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Domingo, 13 de enero 2019, 00:12
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Una visita a la sala de exposiciones de Portalea le puede llevar a uno a verse tragado por una ola o a perderse en la niebla que devora un pinar. La abstracción de las pinturas de Jesús María Cormán (Pasaia, 1966) bebe del paisaje pero no se queda en lo evidente. 'Introspectiva' es el título de la exposición que abre el año en la casa de cultura de Eibar y lo hace con un recorrido intenso pero reciente sobre la obra del artista pasaitarra. La muestra abrió sus puertas el viernes y se podrá visitar hasta el 3 de febrero, en horario de 18.30 a 20.30 horas de martes a domingo.
La casa de cultura Portalea cuenta con una sala de casi 700 metros cuadrados donde hay sitio para centenares de obras pero desde que conoció el espacio, llenar por llenar no era el objetivo de Cormán. Por ese motivo ha colgado unas setenta obras de las ciento diez que llegaron a la sala. «Aquí te das cuenta de la fortuna que tiene tu obra al encontrar un espacio en el que pueda vivir así, oxigenada, y proponer el espectador la posibilidad de verla de lejos y vivir un momento con ella» señala. El montaje de la exposición puede ser la parte más complicada a nivel logístico, pero el pintor reconoce que ha disfrutado de ese proceso, «y no es algo que digo habitualmente» remarca.
Las pinturas más antiguas de la exposición son del año 2013, pero prácticamente medio centenar de los trabajos que se muestran en Portalea son nuevos. De ahí que se pueda hablar de una exposición realizada ex profeso para la sala eibarresa. Entre los recorridos que ofrece Portalea, Cormán vio que quería algo diferente para la zona central, y así lo ha hecho. «Lo único que tenía claro desde un principio eran las telas para la cúpula. El espacio es tan sugerente que me pedía hacer algo especial. Por eso me metí a hacer lo más complicado, lo menos habitual en mí». Esa idea le llevó a pintar sobre tela, sin un bastidor ni soporte, directamente sobre el suelo, y en unos tamaños que llegan hasta los seis metros de anchura. «Estaba fuera de mi zona de confort, y salir de ahí hace que te lleves muchos disgustos, pero cuando ocurren cosas agradables son muy positivas».
La exposición presenta obras en distintos formatos y soportes, y Cormán explica que la forma de trabajo varía de unos a otros. «Cuando trabajas en una tela montada sobre un bastidor el control es mayor, no dejas de tener una estructura rígida que puedes dominar de una manera u otra. En los lienzos que están pintados sobre el suelo pierdo el control sobre lo que ocurre, la tela es la que manda. Yo puedo proponer, pero al final me enfrento a un soporte en movimiento, un soporte bastante díscolo que no se deja doblegar fácilmente, y ahí la primera palabra la tienen los lienzos. Ha sido complicado trabajarlos pero también excitante» reconoce.
Frente a una de sus telas, el pintor no tiene reparos en pasar la mano. Sin embargo las texturas que se pueden ver en sus cuadros han variado con el paso de los años. El grosor que se podía percibir antaño se ha vuelto más sutil. «Me di cuenta de que podía seguir dando una física de la propia pintura sin necesidad de engrosar la superficie de la tela» explica. «Los cuadros siguen siendo muy texturados pero casi no abandonan el plano de la tela». En esas texturas sugeridas Jesús María Cormán ve un juego de ficción, «la pintura no deja de ser un juego de artificio».
El autor de 'Introspectiva' no pone condiciones al espectador y anima a que vea la exposición «con la mente libre, sin ningún tipo de prejuicios, con la libertad de querer sorprenderse». A partir de ahí su obra es la encargada de provocar un efecto. «Sobre todo me gustaría que no le dejara indiferente, que es lo peor que le puede pasar a un artista».
A pesar de que él mismo se define como un pintor abstracto y de que afronta sus obras como tal, Jesús María Cormán reconoce su tradición como espectador sembrada en el paisaje de los pintores románticos. Por eso no le sorprende que sus atmósferas encuentren referentes claros. «Raro será el que no vea paisajes en mis cuadros. Es inevitable. No soy ajeno al resultado, incluso cuando en una pintura llego a ese punto me paro».
La trayectoria de Cormán le ha permitido exponer en galerías y ferias de arte de primera fila. Sin embargo, la última década ha dado una sacudida al modelo cultural y las galerías de arte han sufrido la crisis económica en primera persona. Eso lleva a que salas como la de Eibar sean una alternativa de interés. «Portalea en Eibar, Arostegi en Bergara, Sanz Enea en Zarautz... son sitios donde haces unas exposiciones magníficas y al mismo tiempo sales del circuito de capital. Te permiten llevar tu obra a localidades que tienen otra población y que, por el motivo que sea, no van a ver una exposición a San Sebastián o a Bilbao» destaca desde Portalea.
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