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Bidasoa

Casa Martillué, un sueño pirenaico hecho realidad

Irungo Mendizaleak. El club irundarra ha comprado y reformado un refugio con todo tipo de comodidades para montañeros y esquiadores

Sábado, 4 de mayo 2024, 20:23

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Un sueño hecho realidad. Irungo Mendizaleak llevaba muchos años con el proyecto de montar algo similar a un albergue o refugio por el Pirineo. Una idea que se fue dilatando en el tiempo y que a día de hoy es ya una realidad.

La idea llevaba años rondando en la asociación, pero «por unas causas o por otras, no encontrábamos el lugar idóneo o no lo aprobaban los socios. Es en 2018 cuando encontramos un bar restaurante de carretera reconvertido a bar de alterne que estaba cerrado y en venta», apunta Félix Solís, secretario de Irungo Mendizaleak.

Resultó ser el lugar idílico para el refugio, para hacer uso de él tanto montañeros como esquiadores. Solís detalla que «era una finca cerrada de 700 metros cuadrados con un edificio interior de dos plantas de 200 metros cuadrados cada una de ellas. El resto era una zona ajardinada».

«La idea es que este lugar, además de para uso y disfrute de los socios, lo puedan utilizar también otros grupos»«Tenemos cuatro estaciones de esquí a menos de 40 kilómetros, y las cumbres pirenaicas están a tiro de piedra»

Situado a doce kilómetros de Jaca y a siete de Sabiñánigo, Julio Iturre, presidente de los Montañeros Iruneses celebra que «la ubicación es fantástica, debajo de la Peña Oroel a la entrada del pueblo de Martillué, a 100 metros de la salida de la autovía mudéjar entre Jaca y Sabiñánigo. Tenemos cuatro estaciones de esquí a menos de 40 kilómetros; Astún, Candanchú, Panticosa y Formigal. Y las cumbres pirenaicas están a tiro de piedra».

La asamblea de socios la aprobó casi por unanimidad y se pusieron manos a la obra para adecentar y adecuar la casa. No faltaron los problemas para realizar la compra «por problemas de los vendedores y luego con el ayuntamiento de Jaca que nos tumbaron el proyecto inicial porque nos obligaban a modificar la cubierta del edificio», explica Iturre.

Se vieron obligados a modificar totalmente el proyecto inicial, hacer una cubierta nueva y aprovecharon para hacer una ganbara que antes no había. El proyecto se ha quedado en 24 camas, 5 baños completos, cocina industrial equipada y un comedor para 50 personas. Todo ello en esta primera fase, aunque no descartan seguir mejorándolo. «En una segunda fase, eso ya cuando se pueda, pretendemos ampliar la capacidad de camas y servicios», añade el presidente.

La pandemia retrasó todo, pero finalmente, la Casa Martillué abrió en febrero de 2024. Los primeros huéspedes empezaron a llegar en invierno, y poco a poco los socios se van animando a visitar el lugar.

Los socios tienen prioridad

Los socios tienen derecho al uso de la instalación pudiendo ir acompañados por su familia. «Estamos obligados a cuidarlo y mantenerlo, responsabilizándonos de cualquier deterioro que pudiera producirse. Se puede invitar a personas no socias hasta un número máximo de tres personas, excluidos cónyuge e hijos menores de edad y para poder ir un mayor número de personas, solicitando autorización. En principio, la estancia máxima permitida será de cinco noches consecutivas», señalan.

La Junta Directiva se reserva la facultad de admisión de otros grupos ajenos al club para el uso de la casa. Ya que la idea es que este lugar, además de para uso y disfrute de los socios, lo puedan utilizar también otros entes como ikastolas, colegios de Irun, Federación Gipuzcoana y Vasca de Montaña u otros clubes deportivos o de montaña, «por supuesto, todo ello regulado porque la prioridad son los socios de Irungo Mendizaleak», detallan desde la junta directiva.

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