Arrasate

Elma, una joya del 'art decó' industrial

El 'Proyecto de fábrica para la Sociedad ELMA' se concretaría en la construcción de lo que Ramón Ugalde conceptúa como «probablemente la más destacable obra arquitectónica del siglo XX en Arrasate y uno de los mejores ejemplos de 'art decó' de Europa».

Se trata, en palabras de Josune Zaldua, de «una de las obras de arquitectura industrial más interesantes del País Vasco, testigo de los primeros ensayos de las nuevas técnicas constructivas». En este sentido se cuenta que es el primer edificio con estructura de hormigón armado levantado de Arrasate.

Adaptado a un solar trapezoidal presenta planta baja y tres alturas, originariamente albergó secciones de producción en la planta baja, oficinas generales en la primera, salas de reuniones en la segunda, y archivo y vivienda para el guarda en la tercera. «Con una original torre en el ángulo noroeste, simula una organización de zócalo y una única altura cual nave unitaria recorrida por grandes vanos a modo de vidrieras que recuerda los templos góticos», describe Zaldua. Su planta trapezoidal hace que cada fachada tenga una medida diferente: 27, 32, 16 y 34 metros, que corresponde a la fachada principal que da a Gipuzkoa etorbidea.

Como sostiene Ramón Ugalde, la realidad es que «todo lo que rodea a este edificio es una continua excepcionalidad, una anomalía». Este historiador elogia la estética 'art decó' a base de grandes ventanales y elementos decorativos que «se prodigó en la Francia posterior a la I Guerra Mundial e incluso en la Rusia soviética pero para edificar cines, grandes almacenes, mercados... no para actividades industriales». Pese a estar catalogado como edificio de oficinas, en realidad se construyó como edificio fabril que albergaba procesos industriales, además de servir de almacén y de oficinas.

Asimismo, la composición arquitectónica rematada con una torre es «inusual» para una fábrica o para sus oficinas. Este esquema de casa-torre «tiene su antecedente en el palacio de Otalora del siglo XVI de Azatza, y se estiló a primeros del siglo XX para diseñar la viviendas de lujo de la gran burguesía». Y cita como ejemplo la casa de los Resusta-Maixor (Izozkitegi) o el palacete de los Azkarate en Zarugalde.

Este historiador se pregunta si el diseño de estilo palacio-torre de Elma «sería obra del ingeniero Luis Arana o si fueron los propios dueños de la empresa quienes la impulsaron». Lo cierto es que hasta donde se sabe Arana no diseñó nada similar ni antes ni después de Elma.

Ugalde se sorprende de que esta obra en su día no llamara la atención y que nadie construyera algo parecido. «También es verdad que esta fábrica se construyó en 1930-31, y después vino la II República, los efectos de la gran depresión económica y se optó por una arquitectura más racionalista, más austera. Por suerte, nos quedó esta joya».

Los dueños de Elma tampoco fueron ajenos a las nuevas corrientes arquitectónicas en sus vidas privadas. Los promotores de la 'joya' del edificio Elma también plasmaron esa estética 'art decó' con label vasco en las viviendas unifamiliares que se construyeron en su localidad natal. Ramón Ugalde menciona el ejemplo las casas que levantaron estos prósperos industriales en Ikusteder, Pendiz Alai, la casa en cuyo bajo está la tienda de Markiegi, Balaukona o el chalet de Vélez de Mendizábal, actual comisaría de la Ertzaintza.