Sus 36 centímetros de alto han facilitado que réplicas de la virgen del espino estén por todo el mundo. MARIAN

Oñati

Una devoción que echó raíces en ultramar

La festividad de la virgen de Arantzazu será recordada mañana en un buen número de capillas y altares repartidos por el mundo

Sábado, 7 de septiembre 2024, 20:16

La festividad de la virgen de Arantzazu vestirá mañana de fiesta los alrededores de la Basílica con la secular peregrinación de oñatiarras y la ... participación del lehendakari y primeras autoridades de la política vasca en los actos que se celebrarán en honor a la patrona de Gipuzkoa.

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Y aprovechando que hoy se celebra el 'Día de la Diáspora vasca' ponemos el foco en un dato poco conocido y que investigaron los franciscanos ya fallecidos Martín Mendizabal y Cándido Zubizarreta: el elevado número de Cofradías de la Virgen en ultramar.

Estas fueron fundadas donde el núcleo vasco era numeroso y casi siempre por iniciativa de seglares que adquirían o edificaban capillas y altares en iglesias conventos y parroquias.

En Perú la Cofradía de la Virgen de Arantzazu más antigua fue fundada por emigrantes vascos en 1612En el año 2.000, la virgen de Arantzazu fue entronizada en la popular Basílica de Luján de Argentina

En Perú, la más antigua que constataron fue la de la Cofradía de Lima, fundada por emigrantes vascos en el año 1612. Sus miembros adquirieron en el convento de San Francisco una nave de la Iglesia para enterramiento de sus cofrades y en ella colocaron sus altares, presididos por el de la Virgen de Arantzazu.

En este país hubo dos cofradías más, en Chocas y Hualgayoc. En Bolivia se rindió culto a esta Virgen a partir de 1671 en los Agustinos de Potosí; en Chile, lo hicieron en el convento de Nuestra Señora de Arantzazu de Higuerillas y en San Francisco de Santiago; en Argentina, en San Francisco de Buenos Aires y capuchinos de Jujuy, San Fernando y Victoria; en Uruguay en San Francisco y el cerro de Montevideo; en Colombia en Cartagena de Indias y Arantzazu.

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América, Filipinas, China...

En México, en San Francisco, Veracruz, Zacatecas, Cerro de Belén, Guadalajara y San Luis de Potosí; en Cuba en San Francisco de la Habana; en Filipinas en el convento de los dominicos de Manila y en la Parroquia de San Mateo Rizal; y, también, en China en Kankuy y Vicariato de Yenanfu.

Pero toda esa devoción no se remonta a siglos pasado, en el año 2.000 la virgen de Arantzazu fue entronizada en la Basílica de Luján de Argentina. La réplica de la imagen de la patrona de Gipuzkoa fue llevada expresamente desde el santuario oñatiarra gracias al empeño de la comunidad vasca de Argentina que ya tenía una iglesia dedicada a la virgen del espino en la ciudad de San Fernando, ubicada 29 kilómetros al norte de Buenos Aires.

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En esta ciudad se formó la comisión de entronización y desde esta parroquia dedicada a Nuestra Señora de Arantzazu partió la imagen en procesión hacia el Santuario de Luján, la basílica de la patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay.

Dantzaris, txistularis y cientos de peregrinos acompañaron a la Andra Mari en romería hasta el santuario más popular del país andino. En él se celebró una misa solemne y se procedió a la entronización de la Virgen de Arantzazu en la cripta donde se veneran las réplicas de multitud de imágenes de María procedentes de todo el mundo.

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La de Arantzazu está dedicada a todos los descendientes vascos que viven en aquellas tierras y junto a ella escribieron: «El espino sobre el que hoy descansa esta imagen de la Virgen de Arantzazu, es un árbol traído especialmente de la provincia de Corrientes, y simboliza al pueblo argentino llevando en andas a la Andra Mari. La Virgen de Luján, patrona de los argentinos, recibe en su casa y para siempre, a la Virgen de Arantzazu, como signo de la unión fraternal entre sus pueblos».

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