El Eibar y el Burgos llegan a un acuerdo para el traspaso del centrocampista Atienza

El centrocampista del Eibar, Miguel Angel Atienza, de 23 años, se marcha traspasado al Burgos. El madrileño es el primer traspaso que se hace de un jugador del filial, el Vitoria, a un club de Segunda con el que se ingresa dinero. De esta manera, sigue la misma trayectoria que Unai Elgezabal, que en verano de 2016 se incorporó al filial de la S.D. Eibar, siendo cedido al Alcorcón y al Numancia en sus dos primeras temporadas. Después Elgezabal, ya libre, fichó también por el Burgos.

Atienza jugará la próxima temporada en el equipo castellano tras alcanzarse un acuerdo entre la directiva armera y burgalesa para el traspaso del jugador que tenía contrato. No entrenó en Atxabalpe el primer día de pretemporada con lo que las sospechas se hicieron evidentes para que no siguiera en un Eibar que tiene la zona central cubierta con jugadores de primera fila como Exposito, Javi Muñoz –estos dos últimos titulares casi toda la temporada–, además de Sielva.

Y, eso que el centrocampista tenía contrato hasta el 30 de junio de 2023 con lo que se presume que se ha logrado un ingreso económico por la venta al cuadro burgalés. Atienza renovó su contrato con la SD Eibar por dos campañas más, la pasada y otra más.

El centrocampista madrileño empezó a formarse como futbolista en las categorías inferiores del Fuenlabrada hasta que en la temporada 2017-18 subió al primer equipo. Allí permaneció durante una temporada, en la que actuó en siete partidos de Liga y tres de Copa. En abril de 2018 se marchó traspasado a la disciplina del Eibar. Tuvo que ganarse un sitio arriba, ya que primero se fogueó en el filial, el CD Vitoria. En la temporada 18/19 disputó un total de 28 encuentros con el filial armero, el CD Vitoria, en Segunda División B.

El 17 de diciembre de 2019 hizo su debut con el primer equipo en un partido de la Copa del Rey contra la SD Logroñés. Y en Liga su gran momento llegó el 4 de enero de 2020, en un encuentro contra el Valencia.

De hecho nunca olvidará que fue titular en las últimas cuatro jornadas en Primera, justo en el momento decisivo de la temporada. Cuando el agua empezaba a rebasarle el cuello, Mendilibar no dudó y echó mano de Atienza para apurar las opciones de permanencia del Eibar. No era el escenario ideal para que un chico del filial empezase a tener minutos con el primer equipo, pero el entrenador de Zaldibar arriesgó dándole la titularidad en el Metropolitano y desde entonces el nombre del futbolista madrileño figuró en las últimas alineaciones del conjunto armero.

Pese a no tener continuidad, ni en Primera, ni en Segunda, en muchas ocasiones se mostró como un seguro de vida para el Eibar. Ha sido un futbolista fiable cuando se le necesitaba puesto que después de tirarse varios meses sin tener minutos, cuando llegaba su momento cumplía con nota alta. Y eso no era nada fácil para jugadores que por mucho que estén en un buen estado de forma, no tienen ritmo de competición. Igualmente, y en la última semana de competición, en Segunda, su protagonismo creció exponencialmente, siendo titular en el derbi ante el Sanse y también en Copa contra el Mallorca. La pasada temporada, el ex del Fuenlabrada disputó pocos minutos y sus apariciones fueron únicamente para dar consistencia a la medular en los últimos minutos. Pero contra el Sanse le tocó partir de inicio y volvió a demostrar que era un jugador de garantías que perfectamente podía competir con Sergio Álvarez en la medular.

Nada más conocerse su traspaso, el jugador emitió un comunicado en el que decía que «me llevo de Eibar amigos y recuerdos que os puedo asegurar que serán para toda la vida». Igualmente, recuerda que «llegué al club con muchos miedos y una maleta vacía de muchos sueños por cumplir. Y hoy, cuatro años después me voy orgulloso de haber podido cumplir un sueño». Asimismo, señala que «ahora me toca disfrutar del Eibar desde otra posición, pero tener claro que siempre seré un armero más. Estoy seguro que volveréis a donde os merecéis».

En las redes sociales, algunos aficionados discrepaban de haber facilitado su marcha «por tratarse de un jugador comprometido, prácticamente de la casa, que se dejaba el alma cada partido y lo hacía muy bien, pese a la inactividad con la que se mantuvo en las temporadas transcurridas».