Roban el belén silvestre colocado altruistamente por el legazpiarra José Luis Arzuaga en Udana
Cuatro días después de haberlo instalado, como cada Navidad desde 2006, se acercó a disfrutar del resultado y se llevó el disgusto; espera rehacerlo
El gozo de un gesto altruista se tornó en disgustó para José Luis Arzuaga cuando, el lunes, visitó el bonito belén de madera que desde ... 2006 coloca cada Navidad en Udana para el disfrute de los miles de conductores, pasajeros y ciclistas que circulan por el puerto que une Legazpi con Oñati. Indignación y pena se mezclaron en la boca de su estómago al comprobar que las tres figuras del maravilloso pesebre creado en medio de la naturaleza, con un San José de 35 centímetros de altura, una Virgen María de 30 centímetros y el pequeño Niño Jesús mecido entre hojas, habían desaparecido. «Desconozco si alguien las habrá robado para llevárselas casa o simplemente las ha tirado por alguna parte», comenta, todavía dolido con lo sucedido. Y es que apenas habían pasado cuatro días desde que, el miércoles de la semana anterior, instalará su popular belén. «Este año había renovado la Virgen, me parecía que la anterior era muy pequeña y se perdía en el paisaje, me había quedado bonita no, ¡lo siguiente!», cuenta con el énfasis de quien cuida con esmero cada detalle de su obra. El carpintero legazpiarra lleva más de una década dedicando su tiempo libre a hacer verdaderas obras de arte, no solamente en madera, sino también en piedra, como el espectacular ferrón de más de 3 metros de altura situado en Mirandaola, que Arzuaga realizó en piedra caliza y en 2019 donó al Ayuntamiento de Legazpi.
«Se me ocurrió crear el belén haciendo footing»
La idea de montar un belén en Udana nació de las habituales salidas que realizaba por la zona para hacer footing. «Pensé que de Legazpi a Udana tenía que existir un txoko bonito donde pudiera realizar una gruta, al principio no hallé ningún árbol ni espacio que me pareciera adecuado, pero tirando dos kilómetros para abajo, en la segunda curva pronunciada que hay después del mirador del puerto, me topé con un magnífico haya a la orilla de la carretera», relata. De aquel haya hizo su particular 'templo' de la Navidad. Con la habilidad y sensibilidad que le caracterizan, esculpió de manera rústica las tres figuras protagonistas del belén y las integró en la cavidad que ofrecía el árbol. «El haya se prestaba realmente para ello, calculé bien las proporciones que debían de tener las figuras y me quedé muy a gusto con el resultado», rememora de aquel primer montaje de 2006. Desde entonces, el belén de José Luis Arzuaga es una de las grandes sensaciones de la Navidad en Udana. Es muy querido tanto en Legazpi, como en Oñati. Su llegada es esperada por niños y mayores, siendo protagonista de múltiples alabanzas entre los chóferes de Lurraldebus, sus viajeros y los conductores que diariamente realizan este trayecto.
José Luis jamás ha fallado y, Navidad tras Navidad, su belén ha llegado siempre a tiempo a Udana. Aunque durante los primeros cuatro años obró «de incógnito», reconoce. No desveló ni a familiares, ni a conocidos, que él estaba detrás de aquel acto. «La gente estaba mosqueada, muchos querían saber quién era el autor del belén y al final un día rompí el hielo y lo conté», comparte como anécdota.
Aunque todavía hay quienes desconocen la autoría del curioso belén silvestre. «Justamente, hace unos días, me encontré en el hogar del jubilado de Legazpi con una mujer que viaja todos los días a Oñati con su marido, le comenté que venía de colocar el belén de Udana y se sorprendió de que estuviera hecho por mí, se llevó una gran sorpresa. Este tipo de cosas bonitas me han motivado siempre a hacer lo que hago, hemos vivido años de grandes heladas, viento, nieve... e incluso un derrumbamiento que mantuvo cortada la carretera de Udana por un tiempo, pero yo siempre he puesto el belén, empujado por el aprecio que la gente me ha mostrado por el trabajo que realizada», afirma.
Con el paso de los años, el haya desapareció. «La Diputación marcó una serie de árboles a tirar en Udana porque se encontraban podridos o entrañaban algún peligro, entre ellos se encontraba el haya en el que instalaba mi belén... pero tuvieron el detalle de no cortarlo de cuajo por la parte de abajo, sino de hacerlo desde un poquito más arriba, de forma que se mantuviera la cavidad en la que yo colocaba las figuras y así lo seguí haciendo durante un tiempo», narra. «Hasta que, definitivamente, un día el árbol se pudrió del todo y tuvo que ser retirado, desde entonces, pongo mi belén en el mismo lugar, pero en una plataforma que he fabricado yo mismo», explica.
Cuenta que, hace cinco años, también robaron las tres figuras del belén y las rehízo. Su idea es crear unas nuevas y llegar a colocarlas a tiempo para estas navidades, «Yo no soy rencoroso, quien me conoce sabe que hago las cosas de corazón», indica. No obstante, señala: «Durante estos días, cuando la gente vea el belén vacío, me gustaría que pensara en el cariño con el que estaba hecho y lo triste que resulta que alguien haya hecho algo así».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión