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Las urnas ya están preparadas para recibir los votos de vascos y gallegos./ EFE
Más de cuatro millones de votantes deciden el futuro del País Vasco y Galicia en unos comicios reñidos e inciertos
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Más de cuatro millones de votantes deciden el futuro del País Vasco y Galicia en unos comicios reñidos e inciertos

El comportamiento de los indecisos en las urnas será determinante para ver de qué lado se inclina la balanza en las dos comunidades

AGENCIAS | REDACCIÓN

Domingo, 1 de marzo 2009, 09:19

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Vascos y gallegos están llamados a elegir a sus representantes autonómicos en unas elecciones que se presentan más reñidas que nunca y con unos resultados tan inciertos que incluso podrían variar el escenario político actual en ambas comunidades. Las encuestas dadas en las últimas semanas tienen el denominador común de apuntar hacia un desenlace muy ajustado.

En el País Vasco nadie se atreve a pronosticar el resultado final, aunque lo que parece claro es que la Lehendakaritza será o bien para el candidato socialista Patxi López o para el actual lehendakari y candidato por el PNV, Juan José Ibarretxe. Desde primeras horas de este domingo está en juego la continuidad nacionalista en el poder o el cambio socialista tras 29 años de hegemonía del PNV. La ausencia de candidatos de la izquierda abertzale radical por primera vez en unos comicios autonómicos pueden provocar un cambio de rumbo en el panorama político vasco.

La clave está en los indecisos

La desmovilización detectada en la campaña será clave, porque una participación inferior al 70% reforzaría las opciones del PSE sobre Ibarretxe. Los indecisos tienen la llave. El comportamiento de este segmento en las urnas será, por tanto, determinante para ver de qué lado se inclina el fiel de la balanza.

En cualquier caso, y dado que ningún partido está en disposición de alcanzar por sí solo la mayoría absoluta, todos trabajan con el convencimiento de que las alianzas postelectorales serán básicas en este vacilante contexto, incluso aunque no culminen en pactos de gobierno estables y se limiten a forjar apoyos puntuales a un gobierno en minoría, sea del color que sea. Juan José Ibarretxe, que ha ganado las dos elecciones vascas a las que se ha presentado como cabeza de cartel del partido nacionalista (en 2001 y 2005), ha pedido el voto asegurando que lo ha dado por el País Vasco; Patxi López, que en 2005 mejoró notablemente los resultados electorales de los socialistas vascos, ha insistido en que si gana no gobernará ni con el PP ni con el PNV y Antonio Basagoiti, que se presenta por primera vez tras la renuncia de María San Gil a seguir en el partido por sus desavenencias con Rajoy, ha asegurado que el PP es la llave del cambio.

Galicia, termómetro de la política nacional

Las elecciones gallegas servirán para dilucidar la factura que la crisis económica ha pasado a Zapatero apenas un año después de que ganara las elecciones generales con un resultado que en esta tierra nunca conoció su antecesor, Felipe González. Los más de 2,6 millones de gallegos que se esperan en las urnas decidirán si la etapa socialista es sólo un paréntesis o el inicio del cambio tras la era Fraga

La cosa está tan reñida que, si las encuestas no engañan, la noche electoral puede ser muy larga. Incluso es posible que el voto de los emigrantes, un 12,7% del censo, resulte decisivo. En la historia de la democracia, el CERA nunca ha alterado un resultado pero sí sirvió en una ocasión para que Manuel Fraga, que ya contaba con mayoría absoluta, sumara un escaño más.

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