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La dantzari más veterana. Lurdes Garate, con las figurantes de la rosa Leire Makibar y Aitziber Gine.
Una Ezpata Dantza de las mujeres que no pudieron bailarla

Legazpi

Una Ezpata Dantza de las mujeres que no pudieron bailarla

Insólita y emotiva. Fue interpretada por las legazpiarras que formaron parte de Sustraiak cuando el histórico baile era solamente de hombres

Cristina Limia

Sábado, 3 de mayo 2025, 21:31

En plenas celebraciones de su 50 aniversario, el grupo de baile Sustraiak ofreció ayer una Ezpata Dantza insólita y llena de emoción para muchas generaciones de mujeres de la localidad. El gran baile del 3 de mayo fue interpretado por aquellas legazpiarras que en estos cincuenta años fueron componentes de Sustraiak pero no pudieron bailarlo, al haber sido este honor exclusivamente reservado a los hombres hasta el año 2015, a partir del cual, la Ezpata Dantza de Legazpi pasó a ser mixta. «En 2011 solamente la bailaron las mujeres como primer guiño a la apertura y antes, en torno al año 1950, existen imágenes antiguas de tres jóvenes legazpiarras interpretándola, pero fueron hechos puntuales». explicaban desde Sustraiak.

Lurdes Garate, de 67 años, era la dantzari más veterana de la Ezpata Dantza de ayer. Fue integrante de Sustraiak en su juventud, desde los 15 hasta los 19 años. Minutos antes de salir a la plaza a bailar señalaba que le producía una emoción indescriptible.

La reivindicativa Ezpata Dan-tza de mujeres fue escenificada con gran fuerza y esplendor. En lugar de los habituales 16 ezpata dantzaris que protagonizan habitualmente el baile fue ejecutado por 34 mujeres. En vez de construir una figura de la rosa o degollada se erigieron dos, que fueron coronadas por las dan-tzaris veteranas Aitziber Gine y Leire Makibar.

La primera, con 47 años, bailó en Sustraiak desde los 4 hasta los 31 años. Con la llegada de la maternidad dejó de hacerlo, pero la llamada especial realizada por Sustraiak para reunir a antiguas y actuales dantzaris en este 3 de mayo hizo que volviera a ello. «Puede que cuando la Ezpata Dantza era representada únicamente por hombres sintiera un punto de envidia al verlos bailar, pero yo creo que se trataba de algo que asumíamos desde la conformidad. A día de hoy, es verdad que haber tenido la oportunidad de interpretarla ha sido un gran honor», describía Aitziber. Reconocía que subirse a la rosa imponía, «Ver la plaza llena de gente en este día grande de las fiestas de Legazpi desde ahí arriba, rodeada de mujeres y compañeras del grupo de baile al que he pertenecido durante tantos años y con ese cariz de reivindicación ha sido un momento muy feliz para mí», señalaba.

Unas sensaciones que transcribía su homóloga en la otra figura de la rosa, Leire Makibar. A sus 48 años, recordaba que fue dan-tzari de Sustraiak desde los 5 hasta los 23 años. «Nunca di demasiadas vueltas al hecho de que la Ezpata Dantza fuera de hombres, su evolución hacia la entrada de las mujeres se ha dado de un modo natural y estoy satisfecha de poder bailarla», comentaba.

Goiz Deia también propició ayer un bonito encuentro intergeneracional entre antiguos txistularis que en su día tocaron la Ezpata Dantza para Sustraiak con los actuales.

«Hicisteis arte con Chillida»

Otro de los momentos más emotivos del día grande de las fiestas fue la entrega del premio Olaria a los trabajadores que colaboraron con Eduardo Chillida en la creación de sus obras en la fábrica de Patricio Echeverría. Abel Araguzo, Josu Romaratezabala y Agustín Beloki recogieron la estatuilla en nombre de todos ellos, dedicando unas palabras de recuerdo a los que ya no están entre nosotros. Explicaron que habían decidido que el galardón sea guardado en la fundación Lenbur. «Chillida soñaba esculturas, pero fueron nuestros trabajadores quienes imaginaron cómo sostenerlas, quienes calcularon, cortaron, doblaron, ajustaron... una y otra vez hasta que la belleza se sostuviera en el viento, quizás no eran artistas, pero lo que hicieron fue arte», puso en valor el alcalde sobre los galardonados.

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