Maquetas que marcan nuestra historia
El modelista eibarrés Manu Zabala expone una muestra de 16 maquetas de casas singulares, caseríos y edificios desaparecidos de Eibar y comarca
El Museo de la Industria Armera acoge a partir de este jueves una exposición con maquetas diseñadas por el modelista Manu Zabala que componen la ... segunda parte de Arte y Arquitectura en Eibar. Esta será su segunda muestra que ya inició en 2010 cuando expuso una muestra de casas de Eibar, en donde algunas siguen en pie y otras ya han desaparecido. Zabala (Eibar, 1945) lleva 50 años elaborando maquetas con sus propias manos, algunas inventadas y otras que son reflejo fiel de la realidad. «No tomo medidas, pero si lo miramos seguro que no hay mucha diferencia con el original», apunta el autor.
La muestra que ofrece son en su mayor parte caseríos y casas singulares de Eibar, como la de Vildosola y Anitua, junto con edificios en mal estado o en ruina que tuvieron una gran importancia como el Palacio de Sagartegieta, o la desaparecida plaza del mercado de abastos de Errebal.
La afición de Manuel Zabala por las maquetas arrancó de una forma curiosa. «Antes teníamos la oficina en la torre de Unzaga. En Sanjuanes, quedaba toda la terraza llena de palos de los fuegos artificiales», explicaba. «Entonces comencé a recogerlos y con ellos hacía bordas. Luego les añadí ventanas y más tarde hice la primera réplica de una casa, que fue un palacete de Martutene».
Zabala fue perfeccionando su técnica con el paso de los años pero sin dejar de lado su estilo personal. «Utilizo todo tipo de materiales como okume, tablillas, papel de empapelar paredes, tapetes de cartas para el césped, puntas de bolis para las lámparas, pizarra para los tejados o las paredes... Pero con el paso del tiempo vas evolucionado. Han pasado 12 años desde mi última exposición», dice Zabala. Incluso las cajas de puros son una fuente de materia prima para la realización de estas casas.
Y para dar forma a todo ello, «un cúter, una lima, sierra y este taladro», explica el autor mientras mueve la manivela de la vieja herramienta. No obstante, ha empleado con el tiempo nuevos materiales desde los iniciales con tabla de serrín.
Los materiales y las herramientas se unen a una forma de trabajo artesanal. Cada teja se coloca una a una y la cola de carpintero se convierte en compañera indispensable. «Con una casa puedo estar varios meses. En verano suelo avanzar más, pero cuando estoy a punto de acabar una casa es cuando más horas paso», reconoce. Tras el pintado, el acabado es la única parte que escapa a las manos de su autor, ya que el barnizado se realiza a pistola, «para que quede uniforme y sin marcas de gotas». Entre sus trabajos hay casas de Eibar y de otras poblaciones, como chalés de Valencia y Navarra que son elementos de admiración para el autor. Ejemplo de ello es la antigua casa de los Orbea, ahora torres de Urkizu, y otros edificios singulares de la comarca.
Diseños en base a fotografías
En su primer exposición brilló con la fachada del ayuntamiento, el palacio Markeskua o la estación de tren, el probadero de armas de Txaltxa Zelai o el palacio Indianokua. No faltaron tampoco caseríos como Otolerdi y Arrajola y ahora no se queda atrás con su obra dedicada a la parroquia de San Andrés. A lo largo de los años Manuel Zabala ha compaginado su trabajo con esta afición que desarrolla a partir de distintos modelos. «Hago casas inventadas y otras reales. En estos casos saco fotos o las consigo en el caso de las que ya no existen».
Para otros edificios como Indianokua, consiguió unos planos del Archivo Municipal. Estas referencias le sirven para replicar las casas de forma muy reconocible. En 2010 fue cuando Zabala presentó sus trabajos públicamente por primera vez . A pesar de haber hecho hasta tres versiones del ayuntamiento y dos del palacio Markeskua, sus favoritas no son de Eibar. «He hecho la casa de un familiar o la de algún amigo y estoy encantado con ellas, o también alguna casa de piedra del Pirineo».
Y también tenía proyectos que ahora se han hecho realidad como escuelas que había en Jardines, que sirven de recuerdo para los muchos alumnos y alumnos que pasaron por allí y que ahora expondrá en la muestra del Museo que estará abierta hasta el 19 de febrero.
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