«El punto de partida es que ETA pare, pero ese mundo no lo ha interiorizado»
Eguiguren critica a los que aseguran que la detención de Otegi ha frenado un posible debate en la izquierda abertzale. «Creer eso es no conocer a Batasuna»
DAVID TABERNA
Domingo, 8 de noviembre 2009, 11:05
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Jesús Eguiguren considera una falacia pensar que las detención, entre otros, de Arnaldo Otegi va a frustar un hipotético debate que les iba a llevar a rechazar el terrorismo. «Creer que una actuación de la Policía o de un juez va a decidir el futuro de Batasuna es no conocer a ese mundo», señala. El presidente del PSE de Euskadi cree que la izquierda abertzale sigue en debates anticuados, sin interiorizar que, tras el último proceso de paz, las reglas han cambiado. «Lo único que vale es desligarse de ETA o conseguir que pare», avisa convencido de que en esta legislatura se verán avances hacia la paz.
- ¿Qué le ha parecido la detención y encarcelamiento de Arnaldo Otegi?
- En estos casos siempre hay dos aspectos: el personal y el político. En el primero de ellos no voy a entrar porque no le interesa a nadie. En el aspecto político, en fin, a algunos no les ha gustado. Pero más que nada parecían un coro de plañideras. Han hecho alarde de solidaridad y condolencia porque le han detenido. Y a mí esa reacción me parece una especie de menosprecio al propio Otegi, que es una persona que ha estado metido en estas historias desde los 17 años. Primero contra Franco, y luego en contra del Estatuto y de apoyo a ETA. El que está ahí ya sabe los riesgos que corre, y más sabiendo que Batasuna está ilegalizada, y se estaba reorganizando. Digamos que son gajes del oficio. No te puedes proclamar luchador revolucionario y pensar que no te pueden pasar cosas como éstas.
- ¿Qué cree que hay detrás de esa supuesta falsa solidaridad?
- Yo creo que gran parte de esa aparente solidaridad procede, más que del corazón, de la calculadora. Todo el mundo piensa que es muy difícil que Batasuna sea legal, y que va a tardar todavía en dar el paso de desligarse del terrorismo o de que ETA lo deje. Tras ello hay una gran masa de votos y básicamente todo el mundo está intentando acercarse o no enemistarse con ese sector.
- Desde algunos sectores, no son pocas las voces que han asegurado que se le ha detenido para frenar un posible escenario de paz o de negociación.
- Afirmar que se le ha detenido para impedir que se llegue a la paz me parece mucha demagogia. Que diga eso gente que vive contigo y sabe lo que hemos pasado, y que toda nuestra ansia, como la de la mayoría de la sociedad, es la paz, me parece algo... Yo creo que esas cosas no se pueden decir. De hecho, me parece pura falacia los que de forma sesuda tratan de decirnos que las detenciones van a frustrar un debate que les iba a llevar directamente a rechazar el terrorismo. En mi opinión, afirmar eso es no conocer a Batasuna. El supuesto debate que quiere hacer, y que yo desconozco, no lo va a impedir la Policía española. Pensar eso es llamarles imbéciles. Creer que una actuación de la Policía o de un juez va a decidir el futuro de Batasuna es no conocer a ese mundo. Más bien les gusta lo contrario, hacer lo que la Policía está tratando de impedirles.
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- Desde ese prisma entonces, ¿el papel de Otegi estaría sobrevalorado?
- Tampoco. Es uno de los dirigentes que tenían ascendente en Batasuna. Ahora, en un movimiento político de este tipo, que no cuenta como los partidos con un secretario general, una ejecutiva..., sino que supongo tiene una organización más asamblearia, el testigo que deja uno lo coge otro. Al margen de que yo pienso que el debate que estaban teniendo era un debate anticuado. Ya no hay un problema de discusión, sino de decisión. La única que vale es desligarse del terrorismo o conseguir que ETA pare. Todas las demás discusiones sobre la legalización, el polo soberanista es pura hojarasca. Es un debate de otros tiempos.
- ¿Cree que sólo son juegos de artificio para ir moviendo los tiempos?
- En su mundo interno, no pueden dar un salto al vacío. En política la primera condición es aceptar la realidad, y creo que ETA y la izquierda abertzale no han asumido que este país ha cambiado radicalmente. Hay un gobierno socialista y una ley de partidos que algunos la han tachado de semidemocrática, pero que después de la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo se ha convertido es un modelo de legislación internacional. La realidad es ésa, y también que el 80% de los miembros de Batasuna quiere que esto acabe. Pero el problema no está en las bases, sino en los dirigentes, que no quieren plantear el debate en los términos reales. Sólo hay una opción: si quieren ser legales deben desvincularse de ETA.
