Muchas zonas degradadas, sin posibilidades de mejora
Urbanismo. Eibar cuenta con muchas espacios privados y algunos públicos caracterizados por su obsolescencia en los que se requiere elevadas inversiones para instalar equipamientos y zonas verdes
Eibar presenta muchas zonas obsoletas, producto de una feroz reconversión industrial y de las dificultades de su gestión urbanística. La falta de áreas verdes dentro ... de las ciudades es un problema de negativas consecuencias para la vida urbana presente y futura. Sin embargo, las posibilidades de aumentar la superficie dedicada a este uso de suelo son, en estos casos, muy pocas. Las dimensiones y características de Eibar hacen que la falta de áreas verdes sea especialmente evidente y las oportunidades de ampliarlas exigen grandes inversiones que sólo con el apoyo de todas las instituciones pueden lograrse.
Actualmente, la apuesta por las áreas verdes se ha centrado en mejorar la calidad de las existentes realizando para ellas proyectos de remodelación o recuperación. Tampoco desde el Ayuntamiento han existido posibilidades de enfrentarse a intervenir buscando promotores para nuevos proyectos, pero las crisis abiertas en los últimos años hace más dificultoso el interés para su compra y recuperación.
Un caso digno de analizar es Matxaria, en donde no se ha llevado a cabo ningún proyecto de regeneración en su parte baja y en la alta los costes de urbanización fueron tan elevados que el precio de sus pabellones no invitó su adquisición, pese a los largos años en los que estuvieron reservados a empresas de Txonta, que al final cesaron en su actividad y no pudieron ocuparlos. Por ello, la colaboración entre inversores privados y administraciones es más que necesaria por que en caso contrario la regeneración se vuelve aún más compleja.Un empresario de Matxaria que no quería identificarse decía que «tengo un pabellón alquilado en el polígono pero al pagar una fuerte suma estoy pensando en marcharme a Gasteiz».
Conseguir ser zona ZAP
Los costes de recuperación de estas zonas sin incentivos económicos específicos orientados a este fin en forma de inversiones directas, subvenciones, créditos o beneficios fiscales son más que necesarias para conseguir un cambio sustancial. Este es el caso del área que ocupó la empresa Norica, en Otaola, muy deteriorada con el paso del tiempo. Coincidiendo con la puesta en marcha del Hospital de Eibar, en el año 2018, el Ayuntamiento impulsó planes de regeneración urbanística de todo el entorno de Otaola , para lo que se mantuvieron negociaciones con los propietarios de una casa antigua, junto al hospital, con el fin de llevar a cabo la modernización de la zona, sin conseguirlo. Posteriormente, una constructora se interesó por adquirir terrenos, con lo que se trabajó sobre las posibilidades de los espacios aledaños al hospital para la creación de nuevos espacios de actividad económica, y así poder llevar a cabo una mejora de toda el área. Promotores privados trabajaron con la propiedad de estas parcelas, avanzando en sus propuestas de creación de varias actividades económicas. Se contaba, además, con la ventaja de que no era necesaria la recalificación de los terrenos, dado que ya cuentan con la calificación urbanística que les hace aptos para la implantación de las actividades económicas. En esta zona de Otaola se llegó a plantear la construcción de una gasolinera, una hamburguesería e incluso la instalación de una multinacional de bricolage, pero al final la operación fracasó con el estallido de la crisis.
Junto a las áreas industriales también existen muchos espacios que se han quedado obsoletos porque no se han podido llevar a cabo tampoco promociones de viviendas, como es el caso de Bidebarrieta, en la zona que ocupaba el bar Donosti. El Plan General de Ordenación Urbana ya establecía intervenciones en las áreas deprimidas que podrían ser de rehabilitadas y regeneradas con mejoras en la urbanización de espacios públicos y reparación y modernización del parque inmobiliario privado, o en la renovación, la demolición de edificios irrecuperables y su sustitución por nuevas construcciones, además de mejoras en el entorno público. Pero todo ello no ha podido acometerse, una decisión que queda pendiente de la situación y viabilidad económica que marquen los inversores. Así podemos ver muchos solares que no han recibido ninguna actuación por la falta de viabilidad en las posibles promociones de nuevas viviendas a ejecutar. Este es el caso de zonas como las de Bidebarrieta, Arragueta , Asua Erreka, o Txonta en los que con el paso del tiempo han quedado más deterioradas.
De hecho, el Plan Estratégico de Eibar, se planteaba como objetivo específico orientar una política de rehabilitación y regeneración urbana. Para ello, se planteaba como prioridad el primar la regeneración integrada de barrios, haciendo hincapié en la parte Este de la ciudad: Barrena-Urkizu-Arragueta y Txonta, así como mejorar el conocimiento de la situación real del parque de vivienda.
Zonas vulnerables
Además, el envejecimiento de la población, el alto nivel relativo de paro y de personas atendidas por servicios sociales en estos ámbitos, en comparación con el resto de la ciudad, hace que sean consideradas como zonas vulnerables dentro de la estructura urbana. Ante ello Eibar no ha tenido más remedio que mirar a otras zonas de Gipuzkoa como Oarsoaldea, definida por el Gobierno Vasco como Zona de Actuación Preferente (ZAP) que cuenta con un plan estratégico para reactivar su economía. De ahí que solo siendo considerada como Zona ZAP podría afrontar la regeneración y rehabilitación urbana como una política de estructuración de país, dada su importancia social y económica, y con ello contribuir a la mejora de la calidad de vida y a la sostenibilidad del medio urbano. Para ello se requieren conseguir la dotación de recursos económicos y de gestión, para desarrollar una actuación eficaz y eficiente en esta materia, y obtener en el tiempo resultados significativos. En el aspecto de rehabilitación se han llevado actuaciones importantes en Mogel y en la parte alta de Txonta, gracias a la asignación de subvenciones insititucionales.
En la presentación de enmiendas al borrador del presupuesto municipal, EAJ-PNV solicitaba una dotación de 300.000 euros para que el Ayuntamiento pudiera llevar a cabo derribos de zonas en ruina u obsoletas y repercutir sobre los propietarios estos costes como cargas futuras de urbanización.
El tiempo corre y las zonas apuntadas se deterioran más y más.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión