las personas que participaban en estas colonias eran necesitados, que venían a visitar el mar, a mejorar su salud. De 1970 a 1995 hay una etapa de transición, sin mucha metodología y sin conocimientos de gestión. Desde 1995 se encargó la gestión a una empresa y desde 2010 estoy yo al frente. Cambiamos las metodologías, el carácter educativo, y en 2016 hubo un incremento muy grande de la demanda. Hay años en los que 3.000 solicitantes se quedan fuera de nuestros campamentos de verano y tenemos que hacer una reflexión de nuestro método de asignación».

Roncal estima que «nos hemos convertido en referentes por nuestra calidad y la educación en valores que es súper importante para todos los niños y niñas que participan en nuestras colonias. Lo hacemos a través de metodologías de aprendizaje inmersivas, a través del juego de experiencias prácticas y de recursos de aprendizaje. Buscamos fortalecer su crecimiento emocional, habilidades sociales, autonomía, el respeto y la responsabilidad. Es un espacio de convivencia entre iguales en el que se retiró la tecnología, aunque después de la pandemia la hemos recuperado, siempre aplicada a la educación. Nuestro objetivo es proporcionar a esos niños experiencias memorables y formativas, para su desarrollo personal y social».

Las colonias de Navarra abren «de abril hasta agosto pero queremos ampliar esas fechas. Actualmente cada año pasan por nuestras colonias más de 5.000 niños y niñas de Navarra, de 131 localidades distintas». Valora que «nos diferenciamos de otros campamentos por el entorno en el que estamos, con playa y monte y un edificio histórico».

Recuperación de la memoria

Ane Asiain y Ángela Oslé, de la Universidad Pública de Navarra, están llevando a cabo un trabajo de recuperación y valorización de la historia y la memoria de las colonias de Hondarribia y de su impacto en la sociedad navarra, ya que «muchísimas personas de Navarra han pasado por aquí en su infancia y se ha convertido en algo transgeneracional». Es un proyecto a cuatro años que se encuentra en el segundo, en fase de documentación y de entrevistas, ya medio centenar realizadas. También han realizado «una recopilación de «comentarios de recuerdo y de fotos que hay en redes sociales».

Angela Oslé recuerda que «el origen de las colonias es ese movimiento higienista que surge a mitades del siglo XIX en toda Europa, porque las condiciones en las que están viviendo los niños son insalubres en muchos casos, con pandemias, tifus, muy mala alimentación y alta mortandad infantil. Se busca higiene y alimento para los niños y los médicos empiezan a recetar aire puro y las vitaminas del sol. Algunos venían a Hondarribia y otros iban a las otras colonias, en Zudaire».

Una de las cuestiones que se repiten en las entrevistas es que «para muchos era la primera vez que salían de casa. Y estaban fuera un mes, que era mucho tiempo para ellos. Nos dicen 'Yo nunca había dormido fuera de casa. Me dijeron que metiera todo en la maleta pero no tenía nada'».

Esa primera vez se completaba con la primera visión del mar. «Un señor nos decía que no pensaba que el mar era tan grande, que nunca olvidará el mar de Fuenterrabía. Otro, que yendo a las colonias te asegurabas tres cosas: ponerte moreno, ver el mar y que te dieran una gorra».

Aunque han pasado muchos años, muchas décadas, «a la gente no se le olvidan los dormitorios. Hay personas que se acuerdan de dónde dormían. Y gente muy mayor que casi ni puede hablar pero que vuelven a ser niños cuando empiezan a recordar su estancia en las colonias. Tienen muy, muy buen recuerdo».

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