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Manifestación de LAB por las calles donostiarras. /DAVID APREA
ELA considera «necesaria y proporcional» la huelga general convocada para el 21-M
UN PRIMERO DE MAYO MARCADO POR LA CRISIS

ELA considera «necesaria y proporcional» la huelga general convocada para el 21-M

Adolfo Muñoz dice que hablar de diálogo social en la actual situación es «una quimera mientras no se cambien las políticas económicas que han fracasado». Considera «imprescindible» la protesta para «llevar oxígeno» a la lucha sindical

ARTURO GARCÍA

Sábado, 2 de mayo 2009, 13:52

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DV. El sindicato ELA aprovechó ayer la celebración del 1 de Mayo para explicar y defender los motivos que han llevado a la central abertzale a convocar la huelga general del próximo 21 de mayo en el País Vasco y Navarra.

Bajo el lema (En el camino de la lucha), el sindicato celebró un único acto central en Bilbao al que acudieron representantes sindicales y simpatizantes de la central nacionalista, que se concentraron en el Sagrado Corazón de la capital vizcaína y, tras recorrer la Gran Vía, celebraron una multitudinaria comida en el BEC de Barakaldo.

Antes de la marcha, el secretario general de la organización, Adolfo Muñoz, dirigió unas palabras a los asistentes, entre 10.000 y 12.000 según fuentes del sindicato, en un discurso marcado por la crisis económica y el 21-M en el que animó a sindicalistas y afiliados a que expliquen las razones de esta huelga «sin complejos», porque, además de «necesaria y proporcional a lo que está pasando», es una herramienta «imprescindible para llevar oxígeno a la lucha sindical en las empresas».

Muñoz criticó a los partidos mayoritarios y a los empresarios porque «quieren gestionar esta crisis con paz social y los trabajadores paguen todas las consecuencias. No quieren negociar sino imponer una solución a la crisis favorable a sus intereses. Han decidido liquidar nuestros derechos con esa paz social y contra eso hay que luchar. No hay otro camino».

El líder sindical, tras confirmar que no acudirá a la mesa del diálogo social anunciada por Patxi López, aunque dijo que hablará con el próximo ejecutivo vasco porque «tenemos mucho que decirle, por ejemplo, cuál de las políticas erróneas practicadas va a cambiar, si va a financiar el necesario gasto social en Euskadi con el modelo de política social y fiscal que practica el PP o si va a exigir a los empresarios que cumplan las normas laborales que incumplen».

«Tirar de la cuerda»

Para Muñoz, en las actuales circunstancias, el sindicalismo debe «tirar de la cuerda porque, si no lo hacemos, se lo van a llevar todo. Si algo está demostrando esta crisis es que donde pillen al sindicalismo y los trabajadores con la guardia baja nos van a dar muy fuerte y la cuenta de este desaguisado la vamos a pagar tres veces en forma de paro, pérdida salarial y fiscalidad injusta», afirmó.

Muñoz centró su discurso en las «fracasadas políticas sociales y económicas practicadas desde los gobiernos central y vasco que se han dedicado a dar «privilegios, prebendas y privatizaciones» a empresarios y banqueros; unos empresarios «instalados en el puro cinismo», prosiguió, que se dedican a «instrumentalizar el miedo y chantajear porque les conceden todo lo que piden», y una banca «especuladora» que practica una política de préstamos propia de «usureros. Para todos ellos sí hay dinero público, pero la falta de una política social no se tapa con inversiones en cemento», reprochó.

El máximo responsable del sindicato aludió también a CC OO y UGT, a los que acusó de querer abrir «un debate falso» al sostener lo inadecuado de la convocatoria de huelga, cuando «es evidente que tienen grandes dificultades para explicar qué diálogo social va bien, con la mayor tasa de paro y temporalidad de Europa, una destrucción de empleo y pobreza crecientes y la presión fiscal y el gasto social más bajos de la UE que sólo benefician a las rentas más altas».

En su opinión, ambas centrales se prestan al «sindicalismo debilitado que conviene a los que mandan porque se prestan a un diálogo social falso que en la actual situación es una quimera».

Pero negó que CC OO y UGT «sean nuestros enemigos». «No lo son», dijo. «No hay que caer en esa trampa porque nuestro debate no es con ellos»; aunque sí les responsabilizó de «acompañar» en sus políticas a gobiernos y patronal para dar cobertura a las reformas laborales, de las pensiones o los acuerdos marco y de hacer de «ángeles custodios de la interpretación más centralista y uniformizadora del Estado para obtener el monopolio sindical y financiación pública por apoyar esa política».

Finalmente, acusó a ambas centrales de querer hacer de Euskadi «la última aldea a conquistar y convertirla, por fin, en una más de las 17 autonomías del Estado español».

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