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Ana Sánchez, Cristina Alfonso y Mikel Etxaniz. LIMIA

Zumarraga

Un comienzo, medio año de andadura y un adiós inesperado

Tres historias de emprendedores. Mikel Etxaniz amplía su inmobiliaria a Zumarraga, Ana Sánchez consolida su taller de costura y Cristina Alfonso cierra Bidegorri

Cristina Limia

Zumarraga

Jueves, 29 de mayo 2025, 19:58

Esta crónica está protagonizada por tres historias de tres emprendedores que, a poco más de cien metros a la redonda, en el centro de Zumarraga, viven distintas etapas: la ilusión de un nuevo comienzo, la celebración del primer medio año de andadura y una despedida que pocos esperaban.

Mikel Etxaniz abrirá a finales de junio su segunda inmobiliaria Etxarre en el local que hace esquina entre la avenida Iparragirre y Jai Alai, en un bajo comercial que, pese a su céntrica ubicación, cobra vida por primera vez tras permanecer inutilizado desde su año de construcción en 1973.

Cristina Alfonso entona un adiós que ha sorprendido a muchos vecinos y vecinas en la tienda de ropa Bidegorri de la calle Soraluce, donde ha colgado el cartel de 'Liquidación por cierre'. La pregunta que más le repiten durante estos días es ¿por qué? Tal y como explica ella, no ha sido uno, sino varios los motivos que le han llevado a tomar esta decisión.

Etxarre llega a Zumarraga

Imaginando un lugar de Zumarraga donde poder dar más visibilidad al trabajo que realizan y a los nuevos proyectos que están por llegar, le vino a la cabeza el local de los soportales de la avenida Iparragirre que durante 52 años ha permanecido cerrado a cal y canto. Conocía a su propietario y le hizo una propuesta que el dueño aceptó. De este modo, Mikel Etxaniz se embarcó en la expansión de la Inmobiliaria Etxarre que desde el año 2000 regenta en la calle Areizaga de Urretxu, con la apertura de esta segunda oficina en Zumarraga. Espera poder inaugurarla a finales de junio, un mes en el que, precisamente, se cumplirán cuatro años de que abriera el bar Urzubi junto a dos socios.

Lleva emprendiendo toda la vida. Tras la inmobiliaria Etxarre abrió la Pensión Zelai junto a otro socio. También tuvo otras dos oficinas inmobiliarias en Errenteria y Azkoitia y las actividades e inversiones en diferentes campos son una constante y parte de su carácter inquieto y activo. Pese a la experiencia, cada proyecto entraña un salto. «Siempre te infunde respeto, pero sobre todo ilusión», describe Mikel Etxaniz. Remarca que para emprender es muy importante estar rodeado de buenas personas y buenos profesionales. «Tener un buen equipo es clave», valora.

Explica que es un momento emergente en el sector de la vivienda desde todos sus frentes. «En cuanto a vivienda nueva, tenemos promociones importantes como la de Kalebarren y el barrio Artiz y pronto llegarán más en zonas como Pagoeta, junto al nuevo polideportivo Aldiribi», cita. «Los últimos cambios en el código técnico también han mejorado mucho la calidad de las nuevas construcciones acústicamente, energéticamente, térmicamente, en accesibilidad, materiales y acabados», reseña.

«Por otro lado, hay una demanda terrible de vivienda de alquiler, cada semana nos pueden venir tranquilamente seis personas interesadas en alquilar, pero faltan pisos. Los propietarios necesitan sentirse respaldados a la hora de poner su inmueble en alquiler», indica. Por lo que, el campo de juego es amplio en el sector. «Junto a la compra y venta de inmuebles, gestionamos alquileres, ofrecemos servicio de decoración y reforma de viviendas y asesoría energética», enumera. Son seis en la plantilla de la inmobiliaria, que dentro de poco extenderá su red a Zumarraga.

Nueva generación de costura

¿Quién dijo que la costura estaba abocada a desaparecer? Las amamas que se encargaban de estas labores van dejando de hacerlo a medida que avanzan los años, pero hay necesidad de un relevo, porque en toda casa hace falta un remiendo para un descosido. Ana Sánchez apostó por abrir su propio taller de costura y ganchillo Orratz en septiembre del año pasado, en el bajo de la calle Secundino Esnaola número 12 donde anteriormente se situaba la lencería Marlo.

