Borrar
¿Solución al hambre en el mundo?
ECONOMÍA

¿Solución al hambre en el mundo?

Un chico de 15 años diseña un sistema que podría acabar con las hambrunas. El estadounidense Javier Fernández-Han salta a la fama con un invento que utiliza algas para tratar residuos y producir energía y alimentos

MIGUEL ANGEL MATA * mmata@diariovasco.com

Sábado, 28 de noviembre 2009, 10:19

Es de sobra conocido que la energía ni se crea ni se destruye; sólo se transforma. Es el principio físico que hace que la corriente de un río, los rayos del sol o el viento puedan transformarse en energía eléctrica. También sabemos que los residuos orgánicos, como nuestras propias heces o el estiércol animal, se pueden utilizar igualmente para generar energía, y que estos residuos contienen gases que, tratados adecuadamente, pueden utilizarse como combustible. Somos conscientes de que si aprovecháramos las sobras de lo que comemos, y más aún las sobras que generan las industrias alimentarias y las granjas, se podría dar de comer a mucha gente. Menos conocido es que las algas tienen propiedades que permiten transformar lo sucio y contaminado en limpio y saludable (quizá por eso cada vez hay más en los mares). Pero sabemos que se pueden comer e incluso son muy sanas, como demuestran muchas cocinas asiáticas.

Así las cosas, sabemos cómo generar energía aprovechando los recursos naturales y usando lo que nos sobra, somos conscientes de que desaprovechamos toneladas de potenciales alimentos y conocemos que hay un ser vivo con la capacidad de transformar lo malo en bueno, y que, además, es comestible.

Con estas tres ideas fluyendo en su cabeza, un estadounidense de ascendencia latinoamericana y asiática, Javier Fernández-Han, se peguntó un día cómo es posible que siga habiendo gente en el mundo que se muere de hambre. Con una mente privilegiada y los conocimientos de Física, Química y Mecánica necesarios, ha diseñado un revolucionario sistema que, según los expertos, podría ser la solución que acabe con el hambre y la miseria en la Tierra.

El invento ha recibido este año el primer premio en el concurso 'Invent Your World Challenge' (El desafío de inventar tu propio mundo), un prestigioso concurso internacional para jóvenes inventores. El salto a la fama ha sido inmediato. No sólo por el alcance del invento en sí, que puede suponer un antes y un después en la Historia, sino por la inceíble edad de su diseñador: 15 años. Y es que Javier es más que un niño prodigio. Empezó a trabajar en la idea, que ha bautizado como 'Versatile' (versátil) cuando apenas contaba nueve años. Se dice de él que tiene los conocimientos equivalentes a tres carreras universitarias, probablemente Ingeniería, Física y Química. Y lo más curioso: nunca ha ido al colegio. Todo lo ha aprendido en casa, a través de sus padres, leyendo, razonando e imaginando. Precisamente su madre, Ester Fernández, considera que «haber asistido a un colegio le habría frenado».

12 tecnologías simultáneas

Javier compagina ahora sus estudios en un instituto de Houston (ingresó en el sistema educativo el año pasado) con sus numerosas asistencias a conferencias, congresos, simposios y demás eventos por todo el mundo para explicar su revolucionaria idea. Los organizadores se rifan su presencia, ya que es el científico de moda. El jueves y ayer estuvo en San Sebastián, siendo el ponente estrella del 'V Encuentro de Innovación' organizado por Ibermática (ver DV de ayer).

'Versatile' utiliza 12 tecnologías diferentes que funcionan simultáneamente. Con ellas trata residuos, produce metano y bio-combustible, genera alimentos para humanos y ganado, secuestra gases invernadero y produce oxígeno. Y todo a la vez (ver gráfico adjunto).

Otra curiosidad para los no iniciados: el secreto y la pieza clave que hace funcionar todo son las algas. Algas que, recordemos, son capaces de transformar los desechos del sistema (orgánicos y químicos) y transformarlos en energía y alimento.

Para los más escépticos, Javier explica que su invento puede convertirse en un sustancioso negocio, y que no se trata sólo de una idea brillante que quedará en el cajón de otro científico bienintencionado por falta de inversores que la desarrollen. Y es que el sistema puede dar lugar desde a pequeñas máquinas de uso familiar que se pueden vender por millones, hasta grandes mecanismos para alimentar pueblos y ciudades.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco ¿Solución al hambre en el mundo?