Mitos, tesoros escondidos y profanadores de tumbas en la Ruta de los Dólmenes

El mes de agosto incluye dos nuevas oportunidades de conocer un poco mejor cómo era la vida de los antiguos pobladores de las cuencas del Deba y el Urola en el Neolítico y la Edad de Bronce. Los días 9 y 30 de agosto van a tener lugar dos nuevas visitas guiadas de 'La Ruta de los Dólmenes', nombre con el que Joxe Miel Barandiaran bautizó la estación megalítica que discurre entre Elosua, Soraluze y Elgoibar.

El sacerdote, antropólogo, etnólogo y arqueólogo vasco recorrió la zona acompañado de Telesforo de Aranzadi y Enrique Eguren entre los años 1920 y 1922, buscando vestigios del pasado. Aquella labor se saldó con la localización de 16 monumentos megalíticos (10 dólmenes y seis túmulos) parte de los cuales se pueden visitar en el programa de visitas organizado por Debegesa con la colaboración de los Ayuntamiento de Elgoibar, Soraluze y Bergara, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco. Por desgracia para los intereses del equipo formado por Barandiaran, Aranzadi y Eguren, no fueron los primeros humanos en localizar estos vestigios. Tal y como recoge Barandiaran en su trabajo 'Dólmenes de la sierra de Elosua-Plazentzia' «los hallazgos realizados en estos dólmenes no son muy abundantes a causa, principalmente, de lo revueltos que están por las repetidas rebuscas de tesoros, no ya solo de los gentílicos legendarios, sino también de los del tiempo de la francesada; sin olvidar tampoco las aficiones arqueológicas sin preparación ni fin científico, más destrozonas y calamitosas que la codicia del rebuscador de tesoros; además de la absoluta destrucción de varios dólmenes por la irrespetuosa utilización de las piedras en cercas de bordas y mampostería».

El texto de Barandiaran pone el foco en las letales consecuencias que en aquel tiempo tuvo para el patrimonio la labor de arqueólogos aficionados que se lanzan a la tarea investigadora con más voluntad que conocimientos. Barandiaran también se hizo eco de la poca consideración con el pasado de los pobladores de la zona, que aprovecharon las losas y piedras de dólmenes y túmulos para otro tipo de construcciones como cercados y chabolas. A ello se le suman el daño provocado por crédulos que dieron veracidad las leyendas que, tal y como recoge el padre de la antropología vasca, hablaban de una campana llena de oro enterrada en un senda por la que solo pasan las ovejas en la zona de Muzkitxu y de 12 cajas de oro enterradas en montículos de piedra repartidos a lo largo del cordal. Con estas premisas, es fácil imaginar a vecinos de la zona lanzándose a la montaña en busca de fortuna y destrozando los dólmenes y los túmulos que localizaban animados por la idea de sacar a la luz los tesoros que guardaban, según contaba la tradición popular. Todo ello ocasionó un enorme daño al patrimonio megalítico que ahora se trata de paliar, con una destacada labor de estudio y recuperación en la que participan Debegesa, los ayuntamientos de Elgoibar, Soraluze y Bergara, el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Las personas que quieran sumarse a las visitas guiadas que van a tener lugar este mes de agosto escucharán estas y otras muchas historias, mientras disfrutan de espectacular paisaje que caracteriza a esta ruta. En concreto, se trata de un recorrido guiado de nueve kilómetros (ida y vuelta) y tres horas y media de duración por el cordal Karakate-Irukurutzeta, que se presenta como una ocasión inmejorable para disfrutar en familia (la edad mínima recomendable para participar en la visita es de siete años) o bien con amigos. Las visitas partirán desde el parking de Karakate, en Soraluze, a las 10.00 de la mañana. Se recomienda llevar ropa y calzado adecuado. Las personas interesadas en participar en la visita deben apuntarse previamente llamando al teléfono 657.794.677 o escribiendo a info@begi-bistan.com.