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- ¿No quieren o ETA no les deja?
- Supongo que ETA no les ayuda precisamente. Y a día de hoy, tampoco creo que se hayan planteado un debate que vaya en contra de la estrategia de ETA. Lo que quieren es compatibilizarlo. Después del último proceso de paz, le dije a Otegi que la fase de Ajuria Enea se había acabado. Esa idea de que a través del diálogo conseguíamos una tregua de ETA, y después negociábamos, y al final llegábamos al abandono de las armas, ha pasado a la historia. Ahora el proceso es inverso. Primero dejar las armas y después, en todo caso, hablaremos. Creo que no se han dado cuenta de que hemos cambiado de época y de tiempos, y se ve que aún no están en ese debate, que es el único que vale. Mejor que lo tengan claro ya. No merece la pena que continúen enganchados a unas causas perdidas, alentados por partidos que lo único que quieren es que todo siga igual y pescar en río revuelto.
- Entonces, vayamos a los hechos. ¿Qué debe hacer Batasuna si quiere ser legal? ¿Nada hasta que ETA abandone las armas? Rubalcaba ya ha advertido que no es suficiente con condenar la violencia.
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- Sólo hay dos formas: desvincularse de ETA y condenarla, y la otra, logrando que ETA pare. Yo he llegado a la conclusión de que para ellos es más fácil parar a cambio de nada, que a cambio de alguna negociación con el Gobierno. Una vez que entren en ese diálogo un gobierno democrático nunca les va a poder dar lo que quieren. Es más fácil para una organización de ese tipo decir: hemos luchado durante tantos años y ahora hechos decidido que la lucha por la independencia y la izquierda la vamos a llevar por otro campo. Eso es lo único que tienen. No hay otra.
- ¿Y ese paso lo ve? ¿Quizá a medio plazo?
- Yo estoy convencido de que en esta legislatura vamos a acabar con este problema.
- ¿Qué es exactamente acabar con este problema?
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- O bien que Batasuna se desmarque de ETA porque ve que le lleva a la perdición, o bien que se consiga que ETA, ante su situación de debilidad y persecución policial, y ante la presión de sus bases, de las familias de los presos... decida desistir o que se le diga que pare.
- ¿Y qué le lleva a pensar que en esta legislatura se puede conseguir?
- Hasta ahora había una serie de factores, como el hecho de que el nacionalismo gobernaba pero criticaba el Estatuto y decía que todo estaba muy mal... Había un caldo de cultivo que permitía que hubiera justificaciones para los que querían seguir siendo los nacionalistas radicales y los héroes. Pero todo eso ha desaparecido. Hay un gobierno socialista, que no tiene permanentemente conflictos con Madrid, que va a legitimar el Estatuto y deslegitimar el terrorismo... Creo que las condiciones han cambiado radicalmente. Entre eso, la ilusión, las ganas y la política del gobierno, en esta legislatura podremos acabar con todo esto.
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- ¿Pero tiene algún indicio concreto? ¿Ha habido algún contacto entre los socialistas vascos y el mundo de la izquierda abertzale radical?
- No. Del proceso anterior salimos con la idea de que se había quemado una etapa, un procedimiento, un método, una oportunidad. Es inútil volver al pasado. Las nostalgias no sirven para nada. Ya nadie admite un proceso semejante. El punto de partida debe ser que ETA decida parar. Y creo que en el mundo de ETA o de la izquierda abertzale ese discurso ni se ha interiorizado ni se está haciendo.
- La última encuesta del CIS revelaba que el terrorismo había pasado al quinto puesto de las preocupaciones de los españoles. ¿Cómo ve a la sociedad vasca? ¿Cree que ha aprendido a normalizar detenciones como las de Otegi o al menos a quitarle la trascendencia que tenía antes?
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- Creo que la sociedad vasca ha pasado página de un determinado clima ambiental y político que ha perdurado a lo largo de toda la Transición. El que Patxi López y los socialistas estén gobernando no es una cabriola parlamentaria. Es un cambio sociológico de alto alcance. Digamos que es un cambio de ciclo político. Mira todos los que pensaban que este gobierno iba a encontrar una resistencia social. Tenemos una encuesta que dice que el 60% de los votantes del PNV no ve mal que los socialistas gobiernen. En el tema de los carteles de fotos de etarras, por ejemplo, tenemos un estudio que hicimos donde el 80% de la población estaba de acuerdo con esa política. Estaban de acuerdo hasta los votantes de Aralar. Creo que, frente a la postura inicial, el PNV también ha hecho gala de responsabilidad. Ahora se ha visto con el acuerdo de estabilidad entre PNV, PSE y Hamaikabat para sacar adelante los Presupuestos de las diputaciones. Más que compromiso, en este pacto ha habido responsabilidad. Bien es cierto que todos hemos hecho de la necesidad virtud.
