Mayo Fotográfico en Eibar
«Paso tiempo conociendo a la gente antes de fotografiarla»
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Mayo Fotográfico en Eibar
«Paso tiempo conociendo a la gente antes de fotografiarla»De la trashumancia granadina a los entrenamientos de los deportistas ucranianos en los Juegos Olímpicos de París, la fotoperiodista andaluza Susana Girón construye sus historias con honestidad, compromiso y una profunda conexión humana.
Girón no viaja con grandes equipos ni con maletas abultadas. Viaja con lo justo y necesario, con dos equipos, pero siempre con una mirada atenta, paciente y sensible. Esta fotoperiodista, nacida en Andalucía, ha forjado una carrera marcada por el respeto a las historias, la dedicación silenciosa y la búsqueda de profundidad en cada imagen que captura. Su trabajo no se construye en la prisa de la inmediatez, sino en el largo recorrido de la convivencia, la empatía y el compromiso con las personas que retrata. «No puedes contar una historia si no te comprometes con ella», afirma Girón que ofreció un taller de fotografía, en el Mayo Fotográfico Y eso lo ha demostrado con creces en sus múltiples proyectos, entre los que destaca '90 varas', un trabajo que le llevó seis años de documentación sobre la trashumancia en Granada. Durante ese tiempo, tomó más de 15.000 imágenes, de las que seleccionó apenas 90. «Hay que ser honesta con las fotos que eliges», señala. Para ella, cada selección forma parte de una narrativa donde la edición, el texto, la imagen tienen un papel crucial: «Si falla algo, falla todo».
'90 varas' no solo es un retrato del viaje del ganado a lo largo de la sierra, sino un espejo de vínculos humanos, de esfuerzo y de permanencia. «Me gusta establecer lazos con las personas a las que fotografio. Trato de hacer reportajes de largo recorrido donde tienes que empatizar con la gente, con sus ritmos y con sus silencios y costumbres. Me gusta establecer vínculos y después contar la verdad», asegura.
Girón construye con calma y rigor. Su obra no es una sucesión de instantáneas espectaculares, sino un proceso cuidado que exige horas, paciencia y convicción. «Es una profesión apasionante, pero hay que echarle muchas horas», afirma con una sonrisa. Y en su caso, cada una de esas horas parece estar impregnada de humanidad, «pero sin trucos».
Este mismo enfoque lo llevó recientemente hasta Ucrania. En 2024, pasó dos meses documentando el día a día de los deportistas ucranianos que se preparaban para los Juegos Olímpicos de París. Lo hacía mientras sus familiares combatían en el frente o vivían bajo el temor constante de los bombardeos. «Esta gente tiraba adelante, pese a lo tremendo que estaba viviendo, y entrenaban con una fuerza tremenda, y así obtuvieron unos excelentes resultados», recuerda.
De esos dos meses de trabajo extrajo más de 4.000 imágenes, pero solo seleccionó 50. «El objetivo inicial es documentarse, entender, observar. Luego contar historias que puedan sorprender y que estén construidas con dedicación y tiempo». Girón es consciente del ruido visual que inunda el mundo actual. «Vivimos una saturación de imágenes. Parece que ya lo hemos visto todo. Por eso hay que agarrarse a la historia de la persona, a lo que vas a contar de forma profunda. Los medios de comunicación requieren inmediatez y el reportaje exige profundidad y tiempo», subraya. Por ello, su manera de entender el fotoperiodismo está lejos del espectáculo visual inmediato y mucho más cerca del relato con alma.
En su método, el texto, la imagen y la edición tienen el mismo peso. Para ella, un buen reportaje es una suma armónica de esos tres elementos. No se considera una documentalista al uso. También trabaja con vídeo, que utiliza como soporte para piezas multimedia que amplían las posibilidades del relato visual.
En tiempos donde la velocidad manda, Girón apuesta por frenar y mirar. Por conocer antes de disparar. Por cuidar antes de publicar. Porque, como ella misma dice, «creamos vínculos con la gente. Y eso no se puede fingir».
Tras licenciarse en Educación Física, estudió un postgrado de Fotografía y Artes Visuales en la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante). Gran parte de su trabajo lo desarrolla en Andalucía así como en proyectos de largo recorrido ligados a temas sociales y culturales. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el premio DKV de Fotografía, POYi Latam o un Primer Premio en los Atlanta Photojournalism Awards. Es colaboradora habitual de National Geographic, New York Times, GEO, El País o Der Spiegel.Aunque ha sido reconocida en numerosos medios internacionales, confiesa que aún no ha tenido oportunidad de exponer en festivales como el Mayo Fotográfico. «Lo conocía por redes, pero las características de mis trabajos no siempre encajan en esos formatos. Aun así, respeto profundamente a los clubes fotográficos y estuve muy contenta impartiendo el taller», cuenta. De hecho, su vínculo con Eibar comenzó precisamente al ser invitada a impartir un taller, lo que le permitió compartir su forma de trabajo con otros fotógrafos.
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Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
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