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RICARDO ALDARONDO
Viernes, 28 de marzo 2014, 18:38
"UH EH" es el grito que da el cantante nigeriano Sunny Abbey en la canción "Rich Man Poor Soul" del nuevo disco de Elkano Browning Cream. «Pero también es como un guiño al disco de Charles Mingus que se titulaba "Ah Um"».
Y ese sintético título es la llamada de un disco que «creo que tiene mucho más peso musical que los anteriores», afirma Mikel Azpiroz, «y refleja mejor que Elkano Browning Cream es un proyecto muy colorido, en el que evitamos los límites estilísticos claros. Tal como la propia naturaleza del grupo es multicultural e internacional, intentamos aportar en la música lo que traemos desde nuestros respectivos lugares y vivencias». Y a veces de manera literal: Azpiroz escuchó a Sunny Abbey, un nigeriano que canta en la Gran Vía de Madrid, e impresionado por su voz, le invitó a colaborar en esa canción. Ahora Mikel está pensando en grabarle un disco, «para que al menos tenga algo que vender en la calle, es muy bueno».
Un donostiarra, un francés y un inglés. Esa es la formación de Elkano Browning Cream. Y si Mikel Azpiroz es bien conocido por sus múltiples proyectos y colaboraciones simultáneos como teclista, el batería Frank Mantegari y el guitarrista Dave Wilkinson no le van a la zaga, y trabajan continuamente junto a músicos de muchas áreas: «Frank está tocando ahora con una cantante de Mauritania que se llama Malouma, o con la cantante india Amma. Y Dave está grabando con su alter ego David Phillips, en una onda de cantautor folk y blues, pero también colabora con Brian Jackson, que era la mano derecha de Gil Scott-Heron. Son músicos que se mueven mucho y luego no tienen reparos en ofrecer todo eso que han acumulado».
Pero Elkano Browning Cream ha sido siempre un trío estable y cohesionado, no una reunión ocasional de músicos al servicio de Azpiroz. Eso sí, las distancias geográficas y la multiplicidad de trabajos no facilitan el trabajo juntos. A pesar de ello, Azpiroz considera que «el trío está en su mejor forma, y hemos transmitido en el disco esa crudeza y ese alma musical que hemos ido consiguiendo durante todo este tiempo», afirma el teclista. «Justo antes de grabar el disco estuvimos diez días de gira en Australia y luego hubo varios conciertos seguidos en Granada, Madrid y Toledo. Esa temporada de convivencia con conciertos creo que dio mucho empaque a la grabación del disco que hicimos en directo, con todos tocando a la vez y añadiendo solo algunos detalles posteriormente».
En ese sentido, Azpiroz cree que Elkano Browning Cream ha llegado a la madurez: «Es como las relaciones de amigos: cuando ha habido una trayectoria en esa amistad, lo que das y recibes es más profundo y más natural que en las primeras etapas».
Escuchar, bailar o visualizar
"Uh Eh", cuarto álbum del trío tras "Elkano Browning Cream" (2006), "Elkano Browning Cream 2" (2010) y "Bohemia" (2012), revela desde la primera escucha un salto importante, una ampliación de colores y miras en el característico sonido del grupo, que tiene el órgano Hammond como locomotora, y una búsqueda de la autenticidad y cohesión en lo que ofrecen. Por eso, no lo grabaron en un estudio normal, sino en el salón de la casa de los padres de Mikel Azpiroz, aunque minuciosamente preparado con todo el equipamiento propio de una sala de grabación profesional. Y, como todos los anteriores, se publica en Mamusik, el sello creado por el propio Mikel Azpiroz, donde también ha publicado su disco en solitario de piano "Gaua" (2013). Esa faceta más reposada, intimista y nocturna de Mikel Azpiroz, se verá también en directo el próximo sábado 29 en la Sala Club del Victoria Eugenia, a las 20.00 horas.
La formación de trío de Elkano Browning Cream conecta con el jazz más fogoso y vibrante de los organistas de los años 60, pero también con el blues, el funk, las músicas africanas, los aromas zíngaros y actuales tendencias del "groove". Con voz o en forma de instrumentales. Para escuchar o bailar. E incluso para visualizar, como se comprobó en la primera presentación del disco que el trío hizo el pasado 31 de enero, con múltiples pantallas rodeando el escenario y al público, con proyecciones creadas por Gari Artola y Edorta Subijana. Las alusiones cinematográficas de aquellas imágenes también forman parte de la música en sí: Tarantino o algunas series de televisión de los 60 pueden aparecer de pronto en el imaginario del oyente al escuchar a Elkano Browning Cream. Y por si fuera poco hay un aurresku; poco ortodoxo, eso sí.
«Me gustan los discos que en lugar de ser un recorrido por una carretera recta para llegar a un punto, proponen un viaje lleno de curvas y paradas en distintos sitios. Entiendo que cada uno nos clasifica donde lo cree conveniente, en el jazz, el blues, el funk... pero es que tal como los manejamos todos esos estilos están muy próximos. El lenguaje musical que utilizamos está basado en un ritmo fuerte, con mucho peso. A partir de ahí el reto es adaptar un trío de órgano, guitarra y batería a todos esos estilos. En realidad de ahí viene la música, del ritmo, existió antes que la melodía».
La portada en forma de tríptico es otro de los detalles cuidados al máximo, una colorista y cubista ilustración de Iker Spozio que resume todos los ángulos del grupo.
Y mientras Elkano Browning Cream se prepara para cuatro conciertos en abril, Mikel Azpiroz sigue como teclista en la actual formación de Duncan Dhu y actuando con Jabier Muguruza.
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