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O.C. FERNÁNDEZ
Viernes, 23 de octubre 2009, 11:21
ARRASATE. DV. Con un sabor agridulce, como los distintos sabores que va dejando el té en la boca, han regresado de su viaje a los territorios ocupados del Sahara Occidental, las dos miembros de Nubi e Iesbaa, Agurne Juldain y Olaia Sagredo.
Su estancia allí durante una semana, les ha servido para recoger de su puño y letra duros testimonios de víctimas que están sufriendo a diario la represión marroquí.
«La verdad es que después de todo lo que hemos visto y oído, nos sentimos impotentes por no poder hacer nada. Ellos nos mostraron la importancia de dar a conocer al mundo la situación que están viviendo diariamente. Como cada vez, somos más las personas que vamos a visitarles a su propio país, nos mostraron lo importante que es para ellos que gritemos su historia al resto del mundo», manifiesta Agurne Juldain, de Nubi Elkartea.
Sensibilización
La experiencia vivida les servirá para llevar a cabo en 2010 una campaña de sensibilización con el fin de dar a conocer aquí el sufrimiento que están soportando los saharauis en los territorios ocupados. «Durante toda nuestra estancia allí sentimos mucho miedo; pese a que fuimos como turistas, la policía sospechó que éramos dos periodistas vascas y desde el mismo momento en que llegamos a 'El Aaiún', sentimos una persecución continua, con la tensión y el miedo que ello conlleva, ante nuestra inexperiencia en el tema, porque era la primera vez que viajábamos allí. Detrás nuestro teníamos a unos diez policías de civil y tres coches, y sabemos, -lo que ocurre es que no tenemos pruebas-, que al menos en dos ocasiones llegaron a entrar a nuestra habitación del hotel, cuando estábamos fuera», indica Olaia Sagredo, de Iesbaa. «Como anécdota, queremos contar que al día siguiente de llegar conocimos a Paco, un señor canario a quien el Gobierno marroquí le ha concedido una cala a 50 kilómetros de Dakhla para construir una urbanización de lujo. Paco, nos invitó a ir con él a ver la cala y nosotras accedimos encantadas, ya que siempre podríamos sonsacar algo de información acerca de ese tipo de concesiones que hace el Gobierno marroquí a extranjeros, de un terreno que no es suyo. En ese momento, Paco recibió una llamada y nos dijo que no podíamos ir, porque al chófer le había pasado algo. Dos días después, cuando él ya estaba de vuelta en Las Palmas, nos llamó por teléfono para decirnos que la llamada que había recibido era del Gobernador de Dakhla para preguntarle de qué nos conocía y que no querían verle con nosotras, ya que sospechaban que éramos dos periodistas vascas y que nos venían siguiendo desde El Aaiún», comenta Juldain.
Estancia
En su estancia en el Sáhara Occidental, las cooperantes llevaron a cabo diversos encuentros con miembros de asociaciones que luchan por el respeto de los derechos humanos. Así, entre otros, se citaron en la ciudad de Dakhla, con Bachir Azman y Rachid Sghyar, miembros de la Asociación Saharaui de las Víctimas de Graves Violaciones de los Derechos Humanos (ASVDH); en Bojador, tuvieron ocasión de charlar con Sultana Jaya, activista y defensora de los derechos humanos en el Sáhara Occidental y uno de los símbolos de la resistencia saharaui; también tomaron contacto, en El Aaiún, con el presidente de la ASVDH, Brahim Dahan; y en Smara, recogieron distintos testimonios de menores que han sido detenidos y torturados por reivindicar la libertad y el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.
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