La despedida al órgano Stoltz-Frères de este domingo se pospone a marzo

El adiós para un tratamiento a fondo de todas las afecciones que ha acumulado en su estancia los últimos 132 años en el coro parroquial, combinaba la interpretación de algunas piezas en el instrumento a pasar de sus limitaciones y el acompañamiento de la comparsa de gigantes y cabezudos BET que bailarían en la parroquia.

La ceremonia de carácter simbólico mantiene el contenido y formato pero con una fecha por determinar. El calendario de trabajo del restaurador marcará la fecha de la ceremonia e iniciar, acto seguido, el proceso para desmontar la espectacular arquitectura del Stolz-Frères. Una pieza de tres teclados manuales de 56 notas y uno de 30, con un total de 36 juegos, 2.343 tubos (suenan 2.247 y 96 son canónigos o de adorno).

Jurine fue el responsable en 2009 de un diagnóstico de los daños estructurales de la pieza. Presupuesto de unas reparaciones por 467.000 euros para la recuperación de un instrumento considerado como una auténtica joya porque ha mantenido la configuración sonora original de los grandes órganos románticos del siglo XIX.

Los trabajos tienen que recuperar tubos y mecanismos, reparar la estanqueidad de los fuelles que tienen la piel envejecida y presentan fugas de aire y otros escapes, ajustar las notas que en algunos casos se quedan sonando sin ser tocadas, y la arquitectura de madera tiene xilófagos.

Los cálculos apuntan a dos años y medio de labores para que pueda volver a brillar en el coro el verano de 2024.

El 2021 ha sido un año de éxito y confirmación para la Asociación de Amigos del órgano Stoltz-Frères. Tras más de una década de esfuerzos han logrado el objetivo fundacional de rehabilitar el instrumento.

En términos económicos han aportado 40.104 euros recaudados con el apoyo popular, además de centenares de horas de gestiones. Finalmente en julio el empuje daba sus frutos con la notificación pública de un financiación institucional para afrontar todo el proyecto.

Han logrado el compromiso de la Diputación Foral de Gipuzkoa de aportar 234.000 euros, otros 80.000 euros que pondrá la propia parroquia, los 60.000 euros de ayuda del Ayuntamiento, y los 54.000 euros que inyectará la Diócesis de San Sebastián.

El Stoltz-Frères se fabricó en París gracias a la donación de Martina Maiz (1820-1891), viuda de Julián de Blanc, fundador de Algodonera de San Antonio. Abonó a los organeros parisinos los 36.500 francos que costó en tres plazos. El primero de 12.500 francos en la firma de contrato en 1887, otro pago de 4.000 francos cuando llegó el instrumento a Beasain en 1889, y el último cuando se colocó en Bergara. El 18 de marzo de ese año sonó por primera vez en la parroquia.