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La norma que regula el uso de la biblioteca «no es ni por capricho ni por una negativa inflexible»El Ayuntamiento de Deba ha salido al paso de las críticas vertidas desde el colectivo de madres Liburutegia Denontzat, constituido hace algo más de un ... año en la localidad con el principal objetivo de reivindicar «la igualdad y el libre acceso de toda la ciudadanía, independientemente de la edad, a la biblioteca municipal».
Los responsables municipales aseguran que «comprenden» las inquietudes y peticiones que han surgido en torno al reglamento de uso de la biblioteca local, pero subrayan que la normativa vigente «no responde ni a un capricho ni a una negativa inflexible o a una falta de voluntad por parte del Ayuntamiento o del gobierno municipal». En este sentido, destacan que la norma que regula el uso del equipamiento «se basa en los más de 20 años de funcionamiento de la biblioteca y su único propósito no es otro que el de gestionar el espacio de forma realista y de la mejor manera posible para todas las personas usuarias».
El Consistorio debarra explica que «este tema ha sido tratado directamente con el grupo Liburutegia denontzat en tres ocasiones y ha sido debatido en comisiones municipales»; al mismo tiempo que reitera su intención de «no entrar en más polémicas».
Aún así, los gestores locales consideran que, tras las últimas críticas, se han visto en la necesidad de tener que volver a dar explicaciones: «el Ayuntamiento de Deba dispone de las infraestructuras que tiene actualmente, sin contar con espacios adicionales que permitan una reorganización diferente», señalan.
Desde el Consistorio insisten en que el reglamento de uso de la biblioteca municipal «no obedece a una cuestión de voluntad, sino de las posibilidades reales que ofrece el equipamiento».
A su entender, «la realidad es que el espacio disponible es limitado, y cualquier cambio en el reglamento que atienda a una demanda concreta, como es el caso, podría generar nuevos desequilibrios y afectar a otros grupos de usuarios, dificultando la convivencia en un entorno ya ajustado». Y nuestro deber como Ayuntamiento, añaden, es «velar por todas y todos los ciudadanos».
Los responsables municipales aseguran ser «conscientes de que el reglamento actual tiene sus limitaciones y de que no puede satisfacer por completo las expectativas y/o necesidades de toda la población». Sin embargo, consideran que «ante la realidad actual y tratándose de un espacio público, el deber del Ayuntamiento es garantizar un uso equitativo y equilibrado de la biblioteca, atendiendo a las necesidades de todas y todos los ciudadanos».
Los gestores locales saben que cada grupo de edad tiene necesidades distintas, y gestionar un espacio común para que pueda dar cabida a todas esas necesidades no es una tarea sencilla: «Entendemos que el reglamento no será del gusto de todas las personas usuarias, pero reiteramos que no responde a una falta de voluntad ni a una decisión arbitraria, sino a la necesidad de asegurar que la biblioteca sea un espacio funcional y accesible para toda la ciudadanía», sentencian.
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