Eibar

Las obras de los Zuloaga, en Toledo

Las obras de Eusebio y Plácido Zuloaga han vuelto a a luz con una exposición que se puede ver estos días en Toledo. Padre e hijo fueron dos destacados artistas españoles del siglo XIX, reconocidos por su maestría en el arte del damasquinado, técnica ornamental que consiste en incrustar hilos de oro o plata en superficies metálicas, especialmente acero.

La mezquita de Tornerías de la capital toledana acoge hasta el 10 la exposición 'El Fascinante Arte del Damasquinado Entre Eibar y Toledo', organizada por la Junta de Castilla-La Mancha, la Fundación Zuloaga y la Fundación Damasquinado de Toledo. De las 167 piezas que conforman la muestra y que parten de 20 colecciones, algunas provienen del Museo de Santa Cruz de Toledo, otras son de la Diputación provincial y el resto de colecciones particulares como la de la familia Zuloaga.

Así, el visitante de la exposición tiene la oportunidad de contemplar, juntas por primera vez, obras de Plácido Zuloaga y Mariano Álvarez, entre otros grandes maestros damasquinadores, cuyas aportaciones fueron decisivas para el desarrollo y consolidación de este precioso arte ornamental.

Una oportunidad única ya que la última muestra dedicada exclusivamente a Plácido Zuloaga tuvo lugar en el año 2000, bajo el título 'El arte y la tradición de los Zuloaga: Damasquinado español de la colección Khalili'. Esta muestra se inauguró en el Museo de Bellas Artes de Bilbao y posteriormente itineró por el Palacio de la Alhambra en Granada y la Real Fundación de Toledo en 2001. La exposición reunió más de un centenar de piezas de damasquinado, incluyendo arquetas, jarrones, armas decorativas y bocetos originales del taller de Zuloaga, provenientes de la colección de Nasser D. Khalili y del Museo Zuloaga de Zumaia

Ahora, parte de su obra se puede ver en la Mezquita de Tornerías, en Toledo. Eusebio es considerado el pionero del damasquinado moderno en España. Fue el primer artista español en alcanzar reconocimiento internacional en este arte, participando en la Gran Exposición de Londres de 1851 y obteniendo premios en diversos países europeos. Ocupó el cargo de Teniente Armero Mayor en la Real Armería del Palacio Real y fue el último en ostentar el título de Arcabucero del Rey. Estableció talleres en Eibar y Madrid, donde perfeccionó técnicas de incrustación metálica y formó a futuros artesanos, incluyendo a su hijo Plácido., hijo de Eusebio, que continuó y perfeccionó el arte del damasquinado, aplicando técnicas como el «estriado a cuchillo» o «ataujía».

Uno de los problemas que ha contado la difusión de su obra radica en que no existe un catálogo razonado de la obra ambos. Desde la Fundación Zuloaga incidían en que «sí sabemos las andanzas y fortunas de Eusebio puesto que están recogidas como Armero de Su Majestad y existe documentación, en los archivos del Palacio Real, en el que se pedía pedía a la Casa Real permiso para ir a una u otra exposiciones con lo cual su vida tenemos perfectamente documentada tratándose de una persona que vivió 90 años de vida con lo que tanto dieron de sí».

Lo mismo pasa con el legado de Plácido Zuloaga. La obra firmada por él es muy escasa y son piezas muchas de enorme importancia tanto por volumen como por el encargo. «La vida de Plácido tuvo muchos altibajos económicos puesto que tuvo que pedir trabajar Alfred Morrison (1821–1897), acaudalado coleccionista inglés que se interesó profundamente por las artes decorativas, especialmente por el damasquinado, técnica en la que Plácido Zuloaga. Cabe recordar que en el británico Palacio de Buckingham se conserva una destacada obra de Plácido Zuloaga: como mesa central realizada en 1880», explica la Fundación.

La apertura de la exposición que acoge la mezquita de Tornerías tuvo lugar el pasado día 10 y allí acudió Ignacio Suarez Zuloaga, quien resaltó que Castilla-La Mancha es «una de las grandes potencias europeas» en asuntos de artesanía junto con Andalucía, y subrayó que esta exposición es «un primer paso» para superar una vieja polémica de casi un siglo que hay entre Eibar y Toledo sobre «de quién es la artesanía». «Estamos muy contentos de volver», indicó, para agregar que su familia lleva desde 1829 yendo a Toledo y a Talavera de la Reina.