Morkaiko Leizarpe descubre una nueva red de agua subterránea en el subsuelo de Mendaro

Aunque han pasado casi cuatro décadas desde entonces, los espeleólogos elgoibartarras no han cesado en su labor y acaban de dar a conocer la localización de una nueva una red de aguas subterráneas en Mendaro. En concreto, el hallazgo ha tenido lugar en Aizkoltxo, una pequeña colina situada en el barrio de Plaza que recientemente se ha hecho con un hueco en las páginas de EL DIARIO VASCO tras localizarse en este mismo enclave un bastón perforado hecho con asta de ciervo y profusamente decorado con motivos figurativos de animales.

La pieza está datada en el Magdaleniense Superior (14.000-15.000 años) y la particularidad de su construcción ha llevado a los expertos a considerarla como una de las piezas del arte Paleolítico más relevante de cuantas se han localizado en Gipuzkoa hasta la fecha.

Una de las peculiaridades de la surgencia de Aizkoltxo es su vinculación al karst de Arno, a diferencia de lo que sucede con las de Kilimon, Mala y Tantorta, que están relacionadas con el karst del Izarraitz. «Aizkoltxo es la primera surgencia que encontramos en la margen izquierda del Deba. En este caso, los montes de Arno y su entorno son los encargados de recoger el agua y llevarla hacia el cauce del Deba, atravesando en su recorrido el barrio de Plaza camino de la zona de Aizkoltxo, que se convierte así en el gran colector del agua en el límite meridional del macizo», manifestaron Ángel Mari Tobajas y Javier Vargas, miembros de Morkaiko Leizarpe.

Las primeras exploraciones de Aizkoltxo 3, una de las distintas galerías que hay en la colina que le da nombre, les dieron pistas de la existencia de una red de agua subterránea en la zona, pero han tenido que esperar hasta mediados del pasado mes de enero para constatarlo de manera fehaciente. «En 2018 identificamos una línea de nivel de agua a unos tres metros de altura en el interior de la galería, pero en ese momento no había rastro de ella. La prueba de la existencia de aguas subterráneas la tuvimos el pasado 16 de enero, al encontrarnos la cueva inundada tras varios días de lluvia. Al igual que ocurre en el acuífero subterráneo del Kilimon, los días lluviosos hacen que el agua acumulada en el subsuelo vaya ganando altura para terminar brotando por la boca de la sima conocida con el nombre de Ebro. Calculamos que las aguas subterráneas deben ascender siete metros para hacerse visibles en las zonas inferiores de Aizkoltxo 3», señalaron los miembros de Morkaiko Leizarpe.

Los estudios preliminares invitan a los espeleólogos elgoibartarras a ser optimistas y no descartan que esta zona pueda convertirse en un nueva fuente de suministro de agua de la que podrían beneficiarse los habitantes de Debabarrena en el futuro. «Estamos convencidos de que los próximos estudios sobre la existencia de una red de agua subterráneas de Aizkoltxo confirmarán la viabilidad de captar estas aguas para abastecimiento público, tal y como ocurre con otras importantes surgencias de Mendaro, como Mala, Kilimon y Tantorta, que abastecen a los cuatro municipios más septentrionales del Bajo Deba».