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Vertidos, escombros, residuos... paseo por el subterráneoUna charla impartida por Javier Martín Lapeyra (Eibar, 1965) en el hogar del jubilado Unzaga ha permitido conocer el mal estado en el que se encuentran muchos puntos del subterráneo eibarrés. Lapeyra, que ha realizado varios estudios de carácter patrimonial como la historia de la Plaza de Unzaga, ha llevado a cabo en los últimos años, varias entradas al cauce el río Ego para conocer su estado. Tres visitas realizadas este año le han permitido conocer amplitud de puntos en los que se producen vertidos de aguas fecales, escombros, residuos, cimientos deteriorados y otros imponderables, producto que las inversiones en el cuidado y mantenimiento de los caudales han sido inexistentes. Su informe ha sido conocido por la Agencia Vasca del Agua URA, del Gobierno Vasco, que de momento no ha iniciado ninguna acción, según expusieron desde el Ayuntamiento.
Lapeyra ha estado acompañado en sus visitas por algunos de sus colaboradores, durante los pasados 14 de julio, 12 de agosto y 22 de septiembre. «Llevé a cabo una observación de parte del río en lo que llamaría expediciones furtivas, realizadas bajo mi responsabilidad», explica.
Acompañado de Txomin del Pozo Sainz (Eibar, 1965), Lapeyra recorrió la regata de Txonta, la de Matxaria, el túnel derecho del Ego, desde la regata de Txonta hasta la de Iragorri, hasta el Rialto y desde Julian Etxeberria hasta la regata de Ubitxa, y el túnel izquierdo del Ego, desde la fábrica de Gabilondo hasta Ego-gain.
En la charla, impartida en el hogar del jubilado de Unzaga, con una presencia que dejó pequeño el local, Lapeyra explicó que «la confirmación de cada uno de estos hallazgos debería ser realizada por técnicos cualificados, debidamente equipados y documentados. Una vez hubieran verificado que se trata de aguas negras, sería deseable que lo situaran con precisión y localizaran el origen del vertido». En esta dirección, recomendó que los vertidos fueran debidamente dirigidos al colector general de aguas residuales, sin entrar en contacto con las aguas pluviales que van al cauce del Ego, como ocurre actualmente. «O bien sería preciso detectar en qué punto de los colectores de pluviales se produce la intromisión de un cauce sucio para después anularlo», dijo Lapeyra.
Seguidamente, mostró decenas de puntos en los que existe alguna irregularidad. Los planos más importantes fueron obtenidos en el Ayuntamiento y en su mayoría eran de 1988. Entre las afecciones que mostró estaba que el cauce de la regata antigua de Txonta discurre bajo los edificios 11, 17, 21 y 23 y tiene su enlace con el cauce moderno a la altura del número 9. «Por este enlace baja un reguero de agua sucia». Junto al muro de cimentación en el lado este de Txonta también se encuentra «una bajante de aguas negras que está rota, por lo que las aguas se desparraman por el cauce de la regata, como he presenciado. Por éste y otros vertidos, la mitad oriental de este sótano es prácticamente una fosa séptica», explicó Lapeyra. Igualmente, en el número 23 de Txonta, en la antigua regata bajo la antigua fábrica Norma, se registran un gran cantidad de escombros acumulados.
Una parte de la charla permitió conocer el canal de Loidi, un caudal que salió a la luz en 2017, durante las obras de reforma del local del Garaje García para convertirlo en el bar restaurante Baratze. «La solera de hormigón fue retirada, desvelando un cauce que se trata de un fragmento del canal del molino de Loidi, que discurría desde el puente de Arikitza hasta Urquizu 18. El río se encuentra lindante al muro izquierdo. El canal atraviesa toda la longitud del solar y se prolonga tanto al este como al oeste, en unos 15 metros de longitud como mínimo. Se encuentra lleno de detrito acumulado durante gran tiempo, proveniente de las bajantes de los cuartos húmedos de los bloques 39, 37 y quizás 33», describió Lapeyra.
Por otro lado, en Toribio Etxebarria, 25, «en Dos de Mayo podemos ver el colector que se origina en la regata de Miraflores- Itzio y que pasa bajo el solar del antiguo cine Amaya en calles San Juan 11 y el bloque de Dos de Mayo 25. En su casi nula pendiente se acumula agua sucia con detrito cuya conducción al colector es abierta y precaria y que en caso de crecida puede alcanzar fácilmente el curso del Ego».
Igualmente, en la calle Ego-gain, 2 y 4, en el muro de hormigón norte del túnel izquierdo, a una altura de más de tres metros existe una fractura por donde se produce un vertido. «El agua sucia y los residuos sólidos se esparcen sobre el cajón del colector principal», apuntó Lapeyra.
En Paseo de Urkizu, 11c, se podía comprobar la existencia «de una tubería de pvc de unos 50 cm de diámetro, empotrada en el muro este de la regata hormigonada de Matxaria, a pocos metros de su entrada al Ego, donde vimos verterse una gran cantidad de agua con fuerte olor a cloro, durante unos diez minutos. Lo relacionamos inmediatamente con el vaciado de las piscinas del cercano polideportivo Orbea. No sabemos con qué periodicidad se realiza y hemos de creer que el contenido de cloro se halla dentro de los parámetros permitidos», decía Lapeyra.
En otros puntos como en Egogain, debajo del restaurante 'Kontent', el punto de mayor fácil entrada al río, se podía ver, bajo el parque infantil, gran desconchado del forjado, que había caído sobre el colector del túnel izquierdo. En la unión con el cauce del Ego pudieron encontrar una gran rama atravesada de muro a muro, que causó sorpresa que pudiera deslizarse hasta allí. «Nuestro temor es que otras ramas vayan enganchándose y formen un dique. Habrá que desatascarla de algún modo».
Por otro lado, en el túnel norte, bajo el callejón trasero de las casas 29 a 39 de Bidebarrieta, «el hormigón del forjado se encuentra muy descompuesto, con las armaduras totalmente expuestas».
Lapeyra también desveló alguna curiosidad como la del muro norte de contención de la Casa Consistorial de Unzaga en el que se divisaban unos huecos. «El de arriba pudiera ser un resto de los antiguos calabozos en el sótano del edificio, con acceso a las arcadas sobre el río, según testimonios verbales».
Igualmente, en el túnel norte mirando al este, río abajo, bajo la calle, antes O'Donell (Ego-gain), portal núm. 2, se produce la huella de la rotura de la bóveda causada por la bomba caída en 1937, reparada con hormigón «suponemos que inmediatamente después de la última guerra civil. En el túnel sur, la huella es simétrica, por lo que deducimos que la bomba cayó justo sobre el muro que separa ambas bóvedas».
Bajo la calle Dos de Mayo (Toribio Etxebarria), portal núm. 9, pudieron ver cambio de estructura de la cubrición del río. «Termina la bóveda de mampostería y comienza el sistema adintelado en hormigón, con un ligero quiebro del cauce».
Además de graffitis en las paredes subterráneas, pudieron ver también como el agua se cuela por las juntas y disuelve el mortero y forma estalactitas de metro y medio de longitud.
Los expedicionarios se metieron hasta el antiguo cubrimiento de Dos de Mayo, de 1903, construido con lajas de piedra o losa de Eibar. «Vimos una arqueta construída en ladrillo aparentemente en suspensión».
Finalmente, también pudieron ver en el túnel norte, portal núm. 19 , sobre una placa de mortero de unos 30 cm de longitud una inscripción antigua incisa: J. LUIS. M – MCMXLV , supuestamente de un obrero o un capataz durante la obra de cubrimiento realizada.
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