Arrasate

Los psiquiátricos cumplen 125 años

El próximo 1 de junio se cumplirán 125 años de aquel histórico acontecimiento que cambiaría radicalmente la vida de Gesalibar y de Arrasate. No en vano, los dos hospitales psiquiátricos herederos del sanatorio fundado por el santificado Benito Menni atienden hoy conjuntamente a más 1.700 pacientes y dan empleo a casi 1.500 personas entre psiquiatras, médicos internistas, psicólogos, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, enfermeros, auxiliares, personal de mantenimiento y administración...

Además de los servicios y unidades de salud mental convencionales, incorporan unidades pioneras en rehabilitación de daño cerebral, psiquiatría legal, psicogeriatría, infanto-juvenil, hospital de día, consultas externas, pisos tutelados...

La mutación del lujoso balneario de Santa Águeda en manicomio se gestó hace 125 años entre dos italianos. El anarquista Michele Angiolillo sentenció el negocio ya en declive del establecimiento de baños con el magnicidio del presidente del gobierno Cánovas del Castillo el 8 de agosto de 1897. Y apenas 8 meses después, el 1 de marzo de 1898 el religioso milanés Angelo Ercole Menni Figini escrituraba la propiedad de esta finca de 28.448 metros cuadrados en favor de las sociedades anónimas El Iris y La Rosa, de las que era gerente. El primero, constituido por los hermanos de San Juan de Dios, congregación a la que pertenecía Menni, desembolsó 176.673 pesetas. Y la segunda, constituida por las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, congregación fundada por el propio Menni en 1881, aportaba 73.326 pesetas. En total 250.000 pesetas que pagaron a Ramón, Sabina y Carlos Mendía, copropietarios de un balneario que habían puesto en venta conscientes del hundimiento del negocio tras el magnicidio de Cánovas.

El hermano de San Juan de Dios Benito Menni llevaba en España desde 1867 con el encargo de restaurar una orden hospitalaria que prácticamente había desaparecido a causa de la Ley de Desamortización de Mendizabal. Para cuando cerró la operación de compra de Santa Águeda, el emprendedor milanés había fundado un fallido hospital en Eskoriatza (1875-1876) y sendos psiquiátricos en Ciempozuelos (1881), Palencia (1889) y Sant Boi de Llobregat (1896). Y además había instituido una congregación de monjas en 1881. En su cometido de restaurar la orden hospitalaria de San Juan de Dios comprendió que quedaba una laguna en su obra al comprobar que las mujeres con enfermedad mental quedaban desatendidas. Así nació la congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, cuyo primer cometido sería cuidar de las enfermas del hospital de Ciempozuelos.

Cuando supo de la puesta en venta del balneario de Santa Águeda, que ya conocía de su experiencia como enfermero de la Cruz Roja durante la Guerra Carlista (1872-1876), vio la oportunidad de llevar adelante el proyecto que años atrás hubo de abandonar en Eskoriatza.

Así fue como las hermanas y hermanos hospitalarios arribaron a Gesalibar para cuidar a aquellos primero 66 enfermos procedentes de los centros psiquiátricos de Valladolid y Zaragoza, de los que 42 dependían de la Diputación de Gipuzkoa y 24 de la de Araba.

Cuando se fundó el hospital de Santa Águeda la psiquiatría iniciaba su verdadera etapa científica, y el primer director médico de la institución, el areatzarra doctor Ricardo Añibarro, encarnó ese nuevo modelo sanitario en Arrasate. Fue el promotor de las ampliaciones y mejoras que pronto empezarían a acometerse en el hospital. Pero ese camino fue emprendido por separado por las monjas y frailes. Fue en 1904 cuando de común acuerdo las sociedades El Iris y La Rosa decidieron formalizar la separación de bienes y división del establecimiento y terrenos adquiridos mancomunadamente, comenzando a funcionar las dos casas de forma totalmente independiente, aunque con la misma dirección médica. Así nacerán los actuales hospitales de San Juan de Dios y de Aita Menni.

La expansión de cada centro es imparable a partir de entonces con la construcción de nuevos pabellones y dependencias para acoger al creciente número de pacientes que ingresan en ambos centros. Por ejemplo, las obras del hospital de mujeres continuaron prácticamente de manera ininterrumpida a uno y otro lado de la carretera de Mondragón a Aramaio y en 1921 se construyó un túnel por debajo de ella, de manera que el paso desde los pabellones de un lado a los del otro no requiriera cruzar la carretera. A mediados de los años 1960 en este hospital se llegaron a superar los 1.200 ingresos. Los avances en los tratamientos farmacológicos contribuirían a que muchos enfermos pudieran evolucionar favorablemente, lo que dio lugar a que el censo de pacientes comenzara a disminuir por primera vez en la historia del hospital.

Con la inclusión de la asistencia a los enfermos mentales dentro de la asistencia sanitaria general y su transferencia al Gobierno Vasco, el hospital Aita Menni emprendió en 1981, coincidiendo con el centenario de la congregación, una completa renovación de sus instalaciones y una reorganización global. Las nuevas instalaciones hospitalarias se inauguraron en 1988.

El hospital San Juan de Dios acometió la gran reforma en los años 1990, que culminaría en 1997 con la inauguración del nuevo hospital. Con la inversión de 2.262 millones de pesetas, el proyecto del arquitecto Roberto Tellería consistió en la construcción de 4 nuevos pabellones destinados administración, unidad de ingresos y diagnóstico, psicogeriátrico y residencia para la comunidad de frailes.

Se duplicó la superficie del recinto hospitalario y tras la reforma el hospital dispone de 26.000 metros cuadrados edificados sobre una superficie de 9.800 metros cuadrados. Los restantes 49.000 metros cuadrados que complementan el complejo quedaron destinados a zonas ajardinadas y de paseo.