Hosteleros por los buenos modales

La impaciencia y, sobre todo, la falta de educación de muchos clientes es algo que los hosteleros llevaban tiempo comentando en reuniones internas. En algunos casos, incluso, hablaban de alguna falta de respeto. Por eso, los hosteleros de Baztan-Bidasoa han decidido dar un paso al frente a través de una campaña que han denominado 'Kaixo eta mila esker', donde reivindican que se recupere la educación, el respeto y los buenos modos en la hostelería.

«Todo comenzó con la queja de un asociado sobre faltas de respeto a sus camareras. Nos planteamos qué podíamos hacer, porque no era un caso aislado. Se trata de dar visibilidad a un problema que se ha detectado en la zona pero que trasciende más allá de ella, de dar un paso para avanzar en convivencia e igualdad y desterrar comentarios sexistas, homófobos, clasistas, racistas y faltas de respeto al personal hostelero. Para eso creamos la campaña», explican desde Baztan-Bidasoa Turismoa.

Para adherirse a ella no hace falta ser socio, ni siquiera, ser de Baztan Bidasoa. «De hecho, se ha puesto en contacto con nosotros hasta algún hostelero de Tafalla», explican desde la asociación.

«Hemos detectado, que es algo que ocurre también en los alojamientos, como por ejemplo en las casas rurales, donde la campaña se podría extender. Es que no es normal que dejando claro que estás encima para atender cualquier cosa, se limpien por ejemplo los zapatos con las toallas blancas del baño que has puesto con todo el cariño», cuentan como anécdota.

La campaña, iniciativa de la Asociación Turística Baztan-Bidasoa, cuenta con el apoyo de ANAPEH (Asociación Navarra de la Pequeña Empresa de Hostelería) y diferentes entidades públicas de la comarca como los ayuntamientos de Baztan, Urdazubi-Urdax y Zugarramurdi y las mancomunidades de Malerreka y Bortziriak.

El nombre de la campaña, 'Kaixo eta mila esker' es porque se quiere partir de de lo más básico, que es saludar y dar las gracias, «algo que, parece mentira, pero se está perdiendo» al entrar a un establecimiento hostelero.

Desde las asociaciones y entidades públicas que apoyan la campaña se considera que debe ser el punto de partida para atajar mayores problemas, «una llamada de atención a las personas para que entiendan que camareras y camareros, recepcionistas, cocineros y cocineras, personal de limpieza y todas las personas que trabajan en bares, restaurantes y cafeterías son sobre todo eso, personas, y como tales merecen un respeto y un trato educado y cordial».

«En general tenemos buenos clientes, pero hay algunas veces que, cuando abres el bar, parecen las ovejas cuando van al abrevadero, metiendo el cuerpo unos antes que otros para pedir. Y por supuesto, sin un saludo, ni una palabra de más que lo que quiren consumir», explica Rubén Garate, del restaurante Olari de Irurita. «Yo la verdad es que faltas de respeto no he tenido, ni el personal que trabaja conmigo tampoco, pero sí que notamos esa falta de educación, echas en falta que te den los buenos días o se dirijan a ti de forma más amable, solo estamos pidiendo unos mínimos. Es que vemos que es algo que se está normalizando y no puede ser así».

Belén Urrutia, de la Posada de Elbete, muestra la chapa de la campaña que «muchos yo creo que ni siquiera ven o que pueden pensar que es una chapa identificativa como llevan en algunos lugares, y ni la leen». Cuando alguien se dirije a ella pidiendo una consumición, lo tiene claro. «Primero les doy los buenos días y les digo que perdonen, que no les he oído. Entonces sí te saludan primero y luego piden. Me llama la atención que nadie pregunte por el cartel, por qué se ha puesto. Tal vez porque ya no nos fijamos en nada».

Tiene claro que hay muchas faltas de respeto que ni siquiera se contemplan como tales, pero que lo son. «Es que dejar una mesa colgada en un restaurante en el que has hecho una reserva es una falta de respeto total, como lo es también llamar a las dos y media de la tarde para decir que no vas a ir, justo a la hora en que tenías la reserva. Eso ya no sirve para nada», cuenta.

Otro de los aspectos que destaca es la falta de paciencia. «Tenemos asumido que si vamos al médico o al banco, vamos a tener que esperar. Pero en la hostelería parece que puede esa sensación de inmediatez de estos días en los que vivimos, que tenemos quizá más agudizada por el uso de las nuevas tecnologías. Hay quien no espera ni dos minutos y ya está impaciente, pidiendo la carta, que le atendamos cuanto antes. Y por supuesto que intentamos dar el mejor servicio y atender lo más pronto posible, pero hay situaciones, con el comedor lleno, por ejemplo, en las que si te acabas de sentar, hay que tener un poco de paciencia».

Desde la asociación subrayan también que esa falta de educación no es solo de un sector de la población. «No son solo los jóvenes, sino que hablamos de personas de todas las edades. Tampoco hablamos solo de turistas, también ocurre con vecinos de estas comarcas. Por eso hemos decidido dar este toque de atención».