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Alfa dona a Eibar su museoLa empresa eibarresa Alfa cuenta con un pequeño museo, en la calle Torrekua, en el que se exponen 220 máquinas de coser antiguas y nuevas, ... en forma de recorrido y evolución histórica de la fabricación de este artículo, de reconocido prestigio mundial. Este museo muestra desde la primera máquina de coser hasta el último modelo de la empresa eibarresa. Y también permite dar a conocer una firma que ha estado desde sus orígenes muy unida al devenir y a la identidad de nuestra ciudad. Ahora, Alfa ha decidido dar un paso más en esa unión y donar todos los artículos de su museo al Ayuntamiento.
El Consistorio se ha mostrado agradecido a la firma por su donación y ha adelantado que «todas las máquinas se integrarán dentro del equipamiento que proyecta instalar el Ayuntamiento en El Corte Inglés».
El propio museo recogía los muchos matices de esta empresa, motor social y económico de la vida eibarresa que llegó a ocupar a más de 1.700 trabajadores con una organización comercial propia cuyo producto emblemático fue la máquina de coser conocida y reconocida en medio mundo.
Algunos de sus modelos se pudieron volver a ver en la exposición del centenario de 'Alfa 1920-2020', en la sala de exposiciones de Portalea. La exposición conmemorativa se centró en la historia y evolución de una empresa pionera en la implantación del cooperativismo. Mediante esta muestra se pudo seguir el hilo de la evolución de Alfa hasta llegar a convertirse en un gran grupo empresarial y llegar a la actualidad.
La empresa Alfa nació como la primera cooperativa empresarial del Estado levantada por siete eibarreses «emprendedores de los de antes». En un principio se dedicó a la fabricación de revólveres, que exportaba a Estados Unidos y a varios países de Europa, mercados en los que competía con los sucesores del inventor del Colt. A los revólveres se unieron las escopetas más adelante.
Ya en la década de los cincuenta y sesenta, la máquina de coser se convirtió en el producto estrella. La crisis de los 90 y la caída de los aranceles tras la entrada de España en la CEE trajeron la gran revolución a Alfa, diseñada por Enrique Treviño hacia otros sectores novedosos como la estampación en frío, los mecanizados y la microfusión de acero y aluminio.
Alfa se reinventó pasando a contar con 850 trabajadores. Era una fase de fusiones y crecimiento incorporando a empresas del entorno con objeto de ampliar la oferta productiva a la industria, y afrontó otros modelos de negocio como el arte, entre otros. Después Ion Ander Buenetxea recibió la herencia de Treviño y con el nuevo grupo mantuvo algunas firmas y vendió otras. Pese a la venta también de Alfa Hogar, el proyecto 'Historias hiladas' generó un proceso de escucha al público más joven, hacia la máquina de coser que se ha traducido en un Certamen Nacional de Costura.
El origen inicial de Alfa se mantiene en Eibar Precision Casting, con fabricación de piezas de acero, aluminio, aleaciones, entre otros, para sectores avanzados.
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