Leticia Astray se convierte en la primera mujer al frente de la Policía local
Tras la jubilación de Mikel Arantzamendi, Astray accede de manera provisional al puesto de Suboficial Jefa tras lograr la mayor puntuación en un proceso de promoción interno
Por primera vez en su historia, la Policía Municipal de Elgoibar está liderada por una mujer. Leticia Astray se ha convertido en la nueva Suboficial ... Jefa del cuerpo tras la reciente jubilación de Mikel Arantzamendi.
Astray se ha puesto al frente de la Policía local tras haber obtenido la mayor puntuación en un proceso de promoción interno que ha llevado a cabo el Ayuntamiento: «Asumo el cargo de manera provisional porque más adelante el Ayuntamiento tendrá que lanzar una OPE (Oferta Pública de Empleo) para asignar esa plaza de manera definitiva», explica.
«Ilusionada» ante «un nuevo reto» que afronta tres lustros después de iniciar su andadura como agente de la Policía Municipal, Leticia, de 43 años, toma el relevo a Mikel Arantzamendi, que a los 62 años ha decidido que le ha llegado el momento de jubilarse.
Natural de Ondarroa pero afincado en Elgoibar desde hace más de un cuarto de siglo, Arantzamendi ha trabajado como agente de la Policía local nada menos que 28 años, prácticamente los últimos cinco como máximo responsable (en enero de 2019 sustituyó en el cargo a Javier Oñederra).
Cambios organizativos
Mikel Arantzamendi se jubila con la satisfacción del trabajo realizado. En este sentido, destaca los cambios en el ámbito organizativo que ha experimentado la Policía local durante la etapa en la que ha estado al frente.
Según cuenta, «cuando me nombraron Suboficial Jefe, sin contar conmigo, había 18 agentes y un total de 21 personas trabajando en el departamento, que actualmente está integrado por 25 personas, 20 de ellas agentes».
Ese incremento de plantilla no es baladí: «nos ha dado la posibilidad de organizar mejor el calendario y ahora la Policía puede desempeñar su labor con cinco equipos y tres turnos los 365 días del año», explica el propio Mikel, que a pesar de jubilarse sigue acudiendo puntualmente a las dependencias policiales «para echar una mano a Leticia y explicarle cómo hacía yo las cosas, para que el relevo sea lo más cómodo posible».
Aunque se ha jubilado, Aran-tzamendi no cree que vaya a aburrirse: «Además de las labores de casa tengo muchas aficiones como pasear, leer, ver películas, tocar la guitarra, la armónima y la mandolina, hacer maquetas o las euskal dantzak y estoy viendo que me va a faltar tiempo para todas ellas», indica sonriente.
Mikel considera que ha sido «bastante gafe» durante sus años como jefe de la Policía Local, «sobre todo el año en el que accedí al cargo, en el que me tocó un asesinato, el derrumbe de la casa de Kalegoen plaza, la aparición de un obús de la guerra en un desván o la grabación de la serie 'Patria', que nos obligó a tener medio pueblo cerrado... Son cosas que aunque no lo parezca requieren mucho trabajo organizativo y de coordinación», subraya.
Aún así, destaca «el gran grupo humano» que hay en la Policía Municipal: «Siempre puede haber algún roce pero las 25 personas que conforman la plantilla, todas, siempre están dispuestas a arrimar el hombro y ayudar cuando hace falta», señala.
Un trabajo «muy desconocido»
Arantzamendi también cree que el trabajo de Policía Municipal en Elgoibar es «bastante desagradecido y muy desconocido». A su entender, «mucha gente piensa que solo nos dedicamos a poner multas cuando esa labor no supone ni el 10% de nuestro trabajo. Aquí se realizan más de 4.000 expedientes de actuaciones al año y entre ellas están los accidentes de tráfico, las peleas, los robos, la violencia de género y hasta asistencias a algún parto o actuaciones de reanimación», explica.
Por su parte, Leticia Astray reconoce que todavía se está amoldando al nuevo cargo «porque conozco bien el trabajo a pie de calle pero ahora me toca pasar muchas horas en la oficina».
De todos modos, asume la tarea al frente de la Policía local «con muchas ganas». Para ella, ser la primera mujer al frente del departamento «es un honor» y considera «importante» que las mujeres se hayan hecho con un hueco en el mismo: «cuando yo entré como agente solo había una mujer que se encargaba de cuidar la OTA y ahora hay ocho mujeres agentes y otras tres administrativas en la Policía Municipal», sentencia.
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