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ANA VOZMEDIANO
Sábado, 23 de enero 2010, 03:20
La situación del Usandizaga-Peñaflorida está llena de incógnitas. Esta histórica comunidad escolar que imparte ESO y Bachillerato y que acoge a 1.400 alumnos se enfrenta ahora al derribo de uno de sus edificios, el Peñaflorida. Y al realojo de parte de su alumnado y a un proyecto de nuevo instituto que no satisface las necesidades del centro escolar .
Son tantos los interrogantes del Consejo Escolar que los responsables estarían dispuestos a mantener la actual situación hasta que, en el plazo de dos o tres años, el departamento de Educación del Gobierno Vasco emprenda la construcción del nuevo edificio en los terrenos del actual Peñaflorida con más recursos y con un proyecto que responda a lo que se pretende desde la dirección y desde el profesorado y los padres.
Esta próxima semana puede ser importante a la hora de aclarar lo que ocurrirá con este complicado puzzle educativo. En este momento, en el Peñaflorida se aglutinan cerca de 400 alumnos que cursan 1º y 2º de la ESO. Las previsiones del Ejecutivo son que el edificio se derribe durante el verano, con lo que los futuros chavales de estos dos cursos de Secundaria pasarían a la antigua Escuela de Comercio, el lugar donde ahora se cursa 3º y 4º. El 3º curso del modelo B seguiría en Comercio, mientras que el 4º en su totalidad y el 3º de modelo D se trasladarían a trece aulas situadas en el vecino Instituto Politécnico Easo.
Y sólo con estos realojos empiezan los problemas. Primero, porque ninguno de los dos centros dispone de comedor, lo que supondría no poder ofertar este servicio a un alumnado que, además, debe matricularse en el centro el mes que viene. Tampoco las aulas del Politécnico parecen las más adecuadas para los servicios que se prestan, ya que están pensadas para que, una vez concluyan los realojos, vuelvan a dedicarse a la Formación Profesional y su tamaño no es el más indicado.
Estas incógnitas podrían solventarse a corto plazo, pero el mayor de los obstáculos radica en el proyecto que se plantea para el nuevo 'Peña'. Porque el edificio que se ha proyectado después de algunos recortes es de tres plantas sin sótano para los cuatro cursos de ESO que se agruparían en el nuevo centro escolar, liberando así la antigua Escuela de Comercio para otros usos.
Una cuarta planta quedaría sólo en estructura a la espera de que, en un futuro, se construyera para dotar al instituto de más capacidad. El sótano queda descartado, con un criterio que también comparte el Ayuntamiento, que cree que las plantas soterradas no son adecuadas en institutos. Tanto el Usandizaga como el Politécnico sí cuentan con estos espacios.
Sin el sótano y sin la cuarta planta, se pierden dependencias importantes, caso del salón de actos, de la zona de contacto con las familias, aulas especiales para el alumnado sordo, que se concentra en este centro público, o de apoyo a los niños inmigrantes para que puedan seguir los cursos. Sí se ha recogido en los planos un amplísimo gimnasio, pero falta espacio para otras necesidades. Si no se mantiene el sótano y si esa cuarta planta queda sin construir, el Consejo es partidario de continuar en la actual situación, con el viejo Peñaflorida acogiendo a los cursos de los más pequeños a la espera de que el Gobierno Vasco construya un proyecto más ambicioso.
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