- Sí, pero no me negará que ese pacto le ha venido muy bien a los socialistas que, por un lado, tienden la mano al PNV, mientras dan la otra al PP en el Gobierno Vasco.
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- Le ha venido bien al país, y a nosotros también. Nosotros siempre hemos hecho del acuerdo nuestra seña de identidad. Así fue nuestra campaña. Aunque tal y como se produjo el cambio, hasta los más optimistas pensábamos que las cosas iban a ir más lentas o ser más difíciles. Esto demuestra que tenemos capacidad de llegar a acuerdos.
- El otro día confesó que echaba de menos al PNV. ¿A qué se refería?
- Bajo las tesis soberanistas del PNV de los últimos años todo aquél que no era nacionalista era un estorbo. No querían nuestra colaboración ni el consenso, porque sabían que no íbamos a apoyar la independencia ni el plan Ibarretxe. Era evidente que estorbábamos. En cambio, nosotros les echamos de menos porque queremos llegar a acuerdos con ellos. Nosotros no hemos renunciado a recomponer el pacto estatutario y el espíritu de consenso. Ya sé que es muy difícil, y a lo mejor va a hacer falta más de una legislatura, pero yo creo que los votantes del PNV tiene los dos pies dentro del Estatuto.
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- Pero sí que puede existir una intuición generalizada de que el PSE estaría más cómodo en el gobierno con el PNV que con el PP.
- Posiblemente, en la mente socialista parecía más lógico un gobierno con el PNV, pero la realidad es que estábamos un poco escarmentados del PNV. No todo es elegir al que me gusta. Al fin y al cabo, son números, y el PP tiene todas las credenciales que puede tener el PSE o el PNV para gobernar Euskadi: es un partido democrático, de aquí, estatutario, constitucionalista y que está metido con nosotros en la trinchera. Yo, personalmente, no tengo ningún complejo de ningún tipo de gobernar con el PP. Es más, incluso me gustaría que el PP fuera más próximo. Yo si fuera Basagoiti refundaba el PP en Euskadi y hacía una especie de UPN. Cogería unos socialistas desengañados, unos nacionalistas con , unos cuantos fueristas de prestigio y haría una derecha vasquista. Nosotros no tenemos problemas con el PP. Nos viene bien que sea fuerte. Uno de los peligros del pacto actual es que casi siempre capitaliza los acuerdos el que gobierna.
- De hecho, el PP de Gipuzkoa apuesta por llegar a más acuerdos con el PSE en las instituciones. ¿Eso es ir demasiado lejos, por ahora?
- Eso dependerá mucho de lo que ocurra en cada ayuntamiento en las próximas elecciones municipales. Lo que sí sabemos es que hay que ser leales con el PP en el Gobierno de Vitoria.
- ¿Cree que el PNV va a sacar del cajón el plan Ibarretxe, como ha apuntado Urkullu?
- Parece que lo han puesto encima de la mesa. Yo no salgo a veces de mi asombro. No sé si estará dividido, pero el problema del PNV es que no hay una reflexión política e intelectual crítica con el pasado y de adaptación a los tiempos. Yo creo que nadie se perjudica a sí mismo. Supongo que los votantes del PNV habrán sacado la lección de lo que ha pasado. Es como las bromas que gasta la historia: el que decía que había que hacer una especie de estado asociado tipo Puerto Rico, ha acabado allí dando clases. Y el que defendía el Estatuto ha acabado en Ajuria Enea. Es decir, defenderlo te lleva a Ajuria Enea e ir en su contra a Puerto Rico. Es muy difícil que el PNV vuelva al gobierno si no asume claramente que su camino es el estatutario.
- ¿Qué le parece el anuncio de Patxi López de abrir una ronda de contactos para tantear una posible reforma del Estatuto?
- Creo posible recomponer ese acuerdo de convivencia y de autogobierno que fue el Estatuto a través de una actualización del pacto. Pero ellos tienen que saber que el PSE, con más o menos autogobierno, nunca va a ir más allá de lo que representa el autonomismo. En el terreno de los principios, sabemos dónde están los límites.
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- No parece que entonces haya muchas esperanzas si el PNV ha vuelto a poner sobre la mesa el plan Ibarretxe.
- Nosotros fuimos a las elecciones defendiendo una renovación del pacto estatutario, el fin del terrorismo y la salida de la crisis. En un par de años, con las medidas aplicadas, la situación económica será más esperanzadora, en el plano del terrorismo, también tenemos esperanzas y en el apartado estatutario, aunque complicado, vamos a trabajar en ello. Si no es posible alcanzar un consenso, seguiremos con lo que estamos.
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