Eibar

Guruceta hizo historia en Soraluze

El aita de ambos, Xabier, fue canterano del Eibar y jugó entre otros equipos en la Real Sociedad, Alavés y Eibar. Además, el padre de Xabier, Valentín, fue durante años directivo del Eibar.

Pero anteriormente el apellido Guruceta se asociaba sobre todo con el árbitro donostiarra José Emilio Guruceta Muro, sin duda el colegiado más mediático que hubo en España en los setenta y los ochenta. Es una familia muy conocida en Donostia y uno de sus componentes, Francisco Javier, militó como central cinco temporadas en el Eibar entre 1980 y 1985 en Tercera División.

El gran cronista Mateo Guilabert, hombre polifacético, cuenta que él entre 1955 y 1988 tocaba el trombón en la Banda de música de Eibar. El día de San Juan de 1984 Mateo se enteró que el árbitro y uno de sus hermanos acudirían a la tarde a Ipurua para ver jugar a Francisco Javier y estaban comiendo en el Chalcha, y allí se dirigió Mateo vestido con el uniforme de la banda para hacerle una entrevista.

Al verle entrar en el comedor y pensando que Guilabert era un policía municipal Guruceta dijo: «¡Anda la hostia! ¡Ya he dejado el coche mal aparcado!». El central azulgrana era un jugador peculiar. En aquellos años los centrales de referencia eran en general potentes en el juego aéreo, con no muchas condiciones técnicas y personas absolutamente fiables en el marcaje.

Por su zona era muy difícil pasar con el balón controlado. En la Real Sociedad jugaba 'Bixio' Gorriz, futbolista expeditivo, acompañado por 'Zapatones' Gajate, y en el Athletic la excelente pareja la formaban 'Rocky' Liceranzu y Andoni Goikoetxea, destacado jugador que tuvo que sufrir que se le vinculase sin cesar a la entrada que hizo a Maradona y que en principio le costó una sanción de 18 partidos, luego reducidos a seis.

Frente a ellos estaba Guruceta, más del estilo Beckenbauer, central de muy buena planta, fino, con buen juego aéreo y al que gustaba salir del área con el balón controlado y regateando.

En Ipurua Guruceta era conocido como 'Maixu'. El 8 de diciembre de 1981 el Eibar jugaba un amistoso en Soraluze contra el equipo local para celebrar la inauguración del campo de Ezozia.

El coste había sido de 30 millones de pesetas, actualmente son 180.000 euros, y estaba sufragado con 11 millones de la Diputación, 5 millones por la Federación Española, aunque de momento solamente habían llegado dos millones, mientras el Ayuntamiento había pedido 14 millones en un crédito a las Cajas de Ahorro.

Hacer un campo en Soraluze con la orografía que hay es complicado, de hecho la obra se retrasó porque meses antes hubo un derrumbamiento. Además las medidas eran las que podían ser, 90x49 metros. Era lo que cabía. Acudieron a la inauguración entre otras autoridades el Lehendakari Garaikoetxea, el alcalde Jesús Mari Akizu y el presidente del Sora Miguel Ángel Oregui.

El árbitro es el eibarrés Alberto Osoro y a poco del comienzo un centro del placentino Asis es desviado a gol por Guruceta, que pasa a la historia como el jugador que marcó el primer gol en Ezozia, aunque fuera en propia puerta.

A la media hora empata el partido 'Bombero' Etxabe, a los 79 minutos marca Esnaola para el Eibar y en el descuento Altuna deja el marcador en el 1-3 final. En 2010 se reinaugura el campo de Ezozia, ya con hierba artificial, y en partido de Primera Regional el Soraluze B se enfrenta a otro equipo eibarrés, el Eibartarrak, que vence por cero a uno.

Pero eso es una anécdota, lo que realmente cuenta es el jugador que aunque fuese en propia puerta marcó el primer gol en la inauguración de Ezozia en el año 1981, el 'Maixu' Guruceta Muro, sugerente segundo apellido para un central del Eibar.