«Apostamos por la bioenergía como la manera sostenible de gestionar los residuos orgánicos»
La empresa produce nanoparticulas de residuos oléicos con aplicación a la bioenergía María Jara Cofundadora de Smallops
JOXEBI RAMOS
Eskoriatza.
Domingo, 22 de mayo 2022, 00:25
Una eskoriatzarra de tan solo 25 años, María Jara, es socia de la empresa Smallops, que está desarrollando una tecnología para la valorización de ... los residuos del sector oleícola, el alperujo y el alpechín, que podría revolucionar el biogás a nivel mundial. Jara tiene otros dos socios, Iñigo Monreal y Rubén Escudero, y cuenta con una ingeniera química, Lola Hernández.
El trabajo de esta empresa ha sido reconocido a nivel mundial, apareciendo incluso en la revista Forbes, y ha recibido varios premios: segundo puesto en el Green Disruption Summit (2021), el Premio a la Sostenibilidad Smart Agrifood Summit (2021); Premio Emprendedores a la Innovación en el Sector Agroalimentario (2021); Certamen Nacional Jóvenes Emprendedores del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 (2021); Premio Cátedra Verinsur-UCA para Alternativas Innovadoras sobre Valorización de Residuos (2021); Premio Mares Circulares en la categoría de estudio científico (2021) y 30 Under 30 - Europe - Manufacturing & Industry 2022.
–¿Qué estudios ha realizado y dónde?
–Estudié en Oñati y tiene una duración de 4 años. Yo ya hace 2 años que la terminé, concretamente en diciembre de 2020 defendí mi PFG (Proyecto de Fin de Grado) que consistía en desarrollar un modelo de negocio sostenible y rentable para Smallops. Soy graduada en Liderazgo Emprendimiento e Innovación de empresas (LEINN) por la Universidad de Mondragón (2020). También cuento con diferentes certificados de 'Liderar a Personas', 'Gestión del tiempo', 'Gestión de proyectos', 'Negociación', 'Inteligencia digital' y 'Persuadir a otros' de Harvard ManageMentor (2021). Actualmente estoy cursando el MBA en el 'Programa ThePowerDigitalMarketing' de The Power Business School.
–¿Como surge de la idea de crear la empresa?
–Nuestra historia comienza el 15 de febrero de 2018 cuando Rubén e Iñigo, ven la oportunidad de aunar la experiencia y los conocimientos de ambos para desarrollar un proceso de gestión de residuos oleícolas y producción de nanopartículas con fines medioambientales. Ante la oportunidad decidieron incluir una tercera socia, en este caso yo, que podía aportar experiencia en el desarrollo de proyectos medioambientales. Tras nuestra unión, dedicamos los dos últimos años de nuestras carreras universitarias para, por un lado, Iñigo y yo investigar el mercado y empezar a conocer las numerosas oportunidades que existen en él. Y por otro lado, Rubén siguió desarrollando el método de producción de nanopartículas y su aplicación en el biogás mientras se graduó en Ingeniería Química e hizo el Máster en Gestión Sostenible y Tecnologías del Agua. A partir de las métricas obtenidas en laboratorio y de los datos que habíamos recabado estudiando el mercado, realizamos una valoración económica del potencial del negocio y, seguidamente, decidimos el lugar más estratégico donde emprender (Badajoz, Extremadura). Y el 2 de marzo de 2020 decidimos constituir la empresa, Smallops, con nuestro objetivo principal de aportar una solución a la gestión de residuos oleícolas creando productos de alto valor añadido con aplicaciones medioambientales.
–¿De qué viene Smallops?
Nuestro nombre viene de una diosa de la mitología romana. OPS era una diosa de la fertilidad y la tierra. Como nuestras nanopartículas son muy pequeñas, pueden usarse también como fertilizante y para eliminar diferentes metales pesados tierras contaminadas, decidimos ponerle Small (pequeño en inglés) y OPS teniendo como resultado Smallops.
–¿Y cuales son los siguientes pasos que van a dar?
–Actualmente hemos terminado la fase de laboratorio y estamos montando nuestra primera planta de producción de nanopartículas con un reactor de 5m3. La producción de nanopartículas de este reactor serán usadas para llevar a cabo diferentes pruebas a nivel piloto e industrial. Nuestro próximo paso será montar una planta de producción de nanopartículas a nivel industrial para abastecer toda la demanda del productos.
–¿Por qué fueron a Don Benito?
–Fuimos a Don Benito porque estamos construyendo una primera planta de producción de nanopartículas en las instalaciones de un partner que nos garantiza el suministro de nuestra materia prima, el alperujo y alpechín.
–¿Qué me puede contar del proyecto que tienen en marcha y que puede suponer un avance importante a nivel mundial sobre el biogás?
–Nosotros aplicamos un tratamiento a estos residuos y de este tratamiento obtenemos unas nanopartículas de hierro encapsuladas en carbono. Actualmente, estamos centrados en el uso de estas nanopartículas para mejorar los procesos de obtención de biogás ya que aportan diferentes beneficios al proceso. En Smallops llevamos años apostando por la bioenergía a través de la I+D+i, en concreto el biogás y el biometano, ya que lo entendemos como una manera sostenible de gestionar los residuos orgánicos que se generan en el mundo. Además, este tipo de generación de energía tiene la ventaja que es independiente en gran medida de las inclemencias climáticas, a diferencia de otras energías renovables como la solar y la eólica. El desarrollo del sector del biogás, de especial importancia en el entorno europeo actual, evitará toneladas de dióxido de carbono (CO2). También servirá para reducir la dependencia energética, reforzar la economía circular y fijar la población rural, gracias al crecimiento de su amplia cadena de valor empresarial.
–¿Como unas nanopartículas que se realizan de los restos de aceitunas pueden convertirse en biogás?
–Las nanopartículas no se convierten en biogás, es un aditivo que se añade al proceso para mejorarlo. Las nanopartículas se introducen en el digestor (máquina donde se hace el biogás) con los sustratos (residuos). Lo que conseguimos con esto es que las bacterias que se encargan de generar biogás sean más eficientes, como si se hubieran tomado un redbull. De todas, da igual el tipo de aceituna que sea. Lo único que cambia son las composiciones del alperujo, lo cual hay que tener en cuenta. Actualmente tenemos muchas empresas del sector interesadas en probar nuestro producto para mejorar la producción de biogás.
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