Conviviendo con un árbol

Jesús Mari es propietario de uno de los pisos de la calle Urbieta. No tendría inconveniente alguno en ver desde su ventana el Museo de Bellas Artes, si no fuera porque uno de los árboles que crece en frente de su casa lleva cinco años colándose hacia el interior de la vivienda. «Es imposible ver la calle, ni asomarse, porque las ramas le dan a uno en la cara», afirma el afectado. A pesar de sus quejas al Ayuntamiento, por diferentes vías además, denuncia que nadie hace nada para poner solución a su contratiempo. «Me dijeron que me contestarían, pero todavía estoy esperando», explica el propietario. A esta molestia hay que sumarle también el problema de moscas y mosquitos que llegan atraídos por la vegetación.

Este es uno de los muchos casos en los que los usuarios de Diariovasco.com han enviado su queja a la sección Fotodenuncias para mostrar el estado selvático y descuidado de muchos parques y calles de San Sebastián.