Adara Alfonso | Jugadora del Eibar Rugby Taldea

«Todas queremos competir y tenemos esa garra por luchar»

–¿Cómo comenzó su vinculación al rugby?

–Empecé a entrenar en 2013 a raíz de que mi pareja en ese momento lo practicaba, me gustaba mucho verle jugar. Entonces hacia 2013 comencé en el deporte y me conquistó. Durante unos años estuve alternándolo con el balonmano, pero al final el desgaste físico y a la vez trabajar era demasiado. Algunos fines de semana tenía partido de rugby el sábado y de balonmano el domingo, lo que provocó que me rompiera las dos rodillas. Por tanto dejé el balonmano porque era más lesivo.

–¿Por qué dio el salto del Gaztedi a Eibar?

–Por circunstancias personales. Venía de un Gaztedi que aspiraba a jugar una fase de ascenso a División de Honor B. Siempre lo había visto como mi familia, pero el último año me sentí muy fuera de lugar. Ganamos la Liga Vasca y tuvimos una fase de ascenso muy dura, que perdimos. Entonces acepté la oferta que el Eibar Rugby Taldea me ofrecía. Siempre había soñado con subir a segunda división y jugar en primera, creía que era algo que no iba a conseguir nunca; de hecho quería hacerlo con el Gaztedi. En el Eibar me sentí muchísimo más cohesionada con mis compañeras en el terreno de juego. Todas queremos competir y tenemos esa garra por luchar. Cuando ambas se unen es maravilloso.

–Ahora está en su segunda temporada en el Eibar Rugby Taldea. ¿Qué diferencias hay entre esta temporada y la anterior?

–Han sido muy parecidas porque en ambas ha habido un reciclaje de jugadoras. Cuando llegué el año pasado, el equipo era prácticamente nuevo y tuvimos que conocernos desde cero. Este año ha pasado lo mismo, con jugadoras mucho más jóvenes. La gran diferencia ha estado en la forma de plantear la liga, se nos ha quedado corta. Eso es lo que nos ha condicionado, porque tenemos jugadoras muy nuevas que necesitan coger el tono de la liga, y nosotras hacernos a ellas, para cohesionar, y no hemos tenido prácticamente partidos.

–El próximo fin de semana tendrán el repechaje frente al Getxo Rugby o la Complutense Cisneros. ¿Han variado los entrenamientos respecto a este duelo?

–Estamos a la espera de conocer contra quién nos enfrentaremos. Los entrenamientos serán en base al equipo que nos toque porque ambos juegan de forma muy diferente. Ahora mismo estamos haciendo el trabajo de toda la temporada, con sesiones de gimnasio, preparando a la vez también la Copa de la Reina Seven, que comienza en tres semanas. Sobre todo estamos preparándonos físicamente y conociéndonos un poquito más en el campo.

–No será nada fácil jugarse la categoría a un solo partido.

–Ni jugarte la categoría a un partido, ni jugarte la liga a un enfrentamiento. Esos nervios siempre están ahí, nos jugamos mucho. Venimos de un parón de dos meses en el que nosotras prácticamente no hemos jugado ningún partido. Tenemos algo de miedo por cómo lo afrontaremos. Nuestras rivales vendrán con ritmo de partido, habiendo jugado cuatro semanas seguidas. Tal vez tengan jugadoras tocadas o muy cargadas, pero no sé sinceramente qué prefiero, si nuestra situación o la de ellas.

–¿Cómo están los ánimos en el vestuario?

–Estamos con muchas ganas. Nos vemos muy fuertes, entrenando muchísimo; se nos está haciendo larga la espera hasta el partido. Entre nosotras tenemos muy buena relación, en general nos llevamos todas estupendamente. Considero que son mis amigas y mis hermanas, y nos apoyamos en todo momento las unas a las otras. Hay una frase que digo desde que estoy en el Eibar y es que el rugby es una pequeña pero gran familia de la que siempre te sentirás orgullosa, y eso me recuerda totalmente a la ciudad de Eibar.

–Tras once años de carrera y teniendo en cuenta la juventud de la plantilla del primer equipo femenino del Eibar, ¿qué aporta desde la veteranía?

–A veces un poco de tranquilidad, aunque soy una persona de contrastes. Hay momentos en los que hay que apretar y a veces las jugadoras jóvenes fallan mucho de cabeza. Las veteranas estamos más acostumbradas y somos más estables emocionalmente. En otros necesitas que alguien te grite: «Sube, sube. Más rápido. Tira más, más, más». O que alguien que está viendo lo que pasa te diga: «Baja una marcha, vamos a ralentizar».

–El 8 y 9 de junio empezáis en Unbe la GPS 7s Copa de la Reina. Será su primer año como capitana del Seven...

–Sí, así es. Cuando llegué a Eibar era tan feliz que era lo que transmitía en el campo. Y lo más bonito que me pudo decir la entrenadora Cristina Guntín el año pasado fue que había sido un descubrimiento. Empecé en el banquillo, no jugaba mucho, pero era el buen rollo que transmitía cuando salía al campo por lo que destacaba. Saltaba al césped con muchísimas ganas, porque lo quieres dar todo y me veo como una jugadora muy luchadora y trabajadora. Es lo que me ha llevado a estar donde estoy, que siempre estoy dispuesta a ayudar a la gente.

–A tenor de la temporada, ¿se podrá revalidar el título de campeonas?

–Este año tenemos un equipo muy potente. Las jugadoras jóvenes aportan esa frescura, esas piernas, esa rapidez, esos contrapiés que me fascinan. Espero que sí. También jugar en el campo de Unbe siempre nos da un punto extra. El año pasado ganamos justo esa fase en Eibar por la grada, todo el mundo vino a animar y fue impresionante. Fue un momento que lo recuerdo con muchísima emoción.