Oñati
El canal de Saratxo cumple un sigloIngeniería de otra época. Tiene una longitud de 1.674 metros, el agua sube en vez de bajar, y un kilómetro de la infraestructura es un túnel excavado en roca que atraviesa Araotz
Sábado, 19 de octubre 2024, 20:30
Saratxo ha cumplido cien años extrayendo luz del agua. El viernes se cumplió un siglo de una obra de ingeniería hidroeléctrica que muchos creían una ... locura porque el origen de la instalación era ascendente, en vez de descendente, y además un kilómetro del canal (de 1.674 metros de longitud) debía excavarse en el agrestre terreno rocoso que atraviesa Araotz.
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Los ingenieros franceses contratados por la Unión Cerrajera, habían decidido acometer la intervención perforando la roca por ambos lados, y muchos araoztarras desconfiaban de que los dos túneles llegaran a confluir, pero al final la ingeniería hizo su magia y la infraestructura de Saratxo se puso en marcha el 18 de octubre de 1924.
Y un siglo después, sigue generando energía limpia en el seno de Oñatiko Ur Jauziak, con una producción de unos 1.802 MWh al año. Oportunidad para recordar que Oñati lleva más de cien años aprovechando los saltos de agua para el abastecimiento de las viviendas del municipio. Y en la actualidad, a través de 19,2 kilómetros de tuberías y el agua de cuatro saltos: Olate, Saratxo, Arantzazu y Zapata, es un modelo de autoabastecimiento premiado.
De hecho, Ihobe, la sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno Vasco, puso a Oñati «como ejemplo» en su manual de buenas prácticas ambientales, «por su labor en la recuperación de centrales minihidráulicas para el abastecimiento de energía de los habitantes de un municipio». Un camino que, pese a las dificultades, sigue dando pasos adelante.
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Oñatiko Ur Jauziak
El Consistorio compró Olate a la Unión Cerrajera por 5,1 millones de euros (850 millones de pesetas) y dos años después la convirtió en una moderna estación productora de energía tras una inversión de 2,1 millones de euros (350 millones de pesetas). Hoy en día sigue siendo la estación de producción principal completando la empresa, las centrales de Lamiategi y de Tokillo.
No obstante, el primer paso se dio entre 1908 y 1915, años en los que el Ayuntamiento obtuvo la concesión a administrativa de dos aprovechamiento hidroeléctricos denominados Olaran Erreka (con una potencia de 48 kva a 3.000 V) y Urdantegieta (con una potencia de 103 kwa). En consecuencia se instaló la primera línea de energía municipal que ocupaba una superficie aproximada de 9 km y tenía una potencia de 151 kwa con una producción de 250 kwh de media.
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Antes, en 1893 una empresa privada, Biain y Cia, ya sacaba partido al río Ubao, para abastecer a la Unión Cerrajera, que producía energía eléctrica para sus necesidades fabriles, algo muy habitual por entonces.
Las cosas marchaban bien y visto que las dos centrales municipales no producían la energía suficiente, en 1.921 el Ayuntamiento firmó un contrato para poder cubrir las necesidades de la población con la citada Unión Cerrajera, que estuvo siempre muy ligada a la red local
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Referéndum en 1925
El segundo hito se sitúa en 1925, año en el que se acordó «la municipalización con carácter de monopolio del servicio de suministro de energía eléctrica». Esta decisión fue aprobada en referéndum y supuso el inicio de un expediente de expropiación a las instalaciones y servicios que UCEM tenía en Oñati.
Tras la incautación el Ayuntamiento llegó a un acuerdo contractual con la distribuidora de Hidroeléctricas Ibérica, Antonio Lezama y Compañía SL merced al cual la citada empresa efectuaría la distribución a las industrias, mientras que el Consistorio se encargaba de la distribución para uso doméstico.
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La cosa se torció tras la venta que la empresa Antonio Lezama realizó a Iberduero, y dio lugar a un pleito entre la nueva firma y el Ayuntamiento, tras solicitar la corporación un aumento de la potencia y contestar la compañía energética que no estaba obligada a ello. Finalmente la dirección de Industria dio la razón al Consistorio en 1967. Pero una nueva petición de aumento de potencia, originó otro proceso y el Ayuntamiento decidió construir un nuevo Centro de Transformación.
Ante el coste económico de la obra y la mejora de la red se planteó la venta del servicio a Iberduero, que realizó una oferta de 2.600.000 pesetas bajo la condición de la concesión la distribución de la energía de uso doméstico. Esto provocó una fuerte discusión en la Corporación que finalmente se saldó con el rechazo de la oferta y la búsqueda de los recursos necesarios para iniciar el ambicioso proyecto.
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El principal hito energético del siglo pasado, no obstante, fue la compra de Saltos de Olate en 1989 y la constitución de Oñatiko Ur Jauziak S.A participada por el Ayuntamiento y el EVE, y desde 2.018 también por la cooperativa Goiener.
Pero todavía estaba por llegar toda una revolución en el sector: la aprobación de la Ley de Liberalización del Mercado Eléctrico, y las obligaciones que hubo de asumir el Consistorio, entre ellas, la constitución de una sociedad mercantil para la distribución de la energía eléctrica (Oñargi S.L) creada en 1.999, y otra para la comercialización en 2.001 (Merkaoña S.A). Una larga trayectoria hidroeléctrica que estos días cobra actualidad al cumplir el emblemático canal de Saratxo un siglo.
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