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Excavación arqueológica en Agiña.
Agiña, recinto fortificado de la Edad del Hierro
Lesaka

Agiña, recinto fortificado de la Edad del Hierro

La asociación Saltus Vascorum ha llevado a cabo las excavaciones arqueológicas

ALICIA DEL CASTILLO

Jueves, 3 de septiembre 2009, 04:55

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DV. Durante las dos últimas semanas de agosto un equipo internacional de arqueólogos ha llevado a cabo una excavación en el alto de Agiña, en Lesaka.

Los arqueólogos Francisco Valle de Tarazaga y Pedro Arrese, ambos miembros de la asociación Saltus Vascorum, organizadora del proyecto de investigación, han dirigido las excavaciones.

En 2007 se realizó una prospección geofísica con el objetivo de identificar en el subsuelo las posibles estructuras que se sospechaban en la zona. Las catas confirmaron la presencia de un muro de piedra y un foso.

El trabajo realizado este año ha confirmado la presencia de un recinto fortificado de la Edad de Hierro con una muralla que se ha conservado en todo su perímetro y un foso que supera los dos metros de profundidad. En total, durante los últimos 15 días se ha excavado una superficie aproximada de 80 m2, retirándose una cantidad de tierra cercana a las 3 toneladas. Entre otros objetos se han encontrado instrumentos de sílex, aún en uso durante la Edad de Hierro, aunque la excavación también ha dado lugar a sorpresas, como por ejemplo el hallazgo de un botón del uniforme de un soldado francés. Posiblemente este objeto se perdió cuando el recinto fue reutilizado durante un corto periodo de tiempo por algún destacamento a principios del siglo XIX.

Pero los elementos más importantes del yacimiento son el muro de cerca de cinco metros de altura construido en piedra y que rodea el recinto. El segundo elemento más llamativo es el profundo foso que corre paralelo al muro, que cuenta con cerca de dos metros de profundidad y tres de anchura.

Según el arqueólogo Francisco Valle de Tarazaga, «los pobladores de la región de Agiña probablemente construyeron el recinto para establecer el control del territorio desde un punto alto de gran visibilidad en la región. Al mismo tiempo, las potentes defensas garantizaban la seguridad de la comunidad en caso de ataque o amenaza, mientras el día a día tendría lugar en pequeñas explotaciones repartidas por los valles de la zona».

El equipo de arqueólogos también ha explicado como la ubicación de Agiña convierte a este recinto fortificado en un lugar singular.

Desde lo alto se contempla gran parte de lo que fueron los principales enclaves romanos de la zona: las minas de Arditurri, la salida al puerto de Oiasso, en Irun, y el campamento romano de Lapurdum en Baiona. Además, Agiña era ya una importante localización arqueológica al encontrarse en el área una importante estación megalítica con varios cromlech y un dolmen.

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