Siempre se ha dedicado a la costura. En un principio realizaba trabajos para tiendas locales, hace quince años llegó a tener su propio establecimiento de arreglos en Urretxu y durante nueve años impartió clases en la mercería Julita.

En estos momentos, cuenta con 42 alumnas en su taller Orratz, de edades comprendidas entre los 12 y los 70 años. «La costura tiene tirón y de hecho, hacen falta costureras y costureros, aquí enseñamos a personas de todos los niveles. La tranquilidad y la paciencia son la mejor filosofía para aprender, todo el mundo puede», apunta Ana.

Hacen pequeños arreglos, crean y customizan ropas, trajes de baserritarras, neceseres, bolsas... También realizan bordados, ganchillo y algo de pachwork si se tercia. «Tenemos una zona de costura a mano y otra a máquina», explica. También ha empezado a realizar trabajos para grupos como Lurra Dantza Taldea. «Estoy confeccionando los nuevos trajes que lucirán próximamente», cuenta ilusionada.

«Al meterte a abrir un taller propio pasas todos los miedos del mundo. Yo no pude lograr subvenciones, ya que mi actividad no entraba en el área de comercio, sino de servicio, de modo que tuve que asumir íntegramente todo lo que conlleva empezar de cero y, de momento, no me puedo quejar», cuenta.

La despedida de Bidegorri

«La necesidad de un cambio» ha llevado a Cristina Alfonso a tomar la decisión de cerrar su tienda de ropa Bidegorri en la calle Soraluce. Estos días ha entrado en la fase de liquidación, pero todavía no tiene fecha concreta para el cierre. «Espero poder terminar en julio para afrontar septiembre de otra manera», señala.

A la pregunta de ¿por qué ahora? Cristina contesta que ha sido un cúmulo de cosas. «El pequeño comercio exige jugar muchas ligas a la vez hoy en día. Además de la cercanía, confianza y atención personalizada que ofreces a tu clientela del pueblo, debes ser competitiva con tu tienda on-line, algo que requiere una atención enorme prácticamente las 24 horas del día», cuenta.

«Aún así lo peleas y te reinventas una y mil veces para mantenerte ante las grandes plataformas que ofrecen precios con los que no puedes competir, pero todas las exigencias con las que tenemos que lidiar los autónomos tampoco ayudan a levantar la cabeza», indica. «Todo gira en torno a números, facturas, redes sociales, venta y otra vez números, que sinceramente, a veces ni dan... y eso dicta sentencia», afirma.

La 'utopía' de la conciliación laboral y familiar también ha tenido mucho que ver en su decisión. Como madre de tres hijos, la sensación de no poder llegar a todo pese a echar mano de ayuda va haciendo mella. «Al final todo se hace bola... Ha llegado un momento en el que, más allá de los altibajos de las ventas, no me compensa a nivel emocional, necesito otra estabilidad», explica.

«Con todo y con ello, no veo el cierre como un fracaso. Me ha encantado mi trabajo, he hecho lo que he querido y he sido feliz haciéndolo durante mucho tiempo», describe. Ha participado en múltiples formaciones, campañas y ferias de comerciantes, ha logrado el reconocimiento de Singular Dendak de la Federación Mercantil de Gipuzkoa y ha sido distinguida en el concurso de escaparates navideños dos veces, este año con una mención especial y el año pasado con el 2º premio.

«También he tenido una clientela muy fiel, sobre todo masculina, para la que hay menos opciones que para las mujeres», señala. «Me llevo unos años muy bonitos con los clientes, con el resto de comerciantes y con Mari Moreiro, que me ha acompañado como dependienta y con la que he trabajado muy a gusto», valora sobre su experiencia al frente de la tienda Bidegorri, de la que tomó las riendas en 2017. La regentó en Labeaga hasta 2023, cuando dio el salto a la calle Soraluce, donde ahora enfila el adiós.

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