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El tranvía de Vitoria rediseña su accesibilidad y sumará nueva señalética

El tranvía de Vitoria adaptará su accesibilidad a marchas forzadas. Las críticas de los usuarios, recogidas tras diversas reuniones entre Euskotren y colectivos de personas con diversidad funcional, han llevado a la sociedad dependiente del Gobierno vasco a elaborar un plan estratégico para que nadie se sienta excluido de este transporte público. Las medidas que propone ese ambicioso documento obligan a un rediseño de muchos aspectos que están ahora en vigor en el metro ligero y, además, condicionarán de manera inevitable la fabricación de los nuevos vehículos que circularán en futuras ampliaciones del servicio. En concreto, y como más cercana, se encuentra la extensión hacia Zabalgana, cuya posible entrada en servicio se sitúa en 2029.

Con todo, los cambios de mayor calado esperan haber culminado mucho antes en las líneas que circulan hoy por la ciudad. Éstos sobre todo tienen que ver con la señalética (en el interior y exterior), la adecuación de las máquinas expendedoras a las «necesidades diversas» y, entre otros, a una modificación en la instalación de la publicidad para que no afecte a la visibilidad.

Y es que, si bien el horizonte que se marcan los gestores de los servicios ferroviarios para cumplir con todos sus propósitos es 2030, algunas de las intervenciones «con más impacto» se están poniendo en marcha durante la presente primavera, mientras que otras más residuales se irán aplicando de forma progresiva y, en muchos casos, pretenden estar ejecutadas para «finales de 2025», según confirman fuentes de Euskotren. En paralelo, y tras conocer los resultados del diagnóstico en accesibilidad, esta sociedad ha decidido formar a su plantilla con distintas jornadas de «sensibilización», de tal manera que comprendan mejor los problemas cotidianos a los que se enfrentan distintos colectivos.

«Contraste cromático»

Respecto a las actuaciones prioritarias a ejecutar en los próximos meses está la sustitución de mamparas por otras que obstaculicen menos. Con esto se refieren al reemplazo de esos biombos de cristal que, en determinados coches, delimitan el área reservada para personas con movilidad reducida y carros de bebés. Aunque esta tipología no se aplica en todos los tranvías; sólo afecta a la serie 500, la conocida como 'oruga'.

Ésta medida viene a complementar otra ya culminada en todos los convoyes (un total de 16): la de eliminar los asientos abatibles -en nueve de los extralargos y siete de los normales- para «conseguir un espacio más diáfano que facilite las maniobras». «Es muy útil porque antes no se respetaba nuestro lugar», valoran los usuarios con diversidad funcional.

También cambiarán por completo, antes del verano, el color que se emplea en algunos asientos para «generar contraste cromático» y que las zonas reservadas sean más reconocibles, igual que sucede en los Cercanías. Una medida que ya se ha empezado a aplicar en varios convoyes con el color amarillo.

Precisamente, la rectificación en la señalética, prevista para antes de 2026, será una de las transformaciones «más necesarias», a juicio de las personas con discapacidad. En el exterior de las unidades, en puertas y ventanas, se aumentarán de tamaño las imágenes de los espacios accesibles para que «se identifiquen mejor». Ocurrirá lo mismo en el interior, donde se incluirá, además, el «orden de prioridad» de los colectivos con movilidad reducida y se rotulará el suelo.